El Milan Red pertenece al selecto y reducido club de superdeportivos, un espacio donde los pequeños fabricantes pueden dar a conocer sus exclusivas criaturas a precios de escándalo. Este modelo salió a la venta en 2018, y es obra de una compañía austríaca llamada Milan Automotive, nacida en 2012.
Como en todos estos vehículos, la elección del nombre está muy pensada. Proviene del sobrenombre con el que se conoce al milano real o milano rojo, “Red Kite” en inglés. El espíritu de esta maravillosa ave rapaz se ve reflejada en el carácter del coche, formando también parte de su logotipo. No es casualidad que las fotos oficiales se hayan tomado en un hangar de aviación.
Su aerodinámica está muy estudiada, aspecto donde las aves rapaces son auténticas maestras. Siempre hemos dicho que la naturaleza es nuestra maestra, y no hacemos otra cosa que copiarla -de forma burda- mediante las creaciones de nuestros ingenieros y diseñadores. Milan Red es un nombre muy acertado sin duda. Más que verlo, lo oiremos si tenemos la fortuna de cruzarnos con uno de ellos.
Inspirado en una de las rapaces más bellas, el milano real o milano rojo –“Red Kite” en inglés-, su elaboradísima aerodinámica y su ligero peso de 1.300 kg le hacen “volar” pegado al suelo hasta los 400 km/h. Tan solo dedica 10 segundos -9,98 para ser exactos- para alcanzar los 300 km/h (no 100, 300)
Uno de los elementos de equipamiento más curiosos y llamativos es la posibilidad de monitorizar en una de las pantallas de su interior imágenes del latido del corazón del conductor. Suponemos que su ritmo se podrá acercar al límite del infarto en algunas ocasiones. Está siendo estudiado y desarrollado por el equipo de ingenieros.
El servicio de mantenimiento del vehículo tiene una clara inspiración en el Bugatti Veyron, con un servicio súper rápido de mantenimiento por parte de un grupo de ingenieros de la marca (denominados “Flying Doctors”, doctores volantes) en el propio desplazamiento hasta el cliente. También incluye diagnóstico remoto en tiempo real y telemetría.
Lógicamente añadiremos un peso muy contenido -1.300 kg- gracias al empleo masivo de la fibra de carbono en la carrocería, el chasis monocasco y la totalidad de la suspensión. Es un valor reducido dadas sus dimensiones, con 4.741 mm de largo, 2.156 mm de ancho, 1.197 mm de alto y 2.750 mm de batalla. A modo de ejemplo, un Bugatti Veyron coquetea con las 2 toneladas, y el Koenigsegg Agera con los 1.600 kg.
Debajo de esta preciosa carrocería nos encontramos un verdadero corazón de un auténtico atleta, experto en los sprints cortos e intensos. Su enorme V8 de 6,2 litros sobrealimentado con cuatro turbos está situado en posición central trasera longitudinal, y le permite desarrollar 1.325 CV a 7.000 RPM y 1.400 Nm de par, bajando de 1 kg/CV la relación peso/potencia. No todos pueden presumir de ello.
Un propulsor V8 de 6,2 litros con cuatro turbos en posición central trasera longitudinal que eroga 1.325 CV a 7.000 RPM y 1.400 Nm de par arroja una relación peso/potencia por debajo de 1 kg/CV
Como nos podemos imaginar, las prestaciones son de otra galaxia, al igual que el precio (a partir de 2 millones de euros). La velocidad máxima supera los 400 km/h, acelerando de 0 a 100 km/h en 2,5 segundos, necesitando 5,5 segundos para alcanzar los 200 km/h y 10 segundos para los 300 km/h -lo que tardan algunos compactos en alcanzar los 100 km/h.
Para que sus privilegiados propietarios disfruten al máximo de la conducción su inmensa caballería se transmite a las ruedas traseras, nada de tracción total. Para ello utiliza una caja de cambios automática de doble embrague y siete relaciones.
Como era de esperar, los frenos son discos carbocerámicos a las cuatro ruedas, con 390 mm de diámetro delante y 380 mm detrás, con pinzas Brembo de seis y cuatro pistones, respectivamente. La suspensión lleva amortiguadores ajustables adaptativos (podemos variar la altura de la carrocería desde los 90 hasta los 135 mm), dobles triángulos y barras estabilizadoras modificables.
El agarre es tal que en las curvas se pueden experimentar aceleraciones laterales de hasta 2,6 G, gracias a unos neumáticos de dimensiones 265/35 R20 delante y 325/30 R21 detrás que lo mantienen unido al firme. Las llantas son de aluminio forjado. En la zaga se añade un alerón con función de aerofreno, cuya utilidad resulta obvia.
Los principales rivales que tiene en su mirilla es el Bugatti Chiron y el Koenigsegg Agera. Y tienen motivos para preocuparse, a tenor de las palabras del CEO de Milán Automotive: “A día de hoy, ya se puede conducir un coche artístico que es un monstruo de alta tecnología, un trono sobre cuatro ruedas o un automóvil que solo sirve para un fin: llamar la atención. […] Aquí es donde entramos a jugar”. Solamente habrá 99 afortunados poseedores de esta maravilla de la ingeniería automovilística.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...COMENTARIOS