Si el Rover Streetwise hubiese permanecido en el mercado desde que se puso a la venta allá, por el año 2003, se hubiese encontrado con muy pocos rivales durante todo este tiempo. De hecho, solo se me ocurren el Volvo V40 Cross Country o el inminente Ford Focus Active. Cierto es que el Rover 25 se movía a caballo entre el segmento B y el de los compactos, así que quizá pudiéramos incluir al Volkswagen CrossPolo (o Soho), Citroën C3 XTR o Hyundai i20 Active.
El Steetwise no fue solo un pionero que vivió en solitario, sino que esta versión supuso una especie de revitalizante para un modelo (el Rover 25) que casi agonizaba en muchos mercados europeos. La solución para darle un nuevo aire mientras la marca se tambaleaba de mano en mano, pasó por otorgarle una imagen offroad, aunque desde el principio en las notas de prensa se decía que el coche estaba destinado a personas jóvenes y urbanas. El propio nombre lo dejaba claro, pues se podría traducir el término streetwise como “animal de ciudad”.
Y en esa jungla los paragolpes de plástico gris venían ni que pintados para los pequeños arañazos de aquellos que aparcan de oído… Ese elemento que hoy en día es sinónimo de crossover o SUVs (y antiguamente de versiones básicas de compactos o berlinas) se extendió en el contorno de su carrocería mezclándose con el color del coche u otras molduras plateadas también muy de estilo aventurero. Delante, además, se enmarcaron los faros dentro del paragolpes para no variar en exceso el original del Rover 25. Los pasos de rueda también contaban con las molduras pertinentes, y en el techo se colocaron unas barras portaequipajes muy pintonas. Como remate, la suspensión se elevó 28 milímetros, suficiente para poder salvar bordillos sin dejarse los bajos.
Ya que hablamos de dimensiones, el Streetwise medía 3,98 metros de longitud, por lo que se quedaba entre los utilitarios tipo Ibiza o Fiesta y los compactos. Por habitabilidad o un maletero de 325 litros, lo mismo. Frente a los más modernos de ambas categorías se quedaba un poco descolgado en su diseño interior, porque seguía basándose en la Serie 200 del año 1995. Sí que hubo algunos retoques para modernizarlo, como inserciones de imitación a aluminio en salpicadero o alrededor de la palanca de cambios, instrumentación con fondo azul o una nueva tapicería mixta de piel y tela.
El Streetwise estaba disponible con carrocerías de 3 y 5 puertas y dos niveles de acabado, S y SE
En cuanto a las mecánicas, en nuestro país estuvo asociado inicialmente a un motor gasolina y otro diésel. El primero era el 1.4 de 103 CV que ofrecía unas prestaciones oficiales de 173 km/h, 0 a 100 en 11 segundos y un consumo medio de 7,3 l/100 km. Por su parte, el motor de gasóleo era el conocido bloque de origen Rover con 2 litros de cilindrada en su versión de 101 CV. Era 5 km/h más rápido en velocidad punta que el gasolina, aceleraba en cuatro décimas menos y homologaba un consumo de 6 litros de media.
El funcionamiento del 2.0 TD era algo tosco por su nivel de vibraciones o sonoridad. Resultaba perezoso a muy bajas vueltas, pero una vez superado ese lapso empujaba con fuerza logrando unas cifras de recuperaciones en marchas largas destacables gracias a una buena elección en los desarrollos del cambio. Sin embargo, el manejo de la transmisión era uno de los peores elementos del coche por resultar dura de accionamiento y un tacto poco fino. Esto ocurría también con la dirección, más pesada para circular por ciudad de lo esperable en un coche ideado para moverse por ella con agilidad.
Aunque rejuvenecido en su aspecto, el Streetwise evidenciaba que a su base le pesaban ya los años. Aun así, no era un mal coche si buscábamos diferenciarnos del resto de utilitarios o compactos a un precio razonable. Se movía en una horquilla entre 13.800 y 17.200 euros del año 2003 (entre 18.300 y 22.900 euros de ahora). En 2004 la gama se renovó con un 1.6 de 109 CV y el 1.8 de 116 asociado a un cambio automático. Un año más tarde la marca desaparecía, así que el Rover Streetwise estuvo muy poco tiempo en el mercado.
Ángel Martínez
Soy uno de esos bichos raros a los que les apasiona hablar de coches y se pasaría horas comentando modelos o repasando la historia de la automoción. Pienso que la mayoría de ellos tienen su encanto, desde el deportivo con el que soñamos hasta el utilitario que te encuentras en cualquier esquina.Es cierto que en la versión diésel 2.0 101cv el motor es de Bmw?
Nones, ese motor fue desarrollado por Powertrain Ltd, empresa relacionada con Rover Group.