Son muchos los que conocen la historia del Ford GT40, especialmente tras haberlo tratado en numerosos reportajes o, en última instancia, a través de la película “Le Mans ‘66” (2019), la cual nos dejó un buen sabor de boca. Pero pocos recuerdan su hermano de 1965, el GT Competition Prototype Roadster, un intento de cinco ejemplares que sirvieron como banco de pruebas en el primer asalto a las 24 Horas de Le Mans de la firma del óvalo azul.
El coche fue construido por Ford Advanced Vehicles en Slough, Inglaterra, y aunque es uno de los cinco modelos Roadster construidos, es el único que logró competir en la famosa carrera de resistencia y una de las dos unidades que han sobrevivido en estos nuestros días. Conducido por el ganador de Le Mans de 1954 y dos veces vencedor del Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1, Maurice Trintignant, junto al fundador del Equipe Ligier, Guy Ligier, en la cita de 1965, el chasis GT/109 sufrió un problema de caja de cambios en la vuelta número 11, y nunca volvió a correr.
La documentación revela que este Ford GT Competition Prototype Roadster era un pedido especial que parecía prácticamente idéntico al chasis GT/108. El coche fue entregado a Shelby American en marzo de 1965 para que lo dejase listo antes de ir a Francia en junio. Sin embargo, este contaba con una serie de modificaciones sobre otros prototipos. Entre ellas destacaban los radiadores de aceite del motor montados lateralmente, la adición de puertos de ventilación de salida detrás, un alerón “cola de pato” más alto o bombas de combustible eléctricas de sección central.
El Ford GT Prototype debutó en abril de 1964 en las contrarreloj de Le Mans como uno de los coches de carreras más avanzados técnicamente. También era bonito y, aparentemente, capaz de alcanzar velocidades increíbles
También se añadió un tanque de expansión del radiador de agua y una cubierta antivuelco en el medio que proporcionaba acceso a los sistemas auxiliares del motor. Y si ya conocéis la historia del GT40, también sabréis que los primeros prototipos contaban un con un V8 de 289 pulgadas cúbicas (4,7 litros) proveniente del Shelby Cobra en lugar del monstruoso 427 (7 litros) que acabaría dándole la victoria en 1966. El bloque motor quedaba conectado a una caja de cambios manual de cinco velocidades desarrollada por ZF, la cual demostró no ser demasiado fiable.
Tras participar en las 24 Horas de Le Mans de 1965, este Ford GT Competition Prototype Roadster recibió una restauración por parte de Shelby American, y luego estuvo en manos de Kar Kraft, el departamento de operaciones de vehículos de alto rendimiento de Ford en Detroit, para ser utilizado como vehículo de desarrollo para una transmisión automática experimental. Poco después, fue abandonado en un almacén antes de ser descubierto por el especialista de Hollywood y preparador de coches en California, Dean Jeffries, en 1968, quien lo compró a Ford.
Jeffries fue dueño del chasis GT/109 por el resto de su vida y comenzó una restauración completa. El tercer propietario, que compró el automóvil al hijo de Jeffries, terminó la restauración con un sumo cuidado por mantener los detalles originales. De hecho, este Ford GT Competition Prototype Roadster se llevó a casa el segundo puesto en su clase en el Concurso de Elegancia de Pebble Beach de 2016, así como el oro en el Concurso de Elegancia de Milwaukee. Hoy se presenta con la librea original de Le Mans, lo que lo convierte en un limpio objeto de deseo.
Sin embargo, la rareza, procedencia y restauración de este GT Roadster tendrá un precio, con estimaciones que oscilan entre 7,5 millones y 10 millones de dólares (entre 6,7 y 9 millones de euros) cuando llegue al bloque en la subasta Indy 2020 de Mecum Auctions, del 10 al 18 de julio. Curiosamente, la propia casa de subastas intentó vender este mismo ejemplar en 2018.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.COMENTARIOS