El Chevrolet Corvette nunca fue concebido de cara a la practicidad, al menos por la marca, y probablemente jamás hayas oído hablar de esta versión, básicamente, porque no es un modelo elaborado por Chevrolet. Muchos diseños nacen de la excentricidad o el atrevimiento de un cliente inconformista, como es el caso del Chevrolet Corvette Sportwagon, el Corvette práctico creado gracias a la necesidad de un baterista, o al menos, eso dice la historia.
Parece evidente, pero el Chevrolet Corvette fue diseñado pensando más en el rendimiento que en la practicidad, pero hay gente a la que eso no le vale. A pesar de ello, a finales de los años sesenta y principios de los setenta, surgió una curiosa tendencia. Un pequeño número de entusiastas del modelo buscaron resolver el principal problema del automóvil, su espacio de carga. Según cuenta la historia, la idea que llevó a la creación del Chevrolet Corvette Sportwagon en realidad fue concebida por un baterista de una banda de rock n’ roll que era dueño de un Corvette y necesitaba espacio para llevar su batería.
Tampoco se le puede culpar, no queda igual de impactante aparecer en un concierto con un Volvo familiar porque no te entra la batería en el Corvette, aunque todo el mundo sepa que tienes un Corvette. Nuestro héroe no eligió mal a quién contarle sus ideas, se lo comentó a Chuck Miller, y hay que reconocer que Miller se puso a trabajar y resolvió el problema de la mejor forma posible. Desarrolló una parte trasera de fibra de vidrio que convertiría al Corvette en un Sportwagon o un Shooting Brake, que viene a ser como una ranchera de dos puertas.
Su diseño posterior fue desarrollado por los especialistas de Corvette Burt y John Greenwood de Greenwood Corvettes. Pasaron algún tiempo reelaborando la estética para que todo encajase como si Chevrolet lo hubiese diseñado así, y la funcionalidad de la parte trasera, integrándola mejor y añadiendo un portón muy útil para que se pudiese acceder al espacio del maletero a través de la parte trasera del coche. Esta transformación radical otorgó al Corvette una capacidad de carga significativamente mayor, transformándolo en algo que podía usarse para viajes largos por carretera o incluso para ir al supermercado.
Nadie sabe exactamente cuántos se fabricaron, ya que en gran medida se vendieron como kits y fueron construidos artesanalmente sin ningún tipo de numeración. Cabe destacar que, a pesar de que el diseño del Corvette C3 es llamativo, la primera impresión al conocer este suele llamar más la atención que el normal por razones obvias. Además, la unidad que hemos buscado para elaborar el artículo no ha mantenido el resto del vehículo de serie, ya que bajo su abultado capó esconde un motor General Motors ZZ572/720R de 572 pulgadas cúbicas, o unos 9,4 litros al cambio, que produce 727 CV a 6.300 rpm y 922 Nm de par a 6.800 rpm.
Esto se envía a las ruedas traseras a través de una transmisión manual Richmond Gear de 5 velocidades con cambios Hurst con un embrague Powergrip HD de Ram Clutches y a un diferencial trasero de deslizamiento limitado Positraction. Quizá 727 CV sean muchos más de los que necesitas en un Corvette C3, pero también se han instalado frenos de disco en las cuatro ruedas, aunque vale la pena señalar que no son asistidos, por lo que no querrás saltarte el día de piernas en el gimnasio. El interior del coche está acabado discretamente en negro, mantiene el volante original Corvette de tres radios y cuenta con un pomo de cambio Hurst blanco. A pesar de estar modificado, o gracias a ello, ¿quién no querría ir a hacer la compra con él?
Francisco Javier Rodriguez
En la época en la que pasaba el día dibujando coches, alguien me preguntó: ¿pero a ti te gusta más la mecánica o la carrocería de los coches? Esa misma semana leí el Manual del Automóvil de Arias Paz. Tenía 14 años, esa simple pregunta es la razón por la que estoy aquí, desde entonces no he parado de aprender sobre lo que se convirtió en mi pasión.COMENTARIOS