El Gumpert Apollo es un deportivo construido por el fabricante alemán Gumpert Sportwagenmanufaktur GmbH en la fábrica situada en la ciudad alemana de Altenburg. Esta empresa fue fundada por Roland Gumpert en 2004, y acabó declarándose en bancarrota en 2013.
Cuatro años antes de la fundación, en el 2000, Roland Gumpert propuso la creación de una nueva generación de deportivos que estuviesen homologados tanto para las carreras como para rodar por vías públicas. Después de ser durante tres años jefe de ventas y marketing, responsable del desarrollo de la red de concesionarios VW-Audi en China, el diseñador de automóviles Roland Mayer le sugirió si quería ayudar en la construcción de un prototipo de un deportivo.
Audi dio el visto bueno al asunto con la condición de que si se desarrollaba un nuevo deportivo no se quedase en fase de prototipo y pasase a la producción en serie. Una vez definidas las directrices técnicas se pasó a los primeros bocetos de diseño, realizados por Marco Vanetta. Paso seguido se produjo un modelo a escala 1:4 del Apollo, concretamente en 2001.
Con Gumpert colaboraron la Universidad Técnica de Munich y la Universidad de Ciencias Aplicadas de Ingolstadt, ayudando en la construcción, en simulaciones por ordenador y en pruebas en túneles del viento. Con esta investigación y desarrollo se diseñó el plano del primer modelo a escala 1:1 y se construyeron dos prototipos diferentes. La producción del Apollo comenzó en octubre de 2005. La previsión de producción era de 150 unidades en el período 2005-2008.
Una vez realizadas las gestiones pertinentes en su homologación para la circulación por vías públicas, se inició su comercialización en varios concesionarios de Gumpert. En opinión del jefe de pruebas Matt Prior en la revista Autocar, “el Apollo redefine el significado de la velocidad pura y la sensación de conducción”.
Su chasis es de tipo tubular construido en un tipo de acero denominado cromosómico, que no es otra cosa que una aleación de acero con cromo y molibdeno en diferentes proporciones. El motor va en posición longitudinal central trasera, todo ello va cubierto por una carrocería de fibra de vidrio, con paneles de fibra de carbono de forma opcional.
Su corazón era un V8 de 4,2 litros de origen Audi, con potencias que oscilaban entre los 650 y los 800 CV, esta última con Launch Control para optimizar las aceleraciones
El acceso a su interior se realiza a través de unas puertas de alas de gaviota. El interior podía ofrecer un interior a la carta según deseos de su futuro propietario, tanto a nivel de los materiales elegidos como de equipamiento. Es uno de los privilegios que estas marcas suelen ofrecer a sus dueños.
En cuanto a sus dimensiones, mide 4.460 mm de longitud, 1.998 mm de anchura y 1.114 mm de altura. Su batalla es de 2.700 mm y sus vías delantera y trasera son 1.680 y 1.590 mm, respectivamente. Su peso es variable según el equipamiento que lleve, partiendo de un mínimo de 1.100 kg.
Se decidió instalar el conocido V8 de 4,2 litros de Audi (4.172 cm3) para propulsarlo. Este V8 a 90º lleva lubricación de tipo cárter seco -para facilitar la lubricación del motor en situaciones de grandes aceleraciones longitudinales y transversales- y está construido en aleación ligera, al igual que los pistones. Cuenta con cinco válvulas por cilindro, cuatro árboles de levas en cabeza y sistema de distribución variable VarioCam.
Una curiosa afirmación de Gumpert; decía que su diseño optimizado permitía conducir boca abajo en el techo de un túnel cilíndrico a más de 300 km/h sin caerse. En teoría, su fuerza descendente sería superior a su peso
El sistema de escape es de doble flujo, con cuatro sondas lambda para monitorizar la mezcla de los gases de escape, junto a un convertidor catalítico de tres vías. También cuenta con un encendido electrónico de ocho bobinas, una por cilindro, un sistema de diagnosis controlable desde el puesto de conducción, un sistema de inyección de combustible secuencial multipunto y acelerador electrónico accionado por cable.
Este motor ofrece tres niveles de potencia según la versión a la que iba destinada: Base, con 650 CV a 6.500 RPM y 850 Nm a 4.500 RPM de par, que es la versión adaptada para circular por vías abiertas; Sport, creada para los circuitos, con carrocería de fibra de carbono en su totalidad y un motor potenciado hasta los 700 CV a 6.500 RPM y 850 Nm de par, además de una caja de cambios específica secuencial de siete velocidades. Por último, la versión Race, con 800 CV y con Launch Control para obtener la máxima aceleración y con todas las homologaciones de la FIA necesarias para participar en competiciones oficiales.
La transmisión es manual de tipo secuencial CIMA de seis velocidades, que le permiten exprimir el motor hasta alcanzar los 360 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en 3 segundos o alcanzar los 200 km/h en 9,1 segundos (en la versión base).
El equipo de frenos está a la altura del motor, con discos ventilados de 378 mm de diámetro en ambos ejes. Tampoco va cojo de calzado, pues lleva ruedas de medidas 255/35 ZR19 delante y 345/35 ZR19 detrás. La suspensión es de doble horquilla, con amortiguadores ajustables y barras estabilizadores en ambos ejes. Aunque esta pensada para el máximo rendimiento en circuito tampoco descuida el confort de sus ocupantes, siendo sobresaliente en este aspecto para ser un superdeportivo.
El 13 de agosto de 2009 batió el tiempo de vuelta de el circuito de Nürburgring Nordschleife: 7′ 11,57″
En abril de 2005 el Apollo debutó en la Copa Divinol y quedó tercero en el circuito de Hockenheimring. En 2008 una versión híbrida participó en las 24 Horas de Nürburgring; contaba con una mecánica híbrida formada por un motor de combustión V8 de 3,3 litros biturbo y 519 CV junto a un motor eléctrico de 100 kW (136 CV). También llevaba sistema de recarga de batería por frenada regenerativa.
Otro hito importante, el 13 de agosto de 2009 consiguió un tiempo de vuelta de el circuito de Nürburgring Nordschleife a manos de Florian Gruber, con un tiempo de 7′ 11,57″. Una curiosa afirmación de Gumpert decía que su diseño optimizado permitía conducir boca abajo en el techo de un túnel cilíndrico a más de 300 km/h sin caerse. Este hecho no se ha comprobado nunca.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...COMENTARIOS