Puede que a algunos esta marca les suene a algo exótico, a indio, y entonces acertarán. Tata es un gigante asiático de la India con diversas ramas de actividad, entre ellas una dedicada al automóvil. Su división del motor nació en 1945, y pensó en el mercado europeo cuando diseñó y fabricó este coche.
Nació en 1998, su nombre es la mezcla de “India” y “Car”, y ha tenido varias revisiones: la primera en 2004 y la que llega a la actualidad, desde 2007. Lo podríamos enmarcar en el segmento A o subcompactos a tenor de sus medidas -3.675 mm de largo, 1.690 mm de ancho y 1.500 mm de alto-. A primera vista llamaba la atención su altura y sus proporciones, ofreciendo un gran espacio interior aparentando ser más pequeño. El portón trasero llevaba un pequeño alerón e integraba los grupos ópticos traseros, limpia y lavaluneta, además de luneta térmica, y un escape cromado.
A destacar la versatilidad que otorgaban cinco puertas, con un ángulo de apertura de casi 90o, aunque es en el interior donde descubrías su equipamiento ciertamente completo para su precio: aire acondicionado con buen funcionamiento, elevalunas eléctrico en las cuatro ventanillas, cierre centralizado con mando a distancia, un equipo de sonido JVC con una antena de poca calidad, airbag de conductor y avisadores acústicos de ausencia del cinturón de seguridad conectado y de luces encendidas.
Era un coche totalmente alejado de pretensiones narcisistas, excluido de las preferencias de aquellos apasionados por el lujo, el diseño, el equipamiento o las prestaciones. Era simplemente un coche y punto, considerado como un medio de transporte para llevarte de A a B, aunque sin renunciar a un mínimo de confort y abundante equipamiento a un precio de derribo.
Estaba dotado de espacios suficientes para guardar objetos puertas, guantera, detrás de los respaldos delanteros…). Gozaba de una gran visibilidad en todas las direcciones, aspecto muy práctico en el tráfico urbano. También llevaba faros halógenos de serie. El equipo de audio, firmado por la casa JVC era bueno pero la antena era una patata, una vez que salías de la ciudad podías olvidarte de tener cobertura de la mayoría de las emisoras de radio.
No busquemos calidad en sus materiales pues era la justita, aunque los ajustes no eran malos, aguantaban el paso de los kilómetros sin ruidos extraños. Sus asientos eran cortos de banqueta y no cubrían todas las piernas, con una posición de conducción elevada y sin regulación en altura, por lo cual no era indicado para personas de más de 1,70 metros. Lógicamente no han gastado gran cosa en aislamiento acústico por lo que era un coche bastante ruidoso, no apto para largos viajes.
Como hemos comentado antes el aire acondicionado, con buen funcionamiento, se agradecía en los meses de canícula veraniega para callejear por las ciudades y resultaba fácil aparcarlo gracias a su pequeño tamaño y a la dirección asistida. Era apto para cuatro personas y su maletero era como el resto del coche, pequeñito (220 litros).
El fabricante indio nos lo ofrecía con dos mecánicas, una de gasolina con un motor de 1.4 litros y 85 CV, y otra de gasoil también de 1.4 litros con 71 CV. Con el motor diésel el Indica se movía como pez en el agua dentro del tráfico urbano y no se portaba mal en recorridos medios, con un consumo casi ridículo. Por carretera podías rodar un poco por encima de las velocidades legales sin mayor problema, eso sí, anticipando con tiempo las maniobras de adelantamiento.
Sus prestaciones básicas eran las siguientes: 1.405 cc y 71 CV de potencia máxima a 4.000 RPM con un par máximo de 14,3 Nm a 2.500 RPM, velocidad máxima de 155 km/h, aceleración de 0 a 100 km/h en 15,5 segundos y un consumo medio de 6 l / 100 km. Su peso andaba alrededor de los 1.100 kg.
Sus frenos eran de disco en el eje delantero y de tambores en el trasero, suficientes para detener el coche con cierta seguridad. La caja de cambios era de cinco marchas en ambas mecánicas. También iba dotado de ABS de última generación (en su día) y ABD. En cuanto a su seguridad pasiva iba equipado con barras de protección lateral, columna de dirección colapsable y asientos delanteros antisubmarinos (evitaban que los ocupantes se deslizasen por debajo de los asientos en caso de choque frontal).
Si ponemos la mano en el corazón Tata no engañaba a nadie, era coherente con lo que ofrecía, no había lujos aunque sí diseño italiano, ni equipamiento sofisticado o prestaciones de infarto. Era un vehículo adecuado para aquellas personas que valoraban la eficiencia y el ahorro sobre todo lo demás, que veían el coche como un medio de transporte al servicio del hombre.
Seguro que no era un coche que despertaba pasiones ni emociones al personal, vamos, que de espíritu RACER nada de nada, pero pienso que también debemos hacer un hueco a estos humildes vehículos que desempeñaban su labor y resultaban muy útiles en su cometido.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...mi amiga tenía uno, es el coche menos fiable que he visto en mi vida, lo desguazó con 6 años porque cuando no petaba el alternador, lo hacía la bomba de agua, cuando no era la bomba de agua, era el caudalímetro, y al final la ecu quedó frita.
PD: confirmo lo de la antena, para hacerse un harakiri la condenada
Quizá no tenga espíritu RACER, si nos ceñimos a las sensaciones relacionadas con la velocidad y la potencia. Pero creo que a fin de cuentas el mundo de la automotor, tiene que ver con las sensaciones y las emociones que nos despiertan esos fierros que no sólo tienen que ver con ir del punto A al punto B. También están esas sensaciones y emociones positivas que nos despierta el tener un coche que es coherente, que es honesto, que cumple con lo que promete. Es que aunque pareciera que el pragmatismo se impone por sobre lo demás, de repente te… Leer más »
Puede ser que el interior se parezca al de alguna generación de Fiat Punto?
Como dice el último párrafo, espíritu racer… Nada de nada