Michael Schumacher con siete, Juan Manuel Fangio con cinco y Lewis Hamilton con otros cinco. Esos son los tres pilotos con más campeonatos del mundo de Fórmula 1 en su haber, entrando ayer el inglés en el GP de México, en el Olimpo de los Dioses de la velocidad. Le bastó con ser cuarto, aunque estamos seguros que le habría gustado estar en el podio del circuito Hermanos Rodríguez para celebrarlo. Venció Verstappen, que hizo una carrera perfecta, seguido de los Ferrari de Vettel y Räikkönen. Un podio para los de Maranello, pero con sabor amargo.

Comenzaban los libres del viernes con dominio de los motores Renault. Red Bull dominaba, con Renault en buenas posiciones. Parecía que la altitud de Ciudad de México con sus 2.250 metros, se adaptaba mejor a los motores franceses, mientras los Mercedes y Ferrari estaban algo desdibujados.

La clasificación del sábado comenzaba sin sorpresas, aunque ya parecía que Mercedes y Ferrari habían mejorado respecto a los libres. En la Q1 se quedaron fuera los dos Haas, los dos Williams y el McLaren de Stoffel Vandoorne, que saldría el 15 por el cambio de motor y caja de Gasly y su Toro Rosso. Sorpresivamente pasaba un McLaren a la Q2, y es que como ya dijimos, los motores Renault parece que tenían un plus aquí. ¿Más revoluciones con el turbo que sus rivales?

En la Q2 se quedaban los dos Force India, que no montaron los neumáticos hiperblandos -rosas-, pensando más en la estrategia de carrera que en entrar en la Q3; los dos Toro Rosso también se quedaban aquí, con Gasly que ni siquiera salió, por el fallo de motor que comentamos. Les acompaño Alonso, que se quedó entre los dos Force India, comenzando el 12, una posición muy buena teniendo en cuenta la situación de su McLaren.

Llegaba la Q3 y pasaban los Red Bull, Mercedes, Ferrari, Renault y Sauber. En el primer envite, sorpresa, Verstappen marcaba el mejor tiempo. Parece que iba a conseguir el récord del piloto más joven en conseguir una pole, pues los Mercedes y Ferrari estaban un paso por detrás de los Red Bull. Pero aún quedaba una segunda oportunidad. Hamilton marcaba el segundo mejor tiempo, detrás de Verstappen. Vettel le seguía en tercera posición, y Verstappen no mejoraba. Cuando todo parecía que quedaría así, llegó Ricciardo y marcó un tiempo mejor que su compañero, tan solo por 26 milésimas: ¡el australiano le había quitado la pole! El cabreo de Verstappen era mayúsculo, pero así son las carreras. Ricciardo saldría primero, Verstappen segundo, Hamilton tercero y Vettel cuarto.

Llegaba la mañana del domingo en Ciudad de México con un tiempo nublado y 20 grados de temperatura, lo que hacía pensar que los neumáticos podrían durar bastante, y se podría hacer una estrategia de una parada. Se apagaban los semáforos, y Ricciardo salía muy mal, pasándole Verstappen y Hamilton, disputándose ambos el liderato en la primera curva, después de la larga recta de salida. Hamilton no arriesgó, y Verstappen lideraba la carrera. Por detrás los seguían Ricciardo, Vettel, Bottas, Räikkönen y un gran Sainz que estaba séptimo, en una gran salida.

En las primeras curvas, Hulkenberg, se tocaba con el Racing Point Force India de Ocon, rompiéndole el alerón delantero y enviando algunos de sus trozos a los pontones del coche de Alonso. Esquivó el golpe, pero algunas partes grandes del alerón delantero de Ocon, se quedaron enganchadas en el pontón derecho. Esto pudo ser la causa del abandono del asturiano en la vuelta cuatro, con VSC incluido, por rotura de su motor. Tal vez falló la refrigeración, o tal vez el motor Renault iba demasiado “apretado”. Mala suerte para el español, al que solo quedan dos carreras para despedirse de la Fórmula 1.

Llegaba la vuelta ocho, y se comenzaba a ver graining en los neumáticos de los primeros, siendo más palpable en los Mercedes. Parece que las bajas temperaturas ambiente no ayudan a que los Pirelli funcionen bien, y se generan esos surcos que hacen perder agarre al monoplaza.

Tanto era así, que Hamilton y Bottas, con ultrablandos -violeta-, entraban en la vuelta 12. Estaba claro que la estrategia ya sería a dos paradas. Sainz también entraba, pero él llevaba hiperblandos -rosas-. Los tres pusieron el superblando -rojos-, los más duros que se podían elegir en México. En las dos vueltas siguientes entraría todo el grupo de cabeza , excepto los Ferrari, que aguantarían hasta la vuelta 18. Ya estaban todo el grupo de cabeza con superblandos, siendo Verstappen primero, seguido de Hamilton, Ricciardo, Vettel, Bottas y Räikkönen. Pérez, con una estrategia a más vueltas, pues salía con superblandos, se situaba séptimo, y justo por detrás, Sainz.

Los superblandos comenzaron a adolecer de los mismos problemas que los ultrablandos, con graining a las seis vueltas del cambio. En los muros comenzaba la preocupación, pues apenas aguantaban las gomas. En la vuelta 24 era notable la degradación de las gomas en todos los de cabeza, con unos Mercedes a un ritmo más bajo del habitual.

Llegaba la vuelta 31, y Sainz abandonaba por rotura de motor, provocando un VSC. Su tren trasero se bloqueaba de repente, lo que hace pensar un gripaje de su motor. Parece que se confirmaba que la especificación de Renault para México era demasiado optimista. En esta misma vuelta, Pérez entraba a cambiar gomas por fin, saliendo el noveno.

Tres vueltas más tarde, en la 34, Vettel con muy buen ritmo adelantaba a Ricciardo. El alemán de Ferrari ya era tercero, aunque debería seguir empujando para poner presión sobre Hamilton y esperar un fallo del inglés. Tenía muy buen ritmo, y así en la 39, pasaba también a Hamilton que no paraba de quejarse de sus gomas. No se sentía cómodo el de Mercedes con sus gomas, y los tiempos no le salían. Verstappen continuaba al frente, seguido de Vettel, Hamilton, Ricciardo, Bottas y Räikkönen.

El ídolo local, Sergio Pérez, debería abandonar en la vuelta 41, aparentemente por problema de frenos. En las vueltas anteriores le vimos irse largo en varias frenadas, lo que podría ser la consecuencia del desgaste excesivo de los frenos. A esta altitud es complicado refrigerar frenos o motor por la baja densidad del aire, hasta un 20% menor.

Pasaban las vueltas, y Hamilton rodaba lento. Tanto así, que en la 47 Ricciardo le adelantaba. El inglés sabía que sería campeón del mundo en esta carrera, y quería celebrarlo en el podio. Con su ritmo tan pobre, en Mercedes deciden llamarle a box en la 48, para poner ultrablandos. Vettel haría lo mismo, mientras Verstappen, en una carrera perfecta hecha a la defensiva, entraba a cambiar gomas una vuelta más tarde.

A partir de aquí el ritmo de Vettel era muy alto, y en nueve vueltas ya estaba a tiro de DRS de Ricciardo. El de Ferrari le presionaba, así que obligaba al australiano a apretar. Tanto fue así, que Ricciardo rompía motor en la vuelta 62. Otro motor Renault fuera de combate, con enfado monumental del australiano, que en declaraciones a los medios, visiblemente enfadado y decepcionado, ponía en duda sentarse a en su monoplaza en las próximas dos carreras.

Así llegaríamos a la meta, con Verstappen primero, Vettel segundo y Räikkönen tercero. Después entraba Hamilton, en cuarta posición, coronándose campeón del mundo de Fórmula 1, su quinto título. Muy destacable la octava plaza de Stoffel Vandoorne con su McLaren, que salía el 15. Buena actuación del belga.

Así, la clasificación de pilotos queda de la siguiente manera:

1. Hamilton: 358 puntos
2. Vettel: 294 puntos
3. Räikkönen: 236 puntos

La de constructores en cambio aún está abierta, quedando a la espera de ver lo que ocurre en las dos carreras que restan de la temporada:

1. Mercedes: 585 puntos
2. Ferrari: 535 puntos
3. Red Bull: 362 puntos

Ya solo quedan dos carreras este año, siendo la próxima en Brasil, el 11 de noviembre. En la clasificación de equipos la cosa puede cambiar si Ferrari hace un par de buenas actuaciones como la de hoy, aunque la de pilotos ya está decidida. Nuestras felicidades al pentacampeón, Lewis Hamilton.