Coche del día: SEAT 124

Coche del día: SEAT 124

El precursor del coche de la clase media


Tiempo de lectura: 3 min.

El SEAT 124 encarna a la perfección el concepto de vehículo generalista: este modelo se presentó hace 50 años en España como una de las primeras berlinas que la clase media podía permitirse, y el principio de algo más que un simple acceso a un vehículo de transporte; se necesitaba algo más de habitabilidad y espacio de carga como ya cumplían estos aspectos modelos como el SEAT 850 o el Citroën 2CV.

SEAT no disponía de tecnología propia para fabricar un coche de estas características y llegó a un acuerdo con la italiana FIAT para fabricar en España el 124 bajo licencia del constructor italiano; este se presentó en el Salón de Barcelona en 1968 -dos años después que el Fiat- y rápidamente se empezó a producirse en la factoría de SEAT en Barcelona. La versión familiar llegó en 1969, en 1971 la coupé y en 1975 se realizó un restyling (124 FL) con cambios en los faros, que pasaron de ser redondos a rectangulares, al igual que los pilotos traseros. En 1976 la producción se trasladó a Landaben (Navarra).

Sería muy arduo enumerar todas las versiones que salieron durante toda su fabricación, así que haremos un resumen de ellas. Todas sus mecánicas eran de gasolina y el propulsor básico era un 1.2 de 60 CV con un equipamiento elemental, pero que de forma sucesiva recibió distintos acabados -Lujo, L, D, D Lujo, LS, D LS…- que paulatinamente recibieron mejoras: sistema de frenos más sofisticados, suspensión más elaborada, lunas tintadas, luz de marcha atrás y un largo etcétera.

Las versiones Sport coupé se podían considerar como el sueño húmedo de muchos españolitos por sus líneas curvas, prestaciones elevadas y consumo moderado; invitaban a una conducción deportiva no al alcance de cualquier conductor de la época

A nivel mecánico también hubo cambios; el bloque 1.2 ganó fuerza hasta los 65 CV y surgieron nuevas mecánicas, como un 1.4 de 75 CV en 1975, un 1.6 de 90 CV en 1976, un 1.8 de 118 CV en 1976 y un 2.0 de 114 CV en 1978. En 1979 se presentó su sustituto, el SEAT Ritmo, más adelante conocido como SEAT Ronda.

Podríamos definirlo con tres palabras: deportivo, espacioso e incómodo. Deportivo sobre todo las versiones de 1.8 litros y la de 2.0 litros con superiores prestaciones a sus competidores de la época, espacioso porque podía dar espacio con relativa comodidad a cinco adultos y un maletero de 385 litros, en la línea de un segmento C actual, e incómodo porque sus asientos eran muy blandos y la insonorización mejorable.

Tenían una mecánica muy fiable y el espacio en el vano motor sobraba para trabajar en ella -no como ahora, que levantas el capó y… lo vuelves a cerrar-. Como resumen de sus defectos podríamos citar su elevado consumo y la calidad de sus materiales, que era mediocre, junto con una dirección no muy precisa. Para sus dimensiones exteriores su aprovechamiento era grande, sus medidas eran 4,04 m de largo por 1,61 de ancho por 1,42 de alto. Su peso partía desde los 950 kg, un peso pluma comparado con un compacto actual.

Resulta llamativo comparar estos coches con sus homólogos actuales y ver lo pequeños que eran pero que podían transportar a una familia de cinco miembros con su equipaje y llegar a su destino, realizando unos viajes que se convertían en aventuras auténticas teniendo en cuenta nuestra red de carreteras y la incertidumbre que ello suponía…

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Sobre mí

Ginés de los Reyes

Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...

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Faros redondos. Color azul. Mecánica exacta, desconocida, pero manifiesta que funcionaba a menudo a tres cilindros. El testimonio revela un par de matices extras, incidiendo en su ávido consumo y terminando con su precio, 123.000 pts.

La guinda la pone los enormes Estopa con el remake de su fratello Fiat 125 (versión chachi del 124), denominado aquí Seat 1430.comment image


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Pablo Mayo

Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

Francisco Javier Rodriguez

En la época en la que pasaba el día dibujando coches, alguien me preguntó: ¿pero a ti te gusta más la mecánica o la carrocería de los coches? Esa misma semana leí el Manual del Automóvil de Arias Paz. Tenía 14 años, esa simple pregunta es la razón por la que estoy aquí, desde entonces no he parado de aprender sobre lo que se convirtió en mi pasión.

Ángel Arias

La historia del automóvil está llena de grandes emprendedores, de ideas arriesgadas, curiosas casualidades, irreconciliables enemistades y muchos fracasos. Es un mundo intenso y fascinante del que muchos hemos quedado cautivados. Cualquier vehículo con un motor me parece interesante, ya sean motocicletas, automóviles, camiones, aviones o barcos; es estupendo sentir la brisa del viento en la cara sobre uno de ellos. Si estáis aquí es porque compartimos afición.