En los felices años 80 -y en especial a finales de la década- el mercado automovilístico europeo vivía momentos de esplendor. La mayor parte de las ventas se repartían entre las clásicas berlinas y los últimos en llegar, los divertidos y marchosos GTI.
La mente de los ingenieros de Volkswagen nunca descansaba -ni descansa- y comenzaron a trabajar en un nuevo coupé deportivo en sustitución del antiguo Scirocco para situarlo ligeramente por encima de él, emplazándolo en un tipo de coupés de precio superior y que dejase un mayor margen de beneficio al fabricante. El objetivo era crear un coupé de 2+2 plazas con el mejor equipamiento posible, con estilo, buenas prestaciones y con el típico toque Premium del que siempre ha presumido Volkswagen.
En 1988 se realizó la presentación oficial del Corrado, con la idea de competir con los deportivos ofrecidos por el resto de los grandes fabricantes europeos. Se tomó como base el Golf de segunda generación, pero con una suspensión trasera independiente derivada del Passat B3. Se le encomendó su fabricación al carrocero Karmann, en su factoría situada en Osnabrück (Alemania), garantía de calidad de fabricación, al contrario que el Volkswagen Golf III, fabricado en un momento en la que la calidad de los productos Volkswagen disminuyeron.
Hay vehículos que envejecen bien y otros que lo hacen extremadamente bien, como el caso del Corrado, que con 30 años a sus espaldas sigue mostrando un diseño atemporal, con detalles de diseño que se siguen utilizando hoy en día, como los anchos pasos de rueda, una zaga con una línea alta o un frontal agresivo. Pero los dos aspectos que distinguían a este coupé eran su estética y sus propulsores.
Al principio se comercializó con el motor 1.8 G60 de 160 CV dotado de compresor volumétrico, no muy fiable, por cierto, con unas prestaciones muy buenas: aceleración de 0 a 100 km/h en 8,3 segundos y 225 km/h de velocidad máxima. El lujo y la sobriedad germana quedaban reflejados en su interior. En España nos tuvimos que conformar con una versión descafeinada 1.8 16v con 139 CV. A destacar sus preciosas llantas BBS Solitude de 15 pulgadas. Hoy en día resulta muy difícil encontrar una unidad que no esté tuneada.
Lástima que debido a su elevado precio -30.000 euros de la época-, su elevado consumo de combustible y un diseño exterior dado a controversias pues hablamos de un segmento en el que este diseño tenía que entrar por los ojos, no te sirve ser solo “no feo” -era demasiado austero en su interior y el salpicadero era una evolución del Passat- le auguraban una corta vida comercial.
Volkswagen se dio cuenta de potencial del coche y espabiló presentando en 1992 el Corrado VR6, un modelo icónico que llevaba un espectacular motor 2.9 V6 de V estrecha (15o) y 12 válvulas. Era un motor que trataba de combinar el tamaño de un cuatro cilindros con la suavidad, potencia y par máximo de un seis cilindros. Estaba diseñado para colocarlo en posición transversal y gracias a su arquitectura sólo necesitaba una culata, una tapa de balancines y un doble árbol de levas.
Era pues más sencillo de fabricación y más asequible que un V6: este último requería dos culatas, dos tapas de balancines con su correspondiente distribución por bancada, con cuatro árboles de levas si se trataba de un DOHC.
Rendía la nada despreciable cifra de 190 CV con unas prestaciones que superaban al G60: 6,9 segundos para pasar de 0 a 100 km/h y una velocidad punta de 233 km/h. En este caso la unión de coche compacto y motor grande dio resultado y se convirtió en un pelotazo; además se le consideró el mejor tracción delantera de la época, junto con el Lotus Elan
Este motor sufrió una escalada de potencia aumentado la cilindrada hasta ser un 3.2, alcanzando progresivamente los 241 CV en el Golf IV R32 y 250 CV en el Audi TT de primera generación o en la versión de acceso del Porsche Cayenne. En el culmen de su evolución aumentó su cilindrada hasta los 3.6 y 300 CV, montado en coches como el Passat R36. Por mencionar rivales de categoría, el Peugeot 309 GTI o el Opel Kaddet GSi.
Con estas prestaciones se convirtió en uno de los coches más deseados para cualquier aficionado al motor a principios de los años 90. Su gran manejabilidad, su absorbente sonido mecánico y su rapidez de conducción rompían la indiferencia de cualquiera. Al otro lado de la balanza teníamos su elevado consumo y lo caro que resultaba su mantenimiento y sus recambios. Un pequeño problema que tenía era el hecho de ir muy apretado en el vano motor por lo cual tendía a calentarse con facilidad si se le exigía intensivamente.
Fue uno de los últimos coches de la “vieja escuela”, pensados y construidos para disfrutar conduciendo y que además fuesen duros y durasen
Se convirtió en una máquina con una etiqueta peculiar, pues tuvo el honor de ser el coche más caro, rápido y potente de la marca durante un tiempo. Se dejó de producir en 1995 tras haber fabricado algo menos de 100.000 unidades, y en España se vieron muy poquitos rodando por nuestras carreteras y ciudades. Hubo que esperar hasta el año 2008 para ver el renacimiento de los coupés deportivos con el nuevo Volkswagen Scirocco.
Si buscas algo exótico allá por el año 2016 existía una unidad única denominada Volkswagen Corrado Magnum Sport Kombi, un atrevido prototipo que transformó el coupé de tres puertas en un auténtico shooting-brake. No sabemos si actualmente ha cambiado de dueño, pero está claro que es un coche único y propio de coleccionistas.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...Me encanta el Corrado y q pocos quedan a día de hoy… Toda una joya.
Un inciso cuando dices que el rival lo tenía en su propia casa mencionas el Golf V5, pero no llegaron a convivir. El V5 creo q pertenecía a la cuarta generación del Golf q salió a la venta después de q el Corrado dejara de comercializarse, creo
Tienes razón, no llegaron a convivir esos dos modelos, hay un hueco de dos años.
Y si no me falla la memoria si q hubo una versión VR6 del Golf III