Nuestro protagonista de hoy, el Monteverdi High Speed 375, es otro de esos automóviles nacido de la ilusión de su creador, Peter Monteverdi, un suizo dedicado al mundo de la automoción desde su juventud en el negocio familiar fundado por su padre, en el que se vendían y se les daba servicio de mantenimiento a vehículos de distintas marcas, entre ellas Ferrari o BMW, entre otras.
No fue hasta principios de los 50 cuando Monteverdi empezó a crear sus primeros automóviles. Inicialmente optó por pequeños vehículos de corte deportivo, entre ellos el Special y un modelo bautizado como Tourismo. El primero era un escueto roadster de dos plazas con 40 CV de potencia. El segundo modelo de la marca suiza era un pequeño coupé de cuatro plazas, propulsado a las ruedas traseras por un motor de 998 cc, todo ello asociado a un cambio manual de cuatro velocidades y 42 CV de potencia.
Es a principio de los 60 cuando Peter Monteverdi empieza a barajar la opción de crear un potente deportivo, al estilo de los Intermeccanica o los mismísimos De Tomaso
La idea iba tomando forma y mientras tanto se centraba en otros proyectos. Uno de ellos, y de los más importantes de la marca, es quizás tener el mérito de ser la primera empresa suiza en construir su propio F1, al que bautizaron como MBM (Monteverdi Basel Motors). Tal fue el éxito de este proyecto que la marca suiza se embarcó en la compra de Onyx un equipo que competía en el mundial de F1. La aventura por desgracia duró poco y tuvo que dejar la competición por falta de capital.
Fue en 1967 cuando Monteverdi empieza a trabajar en la creación de nuestro protagonista y ese mismo año presenta en el Salón del Automóvil de Frankfurt el que sería el primer modelo de la saga, el High Speed 375 S, un deportivo de dos plazas. Sobre un chasis de acero, la carrocería del primer 375 S estaba fabricada en aluminio.
Peter Monteverdi siempre tuvo la ilusión de construir su propio deportivo y es en el High Speed 375 donde encontró la fórmula idónea para llevar a cabo su proyecto
Pietro Frua fue el encargado de diseñar la línea del primer Monteverdi. Para propulsar al esbelto suizo, se optó como ya habían hecho antes otras marcas europeas, por un motor de origen americano fabricado por Chrysler. Con una disposición de 8 cilindros en V y 7,2 litros de cubicaje rendía 375 CV de potencia, y es de ahí mismo de donde nace la nomenclatura del modelo: su potencia y la carrocería.
Entre 1968 y 1969 la fábrica de Frua creó un total de 11 unidades del modelo S y, a finales de ese mismo año, Monteverdi rompe la alianza con el diseñador italiano, pero antes crean conjuntamente un coupé 2+2, de los cuales uno se queda en propiedad de Pietro y el otro pasa a manos del constructor suizo. Este modelo del 375 de denomina con las siglas 375 L por la mayor distancia entre ejes respecto al modelo del que deriva.
Partiendo de la base del 375 L y asociándose esta vez a Carrozzeria Fissore, una pequeña empresa de la zona de Turín, Monteverdi crea varias versiones de su 375 de una manera prácticamente artesanal. Desde un coupé con una distancia entre ejes recortada, denominado 375 S, pasando por un sedán de cuatro puertas al que acuñaron como 375/4, o un exclusivo cabrio al que lo bautizaron como Palm Beach, del que solo se fabricaron un par de unidades y tenía un motor más grande, un Chrysler 7.2 V8.
Otra versión descapotable con la nomenclatura 375 C también estuvo dentro de la gama y hay constancia de un total de seis coches de este tipo. Por último en 1972 se presentó la versión Berlinetta GT, un coupé con un frontal algo más cuadrado que el de sus hermanos. Seguía manteniendo la misma motorización y por supuesto las primeras calidades y acabados de sus hermanos de saga.
En el camino se quedó el Monteverdi 2000 GTI, una versión que habría sido más económica con motor de 130 CV. No se aprobó su producción. La fabricación de los 375 cesó en 1976, cuando su propietario decidió darle un nuevo rumbo a la compañía suiza y comenzar a fabricar otro tipo de vehículos, manteniendo los estándares de calidad pero enfocándose en otros segmentos, sobre todo el de vehículos todoterreno entre los que destacan sus modelos Safari y Sahara.
En 1984 la marca cerró su fábrica y sede en Basilea. Un año más tarde en el mismo sitio se inauguró el Monteverdi Automuseum en honor al trabajo de tantos años de Peter Monteverdi y sus modelos, en el cual pueden disfrutarse de unos 70 vehículos de todas las épocas del constructor suizo.
J. Rubio
Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.COMENTARIOS