Aunque el término Rapid lo empezó a utilizar la marca checa Skoda en los años 1935-1940, nos vamos a referir a la serie fabricada desde 1981 hasta 1990. Se sacaron hasta cuatro versiones diferentes: Rapid 130, Rapid 135 y Rapid 136. Tenían en común la disposición “todo atrás”, es decir, motor y transmisión trasera, pero con el radiador en la parte delantera. Era un coupé de dos puertas y fue el remplazo del Skoda 110R.
Skoda ya era por entonces una de las pocas marcas de los paises tras el Telón de Acero que consiguió exportar sus vehículos a Europa Occidental, y su éxito se basó en su bajo precio -en su lanzamiento estaba cercano a los 5.300 euros- y en su robustez y sencillez mecánica.Tiene una línea original en la que no ha primado la aerodinámica ni se regía por los cánones de diseño de la época. El parabrisas estaba más inclinado que en la berlina del que procedí,a junto a dos grandes puertas y una trasera descendente hasta los pilotos traseros con una peculiar ventanilla trasera; quizá lo más bonito eran unas pequeñas pero reshulonas llantas de aleación de 13 pulgadas de medida.
Interiormente destacaba por una gran simpleza y austeridad de diseño, con un salpicadero lineal comandado por cuatro grandes relojes -velocímetro, cuentavueltas, nivel de combustible y temperatura del refrigerante- y el resto de mandos desperdigados por el mismo.
Su atípica implantación mecánica resultaba ya anacrónica incluso en estos tiempos, pues salvo el Porsche 911 ningún otro modelo la utilizaba; nos llevaba a rememorar coches todavía más antiguos como los Renault 8 o el Simca 1000. Portaba un motor de 1.289 c.c., que entregaba una potencia de 62 CV a 5.000 RPM y un par máximo de 103 Nm a 2.850 RPM. Su caja de cambios era de cinco velocidades, y frenos delanteros de disco y traseros de tambor. Su peso era de 1.240 kg y sus medidas 4,20 m de largo, 1,61 m de ancho y 1,38 m de alto. Tampoco resultaba muy gastón, entre 6,5 l/100 km y 8 l/ 100 km, poco para entonces, y una velocidad máxima de 158 km/h.
Veamos lo más característico de este coche, su comportamiento. Al ser un todo atrás tenía un reparto muy desequilibrado de pesos, con un eje delantero muy liviano que se volvía rebotón y errático, sobre todo por carreteras de montaña bacheadas. Era muy subvirador ,por lo que si entrabas fuerte en una curva cerrada la trasera empujaba mucho y tendía a sacarte hacia afuera, entonces debías corregir con el volante y cortar en exceso la trayectoria por el interior de la curva.
Era un coche que lo único que tenía de coupé era la línea, pero una vez que se conocía su peculiar comportamiento se llevaba bien, lo que unido a un bajo precio y una robustez estructural y mecánica comprobada le llevó a tener unas ventas aceptables. No es un Porsche 911, pero resultaba divertido y molón.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...COMENTARIOS