Coche del día: Delage DH V12 “La Torpille”

Coche del día: Delage DH V12 “La Torpille”

Tal vez el único rival del Fiat SB4 Mefistofele


Tiempo de lectura: 5 min.

El Delage DH V12 “La Torpille” (el torpedo) no era un coche cualquiera. En los años 20 del siglo pasado la pasión por la velocidad estaba extendida por la sociedad e impregnaba el espíritu de aventureros y de cualquier persona de tener experiencias que le hiciesen sentir vivo. No olvidemos que se lanzó en 1923, cinco años después del final de la Primera Guerra Mundial.

La manera más sencilla de pulverizar récords de velocidad era instalar un motor realmente grande en el chasis de un automóvil. Existía un proveedor casi inagotable, que no era otro que el inmenso parque de motores procedentes de los aviones militares que participaron en la Primera Gran  Guerra. Viendo las grandes oportunidades que ofrecían los motores de aviación, Louis Delage, un conocido fabricante de automóviles francés, pensó que era buena idea probar un nuevo motor de avión en un automóvil de carreras.

Junto a Charles Planchon, primo y diseñador de Delage, decidieron construir dos auténticos velocistas con ruedas, uno con un motor de seis cilindros derivado de un automóvil de carretera, y otro mucho más enorme, un V12 de 10,5 litros (10.570 cm3), que después se podría utilizar en aviones. No es que cogiesen un motor de avión ya existente y lo probasen en un coche, sino que se diseñó nuevo para su posterior uso en la aeronave, previa prueba en el automóvil de carreras.

Delage DH V12 Le Torpille 1923 (7)

Este V12 llevaba dos bancadas de seis cilindros formando un ángulo de 60 grados, dentro de un bloque de aluminio fundido. Las válvulas, dos por cilindro, se situaban en un único árbol de levas situado en posición central (OHV). Este motor de aspiración natural estaba alimentado mediante dos carburadores Zenith. Se decía que podía llegara a generar 350 CV, aunque era más probable que se quedase en 280 CV a 3.200 RPM.

Su principal objetivo era superar el récord de su rival el Fiat SB4 “Mefistofele”. Lo consiguió pero la alegría le duró unos pocos días, desde el 6 hasta el 12 de julio de 1924

Este propulsor iba atornillado a un convencional bastidor de escalera, al que dotaba de una rigidez adicional. La plataforma tenía una batalla de 2.800 milímetros y unas vías delantera y traseras de 1.420 y 1.380 milímetros respectivamente. Su peso se estimaba en unos 1.500 kilogramos. Los ejes eran rígidos y la suspensión se encomendó a unas ballestas semielípticas. El sistema de frenos contaba con tambores en el eje trasero.

Delage DH V12 Le Torpille 1923 (2)

Su debut se realizó en la prueba francesa conocida como la ascensión al monte Gaillon de 1923, a manos del piloto René Thomas, obteniendo la victoria. Fue el inicio de una larga trayectoria del Delage  DH V12 “La Torpille” en carreras de diferente tipo, tanto de sprint de velocidad pura como ascensiones a montañas.

El clímax de su palmarés lo consiguió en la carrera a kilómetro lanzado en la Route Nationale 20, cerca de Arpajon (Francia), el seis de julio de 1924, teniendo como rival a Ernest Eldridge y su Fiat SB4 “Mefistofele”. El récord de velocidad, establecido en 230,63 km/h, le duró bien poco, viéndose superado unos días después de nuevo por Eldridge y su montura diabólica.

El Delage DH V12 fue comprado por Thomson & Taylor, una empresa de ingeniería de automovilismo y construcción de automóviles, con sede en la pista de carreras de Brooklands. Estuvieron activos entre las guerras y construyeron varios de los famosos autos que batieron récords de velocidad terrestre de la época. Se ofreció a un aspirante a piloto llamado John Rhodes Cobb, el cual continuó en la senda de los éxitos y victorias en las distintas competiciones. Su mayor éxito fue en la carrera disputada en 1930 cuando consiguió recorrer ocho kilómetros a un promedio de 208 km/h.

Delage DH V12 Le Torpille 1923 (1)

Kay Petre con su Delage DH V12 “La Torpille” en mayo de 1935

Lo más interesante de este “torpedo” de competición era su motor V12 de 10,5 litros y 350 CV, aunque lo más probable es que estuviese más cerca de los 280 CV

En 1933 recibió un motor más potente de origen aeronáutico, procedente del Napier-Railton, otro automóvil de competición muy bien valorado. En teoría el automóvil debería haber sido retirado de la circulación en 1935 al haber cumplido los diez años en competición, pero gracias al impecable mantenimiento ofrecido por la empresa Thomson & Taylor pudo completar la temporada de este año. Su último piloto fue Kay Petre, que alcanzó una velocidad récord de 216 km/h.

Al finalizar esta temporada de 1935 se retiró de la competición, pero continuó utilizándose como vehículo de pruebas en el circuito de Brooklands durante varios años. Durante la Segunda Guerra Mundial fue utilizado por su propietario de forma esporádica por carretera abierta, dejándolo finalmente guardado en un granero, cayendo enseguida en el olvido.

Delage DH V12 Le Torpille 1923 (4)

Un pequeño incendio afectó al DH V12. Unos cuantos años después su nuevo propietario lo restauró y modernizó, sustituyendo entre otras cosas los frenos por unos más modernos Bentley. Se dejó ver de nuevo en competiciones históricas, ganando en Silverstone en 1950.
En 1952 sufrió de nuevo otro incendio a causa de un aparatoso accidente en el cual su piloto resultó gravemente herido. Este incendio se debió a la rotura de un cilindro excesivamente desgastado, que reventó y dañó seriamente el motor. El vehículo fue entregado al padre del piloto, que tenía su residencia cerca del lugar del accidente.

El nuevo propietario comprendió la magnitud de los daños y tuvo que someter a una reconstrucción profunda de este motor único. Así, sustituyó los doce cilindros por otros seis juegos de dos cilindros, aunque mantuvo las culatas. Este trabajo tuvo su recompensa. El Delage DH V12 “La Torpille·” reapareció en 1966 en el Gran Premio de l´Automobile Club Francais en la ciudad de Rouen-les-Esarts, donde alcanzó una velocidad máxima de 222 km/h. Desde entonces el automóvil se convirtió en un participante fijo en eventos históricos británicos, en especial aquellos que suponen ascensiones de montaña.

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Sobre mí

Ginés de los Reyes

Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...

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