Los motores diésel, casi desaparecidos del mercado desde el famoso “Dieselgate” protagonizado por Volkswagen, fueron durante más de 20 años la tecnología estrella de los fabricantes. Evolucionaron a una velocidad increíble, dieron forma a una época emocionante, con una escalada tecnología espectacular –motores con dos, tres y hasta cuatro turbos, motores de hasta 10 cilindros, potencias de más de 400 CV… –. Incluso llegaron a dominar competiciones como el Mundial de Resistencia y se dejaron ver en otras categorías como el Mundial de Turismos –ganado por SEAT con un León TDI en una ocasión–.
Nos acostumbramos muy rápido a tener motores diésel con consumos de risa y prestaciones equivalentes a los gasolina, y hasta en algunos casos, mejores, no en balde se crearon versiones deportivas que fueron un éxito de ventas. Pero no siempre fue así, el diésel necesitó tiempo para convencer a los usuarios, o mejor dicho, los fabricantes necesitaron tiempo para encontrar la fórmula de hacerlos interesantes y los primeros motores que se ofrecieron no eran especialmente potentes, ni tampoco especialmente rápidos, ni mucho menos refinados.
De hecho, en la década de los 70 todavía se ofrecía mecánicas diésel atmosféricas como las definidas anteriormente: no eran potentes, no eran rápidas ni tampoco eran refinadas. Mecánicas que se contaron con cierta popularidad en España, al menos entre los taxistas, porque permitían un trabajo más que decente, con unos costes operativos bastante contenidos. Famosos fueron los motores diésel Perkins, pero también los fabricados, por ejemplo, por la propia SEAT –de origen FIAT, obviamente–, que se dejaron ver en modelos como el SEAT 131 o como el SEAT Ritmo Diesel.
El SEAT Ritmo Diésel, además, fue un coche que ya prefiguraba un tipo de opción que se haría muy popular algunos años después: los compactos con motor diésel. Y para añadir algo más de interés al modelo, también se puede decir que fue el primer compacto con motor diésel que se fabricó en España, aunque se trata de un modelo cuya apreciación por el público es nefasta, y al parecer, con mucha razón.
FIAT concibió el Ritmo Diésel desde el mismo momento en el que se desarrolló el mismo modelo, es decir, el coche estaba pensado desde el inicio para montar un propulsor de estas características, o eso al menos anunciaba la marca. Eso quiere decir que el chasis no se modificó en ninguno de sus apartados para acoger el nuevo conjunto mecánico, a pesar de que pesaba 75 kilos más. Sí se añadieron, por otro lado, una batería de 66 Ah, un radiador de flujo transversal mucho más grande con dos electroventiladores, así como un revestimiento insonorizante más grueso bajo el capó.
El eje delantero se tomaba del FIAT Ritmo con cambio automático, que montaban muelles y barra estabilizadora específicos, mientras que los tarados de suspensión son los mismos que en las versiones gasolina.
Bajo el capó había un motor cuyo origen era el bloque de 1,8 litros de gasolina, el cual, como cabe imaginar, se adaptó para funcionar con gasóleo. Por ejemplo, los cilindros pasaron a tener un milímetro menos de diámetro –83 en lugar 84 milímetros–, los conductos de lubricación aumentaron ligeramente su diámetro y la bomba de aceite se tomaba prestada del motor dos litros. Curiosamente, el cigüeñal era el mismo, con los contrapesos modificados para compensar la mayor masa de bielas y pistones.
Así se logró un motor de 1.714 centímetros cúbicos, con una compresión de 20:1, dos válvulas por cilindro accionadas por un solo árbol de levas, inyección Bosch y 55 CV a 4.500 revoluciones. Se anunciaba un consumo de 5,6 litros cada 100 kilómetros, pero una irrisoria velocidad punta de 138 km/h.
El coche, al parecer, fue un fiasco. Según se cuenta en foros, el chasis se deformaba porque no soportaba el peso del motor –no tenía cuna y todo el peso recaía en las “patas” delanteras del chasis”. Y esto es uno de los problemas que se podía encontrar cualquier propietario, porque también fue muy común que todo el mundo se quejara de su poca potencia y de su exasperante lentitud en carretera.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".No le recuerdo especialmente lento pero daba muchas averías especialmente la bomba de inyección y la correa de la distribución que se rompió antes de lo que anunciaba el manual
Juan, buenos días. Muchos hacéis comentarios con respecto a la velocidad, pero la verdad es que se trata de un comentario que he visto en un par de foros y en algún comentario en redes sociales. De todas formas, con una velocidad de 138 km/h y el kilómetro con salida parada en más de 37 segundos, rápido no se puede considerar. El Renault 9 1.6D anunciaba 148 km/h y el Talbot Horizon 1.9D rozaba los 160 km/h, por ejemplo.
Menudo comentario que el diésel está desaparecido ja ja y el ritmo diesel fue peor que malo
Ah, ¿no están desapareciendo los diésel?
No es así exactamente, tenía algunos defectos , algunos después de entenderlos fáciles de reparar para siempre, el chasis si acababa fallando pero con km y trato bastante malo, lo conozco bien ya que le hice 700000km, repare motor y chasis
No estoy en nada de acuerdo con lo que publicáis, y según lo que decís, debo ser la excepción… Yo tuve uno de los primeros, con motor original Fiat, le hice 205.000 km sin problemas especiales. Todos los diesel de su tiempo hacian ruido, pero puedo asegurar que entre 80-120 le daba caña a los 124-1430 en adelantamientos, porque la aceleración en ese intervalo la podías hacer en 4 marcha sin tener que reducir, y con eso ganabas tiempo a un gasolina… ahora sí, después más de 120 era ya otra cosa. Y lo de la deformación, nada de nada,… Leer más »
Buenas. Pues la verdad, como digo en el artículo, es lo que se dice en foros y redes sociales. Evidentemente, no es en todos los sitios, pero no son pocos los que opinan que el Ritmo Diésel fue malo de narices.
Creo que no sabéis ni queréis juzgar en el contexto de su momento: sólo estaba el VW Golf Diésel, el Kadett, igual de testimoniales en España; luego llegó el Ritmo y afortunadamente el Horizón, sin duda el mejor compacto Diésel de su tiempo… Añadamos los posteriores Ronda (*), Escorr/Orion y R-9/11. (estos igual de lentos y ruidosos, sólo se salvaba algo el 1.9 XUD de PSA de Horizon y BX. (*) Y tan nefasto no debía ser, cuando el Ronda era el mismo coche, con cambios estéticos, y el Málaga un derivado con maletero separado; podemos meter en el grupo,… Leer más »
Carlos, muy buenas. Si lo de periodistos y generación de cristal va por mí, quizá debas leerte otra vez el artículo –pone claramente que “parece ser” y “en foros y redes sociales se dice”–, o bien, pensarte dos veces los comentarios, porque yo no falto al respeto a nadie.
Se habla, se dice, se comenta… XD XD XD No nrcesito me aconsejes reller el artículo, pues con 1 me ha llegado, y a la vista de la contextualización y argumentación, TÚ tal vez debieras leer, que no es mirar textos, y procesar mi comentario aplicando la exigible comprensión lectora… Habrás visto, o debieras, que conozco aquellos aqiellos y el contexto, y viajado y conducido esos coches, y que a la vista de lo anterior no hay falta de respeto ninguna, sino rechazo a cuñadismos con o sin título, pero facilones y descontextualizados. No es falta de respeto, es constatación… Leer más »
Qué lástima que para defender una postura haya que faltar al respeto. Aquí el que queda como cuñado es usted, que impone su ley y que además se oculta a través de un apodo. Le diré, porque creo que no sabe de qué van esto del periodismo, que se trata de buscar información, tratarla y contarla. Al no haber podido conducir esos coches, y al no tener la certeza de que sea 100% veraz la información que se encuentra, hay que dejar claro que es algo que dicen los demás. –por eso se remarca el “se dice” o “se cuenta”–.… Leer más »