El Hyundai Coupé también era conocido por su código de chasis -RD-, Tiburon -nombre con el que se ofrecía en algunos mercados como el de Corea del Sur- o First, por ser el primero de la estirpe si obviamos el S-Coupe. Heredaba las formas del prototipo HDC-II presentado en el Salón del Automóvil de Detroit de 1993. Producido desde finales de 1996 hasta 1999, fue presentado en 1995 compartiendo con el Elantra -del que toma la base- su gama de motores, ofreciéndose en nuestro país inicialmente con un motor de 2 litros al que posteriormente se uniría uno de 1,6 litros, ambos desarrollados en conjunto con Mitsubishi.
Sus credenciales: bastidor puesto a punto por Porsche, un diseño moderno y estilizado y un precio de 2.620.000 pesetas de la época -unos 25.508 € actuales con la inflación- para el modelo pata negra de 2 litros, hicieron que se convirtiera en un éxito inmediato, siendo el coupé más vendido en nuestro mercado durante varios años. Respecto al Elantra, tiene la batalla recortada 80 milímetros, para quedarse en 2.470 mm.
El equipamiento de serie era más que correcto para su precio y época, contando de serie con aire acondicionado, dirección asistida, elevalunas y espejos eléctricos, radiocasete Sony, volante deportivo de tres radios perforado, además de unos bonitos, cómodos y envolventes asientos deportivos. Como extras podía contar con doble airbag frontal, ABS, pintura metalizada y alarma con mando a distancia. Sumando estos extras se quedaba en unos aún interesantes 3 millones de pesetas.
Posteriormente se comercializaría el motor 1.6 de 114 CV, que a igualdad de equipamiento -menos el ABS, que no podía montarlo- costaba unas 230.000 pesetas menos. Con ambos motores montaban unas bonitas llantas de cinco brazos en medida de 15 pulgadas montadas sobre neumáticos de 205 milímetros de ancho y perfil 50. El Coupé, pese a las bulbosas formas de su carrocería, contaba con un muy discreto coeficiente aerodinámico de 0,33.
Con el motor de 2 litros y 16 válvulas, este compacto coupé de 4.340 milímetros -aunque por sus características formas, engañaba al ojo y parecía mas pequeño- rendía 138 CV a 6.000 vueltas, con un par máximo de 180 Nm a 4.800 RPM, además de poder estirarse hasta las 7.000. Con sus escasas 1,2 toneladas se plantaba en los 100 km/h en 8,6 segundos -aunque la prensa especializada medía más de 9 s casi siempre-, alcanzando una velocidad máxima de 200 km/h.
En el mercado británico se vendió el F2 Special Edition, para homenajear a la versión homóloga de Rallyes. Incrementaba la potencia del 2 litros hasta los 156 CV a 6.250 vueltas, mejorando el 0-100 km/h en 0,5 segundos, una velocidad máxima de 210 Km/h; además de un kit de carrocería más agresivo, llantas más racing y un prominente alerón trasero.
Los medios de la época destacaban, además del precio, un interior con una buena presentación -aunque con unos plásticos mejorables-, una suspensión cómoda y eficaz, un motor voluntarioso con un gasto contenido de carburante, además de una buena habitabilidad delantera en todas las cotas -no así las plazas traseras, quedando estas únicamente para niños o para adultos que no superaran los 160 centímetros- y un capaz maletero con portón de casi 370 litros.
No tan destacado era el poder de resistencia y calentamiento de los cuatro frenos de disco -pecaban de ser pequeños-, la escasa iluminación de los faros, la elevada rumorosidad del motor, el tacto mejorable de la caja de cinco velocidades, el no contar con un manómetro y termómetro de aceite en la instrumentación, una tendencia algo subviradora y una dirección algo insensible al aumentar el ángulo de giro.
Posteriormente llegaría su restyling: el RD2, Turbulence o “bifaro” -como también fue conocido en nuestro mercado-, que también fue un éxito, pero mostró un diseño más controvertido y “barroco”, modificándose paragolpes delantero y trasero con mayores entradas de aire, así como las ópticas delanteras que pasan a ser dobles y nuevos pilotos posteriores.
En el interior también hubo cambios a nivel estético, pero no de posibilidades de equipamiento, aunque sí que incorporó el doble airbag frontal de serie. Se mantuvo el chasis, pero se introdujeron mejoras en el tren posterior para mejorar la rigidez en un 15 % con respecto al First.
A nivel mecánico, se trabajó para reducir emisiones y consumos en ambos motores; a costa de ello se perdió algo de “chispa” en aceleraciones y recuperaciones. Además, se redujeron notablemente las vibraciones gracias a la incorporación de soportes de motor hidráulicos. Otro frente que resolvieron fue el de los frenos, consiguiendo una mejora en la distancia de frenado de casi 15 metros a 140 km/h -73,4 m frente a 88 m-, además de una mayor resistencia a la fatiga.
Como colofón a esta primera generación global del Hyundai Coupé, en España se puso a la venta la serie especial Xplod, con un equipo de audio mejorado de la firma japonesa Sony, además de un precio mucho más ventajoso.
Estas dos primeras series del Coupé -y también las posteriores- han sido injustamente mal apreciadas y valoradas por el público -principalmente por ser carne de cañon de tuning en muchas ocasiones-, pero han destacado por tener una fiabilidad a prueba de bombas para ambos motores, ser divertido de conducir y por ofrecer una relación precio-producto imbatible. Actualmente se pueden encontrar unidades tanto del RD como del RD2 desde aproximadamente 800 euros -las más trilladas- hasta aproximadamente 2.500 euros por una unidad bien mantenida y con pocos kilómetros.
A principios del año 2002 llegarían las primeras unidades de la tercera generación, también conocido por su código de chasis -GK- o por su denominación en algunos mercados -Tuscani-, del que hablaremos en otra ocasión.
Adrián Iniesta
Ingeniero electrónico industrial de profesión y amante de los coches por vocación. Dicen que aprendí a leer con las matrículas de los coches y que con 2 años me conocía todas las marcas y modelos. Cualquier cosa que me discutas sobre coches, te la intentaré rebatir ;)Dejando a un lado, las modificaciones, de dudoso gusto, el coche en si, no tenia mala pinta, los motores eran en colaboración con mitsubishi, aunque los plásticos fueran sosos, el conjunto era a prueba de bombas. En cuanto a los frenos, creo que solo el mas potente montaba los discos traseros, pues veo algunos con tambores, al menos en las primeras series. ¿Deportivo de los pobres? No, era mas bien un deportivo alternativo a los vistos por aquella época, ademas ese toque de exclusividad, de no tener una versión de 4,5 puertas, para mi es un punto a su favor…Ejemplo… Leer más »
La verdad es que tengo 3 conocidos que han tenido este coche, todos el 2.0, y todos coinciden en lo que comentáis; acabados justitos pero sólidos, frenos chungos, un motor majo, y muy fiables Le va a pasar como a todos los coupés industriales de esa época, han pasado (y siguen pasando) un purgatorio horroroso en manos de desaprensivos tuneros low-cost, por lo que ya nos empieza a llamar la atención cuando vemos uno de orígen y en buen estado. No digo que vaya a ser un clásico ni mucho menos, pero si que uno bien cuidado será un curioso… Leer más »