Coche del día: Mazda 323 S 2.0 D (BH)

Coche del día: Mazda 323 S 2.0 D (BH)

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Tal vez este Mazda 323 S o 323 Sedan fuese el modelo más convencional de la marca vendido hasta la fecha en que fue lanzado en Europa, 1996. Hasta entonces la firma japonesa se había especializado en coches de nicho con rarezas como el pequeño 121 o el 323 F de aspecto coupé y faros escamoteables, sin olvidarnos del MX-5 (NB) o el exclusivo Xedos 6.

La séptima generación del compacto japonés vio crecer a una gran familia con hasta cinco carrocerías (la familiar no llegó a Europa) con el 323 F de cinco puertas, el hatchback de tres accesos, el coupé y este sedán de cuatro puertas que nos ocupa hoy. Era un modelo que llegaba a una categoría con cierto peso en el Viejo Continente, sobre todo en los países del sur. Aquí en España la reinaban los Peugeot 306 Sedan o Renault Mégane (posteriormente Mégane Classic).

Fue también conocido como Mazda Lantis, Protegé (Norteamérica), Artis (Latinoamérica), Étude (Sudáfrica) o Familia (Japón)

Con 4,33 metros de longitud, una generosa batalla de 2,6 metros y un maletero de 427 litros, entraba de lleno en la categoría, pero a pesar de todo lo hacía con una gran desventaja. Y es que se comercializó con un motor Diesel atmosférico cuando sus rivales ya montaban turbodiésel que rozaban los 90 CV. El bloque del Mazda era un 2.0 con 72 CV y 129 Nm de par. Declaraba una velocidad máxima de 164 km/h y aceleraba de 0 a 100 km/h en 16,4 segundos. Ahora nos parecerán pocos, pero este tipo de motores copaban nuestras carreteras aún bien entrada la década de los años 90.

Mazda 323 gama BA BH

Gama Mazda 323 (BA/BH)

De este modo, Mazda solo podía rascar un pequeño trozo del pastel, quedándose descolgada al no ofrecer variantes más potentes. La alternativa era un 1.8 de gasolina con 115 CV que dejó de venderse poco después. El motor de gasóleo se unió también a la carrocería de tres puertas, pero no al 323 F de cinco.

El Mazda 323 S 2.0 D era un coche con un carácter viajero ideal para desplazarse por autovías a ritmos tranquilos consumiendo poco, pero a la hora de enfrentarse a un repecho pronunciado o a un adelantamiento había que tirar del cambio y bajar incluso hasta tercera para poder ganar algo de velocidad. Las mediciones de las revistas de la época hablaban de un paso de 80 a 120 km/h en 18 y 24 segundos en cuarta y quinta marcha, respectivamente.

Con una tarifa de partida de 15.000 euros de la época (unos 24.000 euros de hoy), tampoco destacaba en precio frente a la competencia, pues su compatriota el Nissan Almera 2.0 D de 75 CV quedaba bien por debajo. Entre el equipamiento del 323 Sedan encontrábamos lo básico, quedando como opción el aire acondicionado (a un precio bastante elevado), los faros antiniebla o las llantas de aleación. El ABS no estaba disponible, pero sí el doble airbag frontal.

Mazda 323S BH 2

No era, por tanto, un coche que destacase en nada por mucho que se tratase del modelo más comercial de Mazda en nuestro país de acuerdo a los gustos de entonces. A su favor contaba con una estética original por poco vista y un interior sobrio pero muy bien acabado.

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Ángel Martínez

Soy uno de esos bichos raros a los que les apasiona hablar de coches y se pasaría horas comentando modelos o repasando la historia de la automoción. Pienso que la mayoría de ellos tienen su encanto, desde el deportivo con el que soñamos hasta el utilitario que te encuentras en cualquier esquina.

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