Coche del día: TVR Chimaera

Coche del día: TVR Chimaera

El roadster británico que se convertiría en una "quimera" para muchos amantes del motor


Tiempo de lectura: 9 min.

Tras la adquisición en la década de los 80 de TVR (TVR Motors Company Limited) por parte del ingeniero químico Peter Wheeler, tomaría un nuevo rumbo. La marca fundada en 1946 en Blackpool, en la costa noroeste de Inglaterra, fabricaría modelos como el TVR Chimaera. A lo largo de los 11 años que se mantuvo en producción hubo cinco variantes distintas -400, 400 HC, 430, 450 y 500- u otros como el TVR Griffith, del que ya te hablamos hace un tiempo y con el que este “Quimera” compartiría gran parte de componentes.

Presentado en el Salón del Automóvil de Earl’s Court de 1992, el TVR Chimaera arrancaría su comercialización con el propósito de convertirse en un roadster más bien apacible, destinado a viajar con el techo descubierto de una forma tranquila, pero sin perder ese espíritu que siempre había imprimido la marca británica a todos sus automóviles. Para versión más deportiva ya estaba el Griffith, presentado el año anterior, así que este nuevo modelo cubriría las necesidades de la clientela más “apaciguada” de la marca.

Como no podía ser de otra manera, la marca empleaba al igual que en sus hermanos de gama el bloque V8 de origen Rover, que venía siendo utilizado desde que Wheeler se hiciera con la empresa, dejando atrás los propulsores V6 de fabricación Ford que durante décadas habían sido seña y parte de los deportivos fabricados por la marca. En esta nueva era, según su propietario, los automóviles diseñados por TVR debían portar mecánicas con más potencia y capacidad para estar al nivel de la competencia directa.

TVR Chimaera 2

El TVR Chimaera vendría a completar la gama de roadster de la marca, portando menos espíritu RACER que su hermano Griffith

Partiendo de la base del V8 a 90º de 3,5 litros y culatas en aluminio, que hasta no mucho tiempo atrás se estaría montando en el Rover SD1 Vitesse, la marca británica a lo largo de las 11 temporadas que mantuvo en venta al Chimaera llevaría la cilindrada desde los 4 litros de la versión inicial hasta los 5 litros de las últimas unidades, todos ellos con potencias comprendidas entre los 240 y los 340 CV, y asociadas a dos cajas de cambios de tipo manual de cinco relaciones.

Las variantes 430 y 450, con 280 y 285 CV de potencia -respectivamente- estarían unidas a la caja de procedencia Rover denominada LT77, que venía asociada al V8 que montaban. Las otras versiones de 4 y 5 litros vendrían equipadas con una transmisión Borg Warner T-5 fabricada por Tremec, de mayor calidad y preparada para aguantar mayores cifras de par, en este caso 414 y 434 Nm para uno y otro.

La eficacia de aquel conjunto mecánico estaba fuera de toda duda, logrando velocidades puntas que oscilaban entre los 245 km/h y los 282 km/h. La aceleración en el 0 a 100 variaba desde los 5,1 segundos de la versión inicial, hasta los 4,1 segundos del último modelo equipado con 5 litros de cubicaje. Igualmente nos encontrábamos con datos como una aceleración en el 0 a 160 km/h que sería posible de realizar en tan solo 10,2 segundos a los mandos del Chimaera 500.

TVR Chimaera 3

La carrocería, fabricada en fibra de vidrio, seguiría las líneas generales de estilo que ya se habían podido ver en el Griffith un año antes. El diseño seria obra de John Ravenscroft, que trabajaría junto a Wheeler para dar la forma final del roadster británico.

Por otro lado, según en propias palabras del propietario de la marca, su perro Ned formó parte del equipo de diseño, ya que las dos hendiduras que se aprecian bajo los pilotos delanteros fueron consecuencia de que la mascota de Wheeler cogiera la maqueta en la que trabajaba junto Ravenscroft y dejara la marca de sus colmillos en esa zona, forma que se llevó definitivamente al modelo final con los retoques necesarios para que encajaran en la imagen definitiva del coche.

A lo largo de algo más de una década de comercialización, el TVR Chimaera dispuso de diferentes combinaciones mecánicas con las que contentar a casi cualquier cliente de la marca

El TVR Chimaera estaba ensamblado sobre el mismo chasis tubular de acero del Griffith. Pero para esta ocasión se le otorgó a la nueva creación de TVR de una configuración en cuanto a suspensiones y amortiguación más suave que la de su hermano, contando con amortiguadores regulables de gas Bilstein de serie y logrando hacerlo un coche más dulce de conducir y cómodo en general. En otros apartados, como la frenada, el Chimaera dispondría de discos en sus cuatro ruedas, siendo los delanteros de 239 mm y los traseros de 253 mm de diámetro. Solo la versión 500 dispondría de otras medidas, en ese caso 260 y 273 mm, respectivamente.

TVR Chimaera 4

En cuanto a cotas generales, el TVR Chimaera establecería unas cifras de 4.015 mm de largo, 1.865 mm de ancho y 1.215 mm de altura final. La batalla, por su parte, contaría con un máximo de 2.282 mm, mientras que el peso final en seco estaría en torno a los 1.060 kilogramos, convirtiéndolo en un automóvil muy ligero y ágil.

Buena parte de culpa de este bajo pesaje la tendría la ausencia de componentes electrónicos como el ABS, control de tracción o demás ayudas varias a la conducción. Aquí era el piloto el que debería de sopesar la presión adecuada en el pie derecho sobre el pedal del acelerador para no hacer revolverse al Chimaera.

Un interior completamente en piel y terminaciones en madera sería parte del equipamiento estándar de los Chimaera, si así lo decidía el nuevo propietario. Dirección asistida, sillones calefactables, altavoces traseros o un volante rematado en madera y cromo estarían, entre otros, dentro de la lista de opcionales que la marca ponía a disposición de sus clientes. También el equipo de llantas específicas provenientes del Griffith 500, que serían también de serie en la variante más potente del Chimaera, se ofrecerían de forma opcional para las versiones 430 y 450.

En la parte del bastidor TVR optaba por emplear el chasis ya utilizado en el Griffith y un equipo de suspensiones y frenada a medida para este Chimaera

TVR Chimaera 5

A lo largo de los 11 años que se comercializó recibió mejoras y cambios con los que ir actualizando tanto la parte mecánica como la visual. Si bien en 1992 el modelo se presentaría con las mecánicas de 4 y 4,3 litros, para 1994 se agregarían la variante de 5 litros y una versión del 4 litros con especificaciones de alta compresión denominada HC, que remplazaría al 4.3 de 280 CV de potencia, ambas ya equipadas con el cambio reforzado.

No sería hasta 1996 cuando la marca diera los primeros retoques estéticos a su roadster. Para aquel año el Chimaera incorporaría tanto el paragolpes trasero como la tapa del maletero del TVR Cerbera. También eliminarían la parrilla frontal de panal de abeja e incluirían dentro de los opcionales las barras antivuelco. El diferencial de origen sería sustituido por uno de nueva factura obra de BTR. Un año más tarde llegaría la versión 450, y para 1998 eliminarían de la gama la versión estándar 400.

En 1998 la marca solo se centró en mejorar algunos aspectos estéticos de la parte posterior, incluyendo unos pilotos de nuevo diseño, hasta ese momento procedentes de un Ford Fiesta, y remodelando la zona del portamatrículas trasero.

TVR Chimaera 6

Ya metidos en el nuevo siglo, y para el año 2001, se decide carenar los faros delanteros como era costumbre en el Griffith y se opta por incluir en su interior los asientos del Cerbera, de corte algo más deportivo. La fabricación se mantendría hasta el año 2003, con una producción total de 5.256 unidades de este fabuloso automóvil. Curiosamente, se fabricaron más ejemplares de nuestro protagonista que unidades totales de todos los modelos lanzados al mercado por TVR en los 25 años anteriores a su presentación.

El TVR Chimaera fue un éxito comercial sin lugar a dudas para la marca británica, dejando tras de sí más de 5.000 unidades del modelo repartidas por buena parte del mundo

Con el cierre de la producción de Chimaera, Peter Wheeler vendería la empresa al empresario ruso Nikolay Smolensky, que la mantuvo en su propiedad casi durante una década. Wheeler, por su parte, fallecería en 2009 tras una grave enfermedad que padeció durante años, dejando atrás un legado dentro de la marca que siempre será recordado por parte de los fanáticos de la firma británica.

En la actualidad los TVR Chimaera pueden ya considerarse como automóviles clásicos. Dentro del mercado de ocasión podemos encontrar unidades que parten desde los 12.000 euros, aproximadamente, hasta llegar a ejemplares con precios en torno a los 40.000 euros.

TVR Chimaera 7

Dentro de este amplio rango podremos toparnos con casi de todo, siendo evidentemente las versiones 400 HC y 500 las más cotizadas y complicadas de adquirir. De hecho, de esta última apenas se fabricaron 600 ejemplares, convirtiéndolo en un automóvil bastante escaso y exótico por su característica combinación.

En cualquier caso, estaremos adquiriendo un trocito de historia de la marca británica, que además de brindarnos una excelente relación prestaciones-precio, nos deleitará con unas cualidades dinámicas fuera de toda duda.

A tener en cuenta antes de dar el paso son algunos puntos a revisar en la unidad o unidades que nos pudieran interesar, sobre todo partes como el chasis, tendente a oxidarse con facilidad, o la carrocería, que de haber sido reparada, dada su composición, es posible que presente zonas desiguales o que algunas de sus partes no logren los ajustes correspondientes.

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J. Rubio

Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.

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