El que para muchos ha sido el último Mercedes-Benz “de los buenos”, de los “de verdad”, “de los de antes”; el Clase C (W202), un Mercedes que destacó por tener una calidad de fabricación asombrosa y heredero del primer integrante de la marca en el segmento de las berlinas compactas, el W201 o 190; sería el que inauguraría la denominación Klass, Class o Clase para nosotros, los castellanohablantes.
Podríamos entrar en profundidad a contaros las bondades del modelo básico C 180 -que también las tiene-, pero, como esto es espíritu RACER y además es viernes, qué mejor que adentrarnos en el terreno de los AMG. Sí, “los”, porque hubo dos modelos bien distintos de los que os hablaremos a continuación.
Nacida en 1993, la Clase C (W202) de Mercedes-Benz tenía la complicada tarea de sustituir y triunfar como lo hizo su antecesor el 190. En 1995, una tal AMG (Hans Werner Aufrecht (A) y Eberhard Melcher (M), nacidos en Grossaspach (G)); compañía que, había pasado de ser un preparador aftermarket de los modelos de la casa de la estrella, a formar parte de ella; presentaba el que sería el primer modelo bajo el paraguas casi al completo de Mercedes-Benz: el C 36 AMG.
Este sedán compacto, nacido para hacer frente al todopoderoso M3 de BMW, montaba también un motor de seis cilindros en línea, pero de 3,6 litros de cilindrada y 280 CV
Para ello, los chicos de AMG partieron del motor M104 de 3,2 litros -que equipaban el E 320 o el SL 320, pero no el C-, aumentando el diámetro y carrera de los cilindros hasta los 3,6 litros, y un nuevo cigüeñal más robusto. No era un motor del carácter del BMW, más bien un motor que pese a haber pasado por las manos de AMG, tenía un carácter que casaba mucho con los estándares que esperaba cualquier comprador de la casa de Stuttgart.
Un motor que nadaba como pez en el agua en un rango medio-alto de revoluciones, entregando la potencia máxima a 5.750 vueltas -unas 500 por debajo del régimen máximo-, y un par máximo de 386 Nm de 4.000 a 4.750. Un bloque con no demasiado carácter deportivo, más bien aburguesado, pero que le venía como anillo al dedo a una berlina como esta, diseñada por y para rodar rápido, y de manera lo más cómoda posible por autopista.
Aún así las prestaciones no desmerecían: 250 km/h de velocidad máxima autolimitada y un sprint hasta los 100 km/h en algo menos de 7 segundos
Para redondear su carácter de berlina rápida, práctica y segura, equipaba una algo vetusta transmisión automática de cuatro relaciones con un kick-down mejorado, unas suspensiones rebajadas con respecto al resto de “Clases C”, frenos más potentes -tomados los delanteros del SL 600 y los traseros del clase E más potente-, barras estabilizadoras más gruesas y una dirección menos asistida y más directa.
En el apartado estético un discreto -pero elegante- kit de carrocería, una doble salida de escape y unas sublimes llantas clásicas de AMG Monoblock en 17 pulgadas y cinco radios; tuning germano del bueno. Como equipamiento de confort y seguridad: control de crucero, un excelente equipo de sonido Becker, ABS, control de tracción, doble airbag o un distintivo volante más grueso de cuatro radios con la parte inferior forrada en cuero de color claro. De esta primera serie se fabricaron 5.200 unidades.
En 1997, coincidiendo con el restyling que sufrió la clase C; Mercedes se decidió por sustituir el seis cilindros en línea por el bloque de 4,3 litros, ocho cilindros en uve y culata de 32 válvulas, que también montaba el E430 coetáneo, pero que tras pasar por el quirófano de los de Affalterbach, se incrementaba su potencia hasta los 306 CV -para hacer frente a los 321 CV de la nueva hornada del M3 E36-. Así nació el Mercedes-Benz C 43 AMG.
El motor era aun más elástico que el anterior seis cilindros, entregando su cifra máxima de par de 410 Nm entre 3.250 y 5.000 revoluciones, alcanzando la potencia máxima sólo 100 revoluciones más arriba que el bloque anterior. El consumo medio se incrementaba en aproximadamente un litro a los 100 km; pasando de 11 a 12 litros a los 100 km.
Mercedes-Benz C 43 AMG (W202)Las prestaciones no se veían incrementadas demasiado con respecto al C 36, pero sí que había una gran diferencia con respecto a este: El C 36 era un clase C desmontado al que le implantaban el motor, era “tuneado” y vuelto a montar; mientras que el C 43 ya era fabricado en serie desde cero tras la compra de AMG al completo por parte de Mercedes-Benz en 1998. De esta segunda serie se vendieron 4.200 unidades.
Si querías una alternativa igual de rápida que el M3, pero yendo como un verdadero señor, este era tu coche. Eso sí, como cualquiera de estas berlinas alemanas de altas prestaciones, tenía un coste, y no bajo precisamente: desde unos 10 millones de pesetas de 1993 para el C 36 y de 11.500.000 “cucas” para el C 43 de 1997 -100.000 y 110.000 euros, respectivamente, de 2019-. Hoy día podrías adquirir una buena unidad de segunda mano por poco más de 16.000 euros.
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Adrián Iniesta
Ingeniero electrónico industrial de profesión y amante de los coches por vocación. Dicen que aprendí a leer con las matrículas de los coches y que con 2 años me conocía todas las marcas y modelos. Cualquier cosa que me discutas sobre coches, te la intentaré rebatir ;)El 43 llevaba 3 válvulas por cilindro, no?
No conseguirás un AMG w202 por 6000 Euros. Al menos en buen estado
Estás en lo cierto nelson, en nuestro país rondan los 16.000 euros.