Coche del día: Hyundai Atos

Coche del día: Hyundai Atos

No será el coche más recordado, pero permitió a Hyundai hacerse un hueco entre los microurbanos en Europa


Tiempo de lectura: 2 min.

Seguro que recuerdas haber visto alguno por la calle, de hecho, todavía es fácil ver unidades en circulación, no en balde, se vendieron muchas unidades del Hyundai Atos. No obstante, el Atos nunca será recordado por su diseño, ni por sus prestaciones, ni siquiera por su versatilidad. El Hyundai Atos era –y es– un coche tremendamente sencillo, una herramienta para ir del punto A al punto B, de forma económica y cómoda, sin que hubiera problemas para estacionar o para llenar el depósito. No es era, por tanto, un coche pasional.

Además, también estaba su diseño, más próximo a un kei car japonés que a un coche diseñado para Europa. Y sin embargo, el pequeño Atos fue desarrollado para venderse en numerosos mercados, principalmente los emergentes, donde fue un coche con un éxito rotundo. Mientras en Europa apenas hay gente que se acuerda de él, en México, por ejemplo, existe un club dedicado al modelo, ¡¡un club del Hyundai Atos!! Allí lo apodaron como “zapatito”, porque tenía aspecto de zapato con ruedas y fue objeto de críticas porque se decía que una ráfaga de viento lateral podría volcarlo.

El Hyundai Atos se presentó en el salón de Frankfurt de 1997 y estaba construido sobre una plataforma específica, supersencilla y superbarata, pero que permitía un espacio interior relativamente amplio para su tamaño exterior. A Europa llegó en 1998 y se colocó como uno de los primeros coches de su categoría con carrocería de cinco puertas. En 1999 apareció el Atos Prime, que tenía un aspecto más cuidado. Ambos tenía un pequeño motor de un litro que rendía 54 CV, aunque en 2001 aumentó su potencia hasta los 59 CV.

hyundai atos prime (2)

Para 2003 sufrió un restyling que mejoró algo su diseño y estrenó un nuevo motor de 1,1 litros, aunque con la misma potencia de 59 CV. En México se vendió desde 1999 y era Dodge quien se encargaba de comercializarlo y rápidamente se convirtió en uno de los coches más usados por los taxistas por sus bajos consumos y será recordado como el primer coche de muchos méxicanos, incluso como el coche con el que aprendieron a conducir.

Mientras tanto, en Europa, el Atos no era más que un cochecillo barato y sencillo, que tenía en el Daewoo Matiz a su máximo rival, junto al Suzuki Wagon R+, por poner unos ejemplos. Fue reemplazado por el Hyundai i10, que mantenía el mismo concepto de vehículo, pero cuidaba mucho más algunos aspectos como el diseño o como la calidad de sus ajustes. Lo más parecido al Hyundai Atos que podemos encontrar actualmente, es el Suzuki Ignis, ya que por concepto y hasta por diseño, es muy similar –siempre salvando las distancias, obviamente–.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Finlandesa Gasteiztarra
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Finlandesa Gasteiztarra

Tengo uno y tiene muchas cosas curiosas muy bien escondidas.
Tiene más aptitudes offroad que un captur, tiene más maletero que un corsa de la época y el piso quedaba plano, cabe en un arcén, puede usar gasolina de octanaje absurdamente bajo, es mucho más estable de lo que parece, su motor es bastante silencioso, y es muy divertido de conducir en ciudad.


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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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