Tuvieron que pasar nueve años desde el final de la Segunda Guerra Mundial, en 1954, para dar un empujón definitivo a la industria automovilística japonesa. En el Salón del automóvil conocido como “All Japan” por entonces, que pasó a denominarse como Tokio Motor Show, comenzó un aumento de la demanda de automóviles debido a la notable mejora de ingresos por parte del pueblo japonés.
El Ministerio de Comercio Internacional e Industria, como se llamaba por entonces el Ministerio de Economía, Comercio e Industria japonés, creó un concepto nuevo: el “coche nacional”, nacido en 1955, con el objetivo de estimular la economía, algo que se consiguió con estas y otras medidas económicas.
Hasta estos momentos los coches eran inaccesibles para la mayoría de los ciudadanos japoneses debido a su elevado precio, de aquí que la puesta en el mercado de un coche barato cumpliría el sueño de mucha gente. Bajo estas premisas Mazda lanzó su primer coche, el coupé R360, (predecesor del K360, con tres ruedas), el 28 de mayo de 1960. Es un claro ejemplo de lo que se conoce como Kei Car.
Unos días antes de su debut oficial, Mazda ya tenía solicitados 4.500 pedidos del modelo. Su popularidad fue tal que en agosto vendió 2.000 unidades y en diciembre alcanzó su récord de ventas alcanzando las 4.090 unidades. A lo largo del año registró un total de ventas de 23.417 unidades, que suponían el 64,8 % del mercado de los kei car. Este simpático pequeñín supuso un gran hito en la motorización del pueblo nipón.
Una de las principales bazas de su éxito era su bajo precio, pero no la única. La principal novedad mecánica fue la utilización por primera vez del motor de cuatro tiempos, sustituyendo a los antiguos dos tiempos; su caja de cambios podía ser una manual de cuatro relaciones o una automática de dos relaciones. Como sistema de amortiguación llevaba cuatro tacos de caucho y barras de torsión.
Llevaba dos cilindros en V con 356 cc de desplazamiento. Su potencia era de poco más de 16 CV a 5.300 RPM, con un par motor de 22 Nm y estaba refrigerado por aire; era propulsión trasera y su velocidad máxima alcanzaba los 84 km/h. Este motor llevaba en su composición una notable cantidad de aleación de magnesio, que junto a una carrocería monocasco de aleación ligera, consiguió un peso de 380 kg. Su sistema de frenos comprendía discos delanteros y tambores traseros. Sus dimensiones andaban por los 2.990 mm de largo, 1.300 mm de ancho y 1.300 mm de alto, lo que podríamos denominar hoy un microcoche o pelotilla urbana. De esta versión se vendieron 65.737 unidades hasta 1969, fundamentalmente en el mercado japonés.
En 1962 la gama creció con la versión “Carol”, un 2+2, denominado P360, y que como curiosidad mecánica llevaba un motor de cuatro cilindros con la misma cilindrada que el de dos -el cuatro cilindros más pequeño del mundo- con 20 CV de potencia, y se fabricaron 265.226 unidades hasta 1970; también salió al mercado una versión convertible en 1964. Su producción duró seis años.
La última edición que se fabricó fue la P600, con un motor de cuatro cilindros y 586 cc y 28 CV de potencia, el más caro y lujoso y del que se vendieron 8.800 unidades, que se mantuvo en producción durante dos años.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...COMENTARIOS