El Toyota Aygo ha dado un cambio tremendo, ya ni siquiera se llama Aygo, se llama Toyota Aygo X Cross y ha adoptado aires de crossover para seguir las tendencias actuales, y mantener ese buen nivel de ventas que tenía el modelo. No se puede negar que las últimas generaciones del Aygo tenían una pinta bastante interesante, con un diseño adornado con colores muy vivos y juveniles, que se repetía en diferentes elementos del coche, como partes del habitáculo o en las llantas, mientras que al mismo tiempo, se hacía contraste con otras cosas pintadas en otro color.
No todas las generaciones del Aygo han sido tan llamativas, de hecho, la primera era bastante sencillo y no llamaba tanto la atención. Ya entonces, cuando se lanzó al mercado por primera vez, el Aygo era el resultado de un proyecto conjunto de Toyota con PSA –por entonces, Peugeot y Citroën en solitario– y compartía con el Citroën C1 y el Peugeot 107 muchos elementos. De hecho, eran coches idénticos, pero cada coche tenía detalles de la marca en cuestión. Y, como cabría esperar, no eran coches deportivos ni tampoco lo pretendían. Eso no quitaba que fueran divertidos de conducir, eran coches muy ligeros y con una batalla muy corta, pero hay que recalcar que no eran rápidos.
Sin embargo, existió una versión del Toyota Aygo que, al contrario de sus primos, si era rápido, era muy rápido y radical: el Toyota Aygo Crazy. ¿No te suena? Eso es porque fue un prototipo presentado en el año 2008, que no hemos vuelto a ver por Europa. En Japón ha aparecido en algún medio e incluso en programas de televisión como Best Motoring. Y es una pena, porque en verdad, este aparato merece nuestra que centremos en él toda nuestra atención. Solo a modo de adelanto: la marca invirtió más de 100.000 euros de la época en su creación.
A simple ya se puede apreciar lo que ha hecho la marca: reducción de altura respecto al suelo, carrocería más ancha y con elementos aerodinámicos, semi jaula antivuelco, llantas de mayor diámetro… pero lo que no se puede ver es una barbaridad. El motor 1.0 gasolina de 68 CV fue retirado del vano motor y se decidió que sería buena idea introducir el bloque 1.8 de 140 CV del Toyota MR2 y del Toyota Celica en su lagar. El caso es que ese motor no cabía en el exiguo hueco delantero, así que optaron por retirar la pequeña banqueta trasera y colocarlo detrás de los asientos. Además, como los 140 CV les parecía muy poco, le añadieron un turbo y todo el conjunto de periféricos necesarios –todo el kit desarrollado por Toyota Sport–, y así, se aumentó la potencia del motor hasta los 200 CV y el par hasta los 240 Nm.
La nueva ubicación y la mayor potencia, no fueron impedimento para la caja de cambios manual de cinco relaciones del ya mencionado Toyota MR2, pero sí para enviar que llegara a las ruedas delanteras, así que el Toyota Aygo Crazy es propulsión. Mientras tanto, se ocupó el vano delantero con un nuevo radiador de aluminio y se reforzó la suspensión delantera –columnas McPherson– al tiempo que se reforzaba también el trasero –también columnas McPherson– y se incrementaron las vías.
El conjunto pesaba tan solo 1.050 kilos y era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 5,7 segundos, alcanzando los 204 km/h. Es cierto que con una relación peso-potencia de 5,25 kilos por caballos, podría ser más rápido, pero había sido diseñado para ser un coche muy reactivo, muy obediente las órdenes del conductor y muy apasionante de conducir, con grandes aceleraciones.
Su debut oficial fue en el British Internacional Motor Show en julio de 2008, aunque se dejó ver días antes en el Festival de la Velocidad de Goodwood, donde participó en la Subida a la Colina con Peter Dumbreck al volante, un ex piloto del SuperGT japonés.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS