Coche del día: SEAT León Cupra (1P)

Coche del día: SEAT León Cupra (1P)

Sus 240 CV le hacían uno de los SEAT más potentes hasta ese momento


Tiempo de lectura: 3 min.

El SEAT León Cupra de la segunda generación, presentó un enorme salto con respecto a la primera entrega del modelo y eso que el León Cupra 1M fue un coche cuya valoración fue notablemente buena. Sin embargo, con la segunda edición del León Cupra, SEAT puso mucha carne en la parrilla, había mucho en juego.

La segunda generación del SEAT León generó una enorme polémica. Por un lado, muchos aplaudieron la valentía y la iniciativa de la marca al apostar por un diseño completamente diferente a la primera generación, pero por otro lado, había quien criticó sin tapujos un diseño que, seamos sinceros, era muy arriesgado. Volkswagen quería que SEAT destacara en su faceta más deportiva y le dieron una personalidad muy fuerte, algo que siempre resulta muy polarizante.

Junto a esa personalidad estética, también se añadió otra más interesante: la dinámica. La segunda generación del SEAT León tenía un marcado talante deportivo y se notaba en su agilidad en carretera, así como por su estabilidad y por versiones como el León 1.8 TSI y, por supuesto, como el SEAT León FR o el SEAT León Cupra. De hecho, este último fue un coche que acaparó una gran cantidad de atención, pues llegó con unas credenciales más que respetables.

El SEAT León Cupra 1P llegó en una época que, se podría decir, fue todo esplendor. Los fabricantes se dejaron llevar y pusieron en circulación algunos de los compactos más potentes y deseables de cuantos se habían comercializado hasta la fecha. Las revistas de la época se hicieron eco de esta situación y no tardaron en alabar la escalada de prestaciones, pero también en remarcar que los compactos deportivos eran cada vez más rápidos y más exigentes en su conducción.

SEAT León Cupra II (3)

La prensa de la época llegó a decir que su presentación era muy llamativa y radical

Suelen ser cosas que van de la mano: potencia y necesidad de experiencia al volante, aunque en ocasiones, los fabricantes buscan soluciones para hacer de sus coches sean criaturas benévolas, al menos lo suficiente para que todo el mundo pueda disfrutarlas. El SEAT León Cupra ofrecía una buena dosis de eso mismo, de prestaciones al alcance de todos, aunque no estaba exento de un genio no apto para todos los públicos.

El León Cupra II tenía un cuatro cilindros de 1.984 centímetros cúbicos –de carrera larga, 82,5 milímetros por 92,8 milímetros para diámetro por carrera respectivamente–, con culata de cuatro válvulas por cilindro, dos árboles de levas, distribución variable, inyección directa, turbo e intercooler, que desarrollaba 240 CV a 5.700 revoluciones y 30,6 mkg –unos 300 Nm– entre 2.200 y 5.500 revoluciones. Todo ello gestionado por un cambio manual de seis relaciones.

Los datos de prestaciones eran más que buenos. El 0 a 100 km/h lo completaba en poco más de seis segundos, los 400 metros con salida parada los hacía en 14,59 segundos, los 1.000 en idénticas condiciones se iban hasta los 26,21 segundos, para el 80 a 120 km/h en quinta necesitaba 6,10 segundos y en sexta 8,27 segundos. Los 400 metros desde 40 km/h en quinta los hacía en 19,17 segundos y podía alcanzar los 247 km/h.

Era unos de los SEAT más rápidos hasta ese momento, y también uno de los más eficaces. La prensa de la época lo definió como “soberbio”, añadiendo cosas como “equilibrio sorprendente” o que tenía una trasera participativa en la conducción. Respecto al motor, tenía un “importante cambio de carácter” a partir de 3.000 revoluciones y en banco de potencia superaba los 260 CV.

Un coche interesante, y además, “barato”: 26.600 euros, pero claro, de 2004, actualmente rondaría los 41.000 euros.

COMPARTE
Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

COMENTARIOS

avatar
2000
 
smilegrinwinkmrgreenneutraltwistedarrowshockunamusedcooleviloopsrazzrollcryeeklolmadsadexclamationquestionideahmmbegwhewchucklesillyenvyshutmouth
Foto
 
 
 
  Suscribir  
Notificar de


NUESTRO EQUIPO

Pablo Mayo

Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

Alejandro Delgado

Jesus Alonso

Soy un apasionado de los coches desde que era muy pequeño, colecciono miniaturas, catálogos, revistas y otros artículos relacionados, y ahora, además, disfruto escribiendo sobre lo que más me gusta aquí, en Espíritu RACER.

Javier Gutierrez

Mauro Blanco