Antes de que apareciera el primer BMW M5, la marca puso en circulación una versión muy especial de la Serie 5. Se creó, concretamente, sobre la base del e12, es decir, en los albores de la Serie 5. Bajo el nombre de M535i, la firma alemana se convirtió en una pionera, al combinar las prestaciones de un deportivo, con una carrocería que estaba asociada con todo lo contrario. En aquel momento, no había nada similar al M535i, ni tampoco lo hubo durante la comercialización de las dos primeras generaciones del M5, las cuales llegaron después, a comienzos de los 80 sobre la generación e28 y a finales de la mencionada década, sobre la generación e34.
El BMW M5 siempre ha sido especial por su planteamiento. Un sedán con las prestaciones suficientes como para dejar en ridículo a más de un deportivo. ¿Realmente era necesario un coche así? Quizá sí que lo fuera, porque desde aquellas primeras generaciones, la oferta de sedanes con alma de deportivo ha recibido toda clase de propuestas, a cada cual más interesante que las anteriores, aunque también es cierto que la llegada de los SUV acabó con la popularidad de los sedanes y con ellos, con la popularidad de sus versiones deportivas. Algunos fabricantes todavía las mantienen, como es el caso del M5, pero claro, hablamos de fabricantes y de coches muy especiales que, seguramente, siempre tengan un hueco en el mercado.
Además, no solo tienen hueco en el mercado, sino que también ofrecen al propio fabricante la oportunidad de dar forma a versiones especiales y más radicales, más deportivas, porque hay quien desea un sedán muy prestacional. Y no solo prestacional, sino que se busca un coche lo más deportivo posible con en forma de un clásico tres cuerpos. Y no es algo que haya apareció ahora, aquel primer acercamiento al M5, el mencionado BMW M535i se considera una versión muy especial del Serie 5, aunque no es precisamente de lo que hablamos. Nos referimos más a cosas como el M5 CS o el M5 Competition, versiones que aumentan las prestaciones y lo hacen más deportivo, aunque también más lujoso, por supuesto.
La generación e34 fue la primera entrega del M5 en contar con versiones más radicales y deportivas. De hecho, contó con varias versiones, entre las que destaca el M5 Cecotto, pero, sobre todo, el BMW M5 Winkelhock Edition, lanzada en 1991 y de la que solo se hicieron 50 unidades. Los M5 Winkelhock Edition, eran versiones para conmemorar la victoria de Joachim Winkelhock en las 24 Horas de Nürburgring de 1990 a los mandos de un M3 e30 –repitió nuevamente en 1991– y se configuraron para ser lo más deportivo posible.
Así, lo primero que llama la atención eran unos asientos Recaro SR muy deportivos y de respaldo alto, el volante M-Technic II –de pequeño diámetro, 385 milímetros–, pomo para el selector del cambio específicos y más deportivo o unos cinturones de seguridad rojo, así un trabajo de aligeramiento que afectó incluso al depósito de combustible, que perdió 10 litros. El trabajo de aligeramiento trajo consigo una batería más pequeña –66 amperios en lugar de 88–, una retirada de gran parte del aislamiento acústico, se quitaron los elevalunas eléctricos traseros y los faros antiniebla. Los parasoles ni siquiera tenían espejos de cortesía. Todo ello logró rebajar el peso en 40 kilos, lo que permitía anunciar algo más de 1.600 kilos.
Mecánicamente hablando todo seguía igual y, por tanto, se mantenía el propulsor de seis cilindros en línea y 3,6 litros, con 315 CV y 340 Nm de par, con cambio manual de cinco relaciones y diferencial trasero de deslizamiento limitado.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS