Smokey Yunick, el tramposo de la NASCAR

Smokey Yunick, el tramposo de la NASCAR

Este pícaro vaquero es un héroe popular en Estados Unidos


Tiempo de lectura: 3 min.

Las historias sobre la evasión de reglas de Yunick en la NASCAR son innumerables, pero incluso para sus estándares, los Chevrolet Chevelles de NASCAR de Yunick de fines de la década de 1960 eran algo único. Este pícaro vaquero es un héroe popular en Estados Unidos, y de estos vehículos incluso se llegó a pensar que eran modelos a escala 7/8, pero no lo eran. Smokey Yunick, el tramposo de la NASCAR, modificó sutil e inteligentemente estos modelos para mejorar notablemente su rendimiento, veamos qué hizo.

El chasis utilizado en 1967 había sido construido a la medida por Chevrolet, que en ese momento brindaba respaldo a ciertos equipos, incluido el de Yunick. Tenía una suspensión con una nueva puesta a punto y una jaula antivuelco que soldó al chasis en todos los puntos posibles, por lo que convirtió el Chevelle en un coche de chasis tubular prácticamente. Chevy también realizó un estudio aerodinámico exhaustivo de la carrocería del Chevelle de Yunick, ya que obtuvo fácilmente la pole position para las 500 Millas de Daytona de 1967 contra equipos oficiales bien financiados como Ford y Chrysler.

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Los problemas del motor acortaron su carrera y sufrió graves daños en un grave accidente poco después, por lo que esa temporada quedó fuera de juego. Para la temporada de 1968, Smokey regresó con otro Chevelle muy parecido al de 1967 construido por él mismo. El chasis era similar al del anterior, con la carrocería retrasada respecto al chasis unos centímetros para mejorar la distribución de pesos. Pero esta no era la única triquiñuela que aplicó Smokey, el avance aerodinámico fue sublime.

El parachoques delantero cromado se profundizó para actuar como una presa de aire, las canaletas de lluvia y las molduras de vidrio se hicieron al ras de la carrocería, el borde posterior del techo estaba levantado como un spoiler. Además, la parte inferior de la carrocería se había reconstruido para obtener un flujo de aire más limpio, por todo eso la NASCAR sancionó y prohibió al Chevelle en las 500 Millas de Daytona de 1968 a menos que Yunick cambiara nueve puntos ilegales del coche.

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La historia cuenta que los comisarios de la NASCAR incluso quitaron el tanque de combustible para inspeccionarlo solo para que Yunick lo arrancase sin él y lo condujese de regreso a boxes, diciendo: “mejor que sean 10”. Esta treta última era especialmente pícara, ya que Yunick notó que se especificaba un volumen máximo para el tanque de combustible, pero no decía nada sobre las líneas de combustible. Hay varias versiones de esta historia, pero se dice que reemplazó las líneas de combustible por unas de 11 metros de largo.

Y no solo eso, las instaló de un diámetro de 5 cm, por lo que en líneas de combustible añadió unos 18 litros a la capacidad del Chevelle. Con esto podía realizar bastantes más vueltas que el resto sin parar, lo que en la NASCAR se puede traducir en una increíble ventaja siempre que se conservasen mínimamente las ruedas. Y esta es solamente una de sus historias, se dice que hizo mil y una modificaciones al borde de lo legal con tal de ganar a sus rivales, o como dijo él: “Todos esos otros tipos estaban engañando 10 veces más que nosotros, así que fue solo en defensa propia”.

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Sobre mí

Francisco Javier Rodriguez

En la época en la que pasaba el día dibujando coches, alguien me preguntó: ¿pero a ti te gusta más la mecánica o la carrocería de los coches? Esa misma semana leí el Manual del Automóvil de Arias Paz. Tenía 14 años, esa simple pregunta es la razón por la que estoy aquí, desde entonces no he parado de aprender sobre lo que se convirtió en mi pasión.

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