Si las series especiales en el 2CV fueron legión, en el Dyane no tuvieron tanta difusión, pero Citroën también las ofreció en los distintos mercados. Además del Caban, bastante conocida es la versión Côte d’Azur ofrecida en Gran Bretaña, en color blanco con detalles en azul. Y en nuestro mercado, al Capra le siguió meses después la segunda y última serie limitada del Dyane. Estamos hablando del Citroën Dyane 6 Edelweiss, lanzado a finales de 1981.
Existen muchos paralelismos entre los Capra y Edelweiss, pero también ciertas diferencias. Para empezar, su nombre también está relacionado con la naturaleza, evocando a la flor alpina homónima, (nombre científico: leontopodium alpinum), que es la flor nacional de Austria, pero que también se puede encontrar en ciertos lugares de nuestra orografía. Continuando con los paralelismos con los Capra, los pilotos traseros también son de origen LN, con sus protectores tubulares agrandados; la banda negra en la parte inferior de los laterales, los embellecedores de las ruedas también provienen del GS (aunque pintados en azul), y algunos detalles están pintados igualmente en negro, como los paragolpes delanteros y traseros o la pieza que permite la apertura del portón.
Pero aquí comienzan las diferencias, y es que el Dyane 6 Edelweiss estaba pintado en Azul Regata metalizado; los paragolpes delanteros poseen también unos protectores tubulares negros que no existían en los Capra; tiene dos retrovisores exteriores en negro, diferentes a los del Capra (que sólo tenía uno) y aparece un curioso portaequipajes, más estético que práctico, en el portón trasero.

La decoración exterior incluía una pegatina de la flor que le presta el nombre situada en el capot, seguida de una línea longitudinal, así como otra línea que une los laterales y el portón desde la aleta delantera hasta la trasera. En las puertas delanteras y en el portón aparece el nombre de la versión, mientras que el número de unidad (750 en total, frente a las 600 del Capra) sólo aparece en la tapa del maletero. La tapicería sigue la tónica del exterior del coche, siendo de tela azul.
Se puede decir que el Edelweiss fue el canto del cisne (quizá pegaría más decir “el canto del pato”, por uno de los apodos que reciben el 2CV y sus derivados) del Dyane vigués, pues en 1983 cesaría definitivamente su producción en Balaídos. La furgoneta Dyane 400, sin embargo, aún aguantaría unos años más en el mercado.
En estos primeros años de la década de los ochenta, Citroën lanzaría también versiones especiales basadas en el 2CV, como los 2CV 82 (“Naranjito”) o el Transat (variante local de los France 3/Beachcomber). Los Visa y AX también seguirían con esta tónica durante unos cuantos años, dando un soplo de aire fresco (¡y de color!) a la gama Citroën de la época. En otros países de Europa también proliferaron las series especiales de los modelos pequeños del doble chevrón, aunque con el tiempo, tanto en nuestro mercado como en el resto del continente, la originalidad estética fue dejando paso a los logotipos como (casi) única seña de distinción exterior.
Ni que decir tiene que Citroën no fue la única en ofrecer series especiales más o menos llamativas en la época: valgan como ejemplo las propuestas de Seat, Peugeot o Renault y que, a buen seguro, los que ya peinéis canas como un servidor, recordaréis con una sonrisa y cierta añoranza. Las decoraciones podrían gustar más o menos, pero lo que es indiscutible es que estos modelos le daban otro color al paisaje automovilístico.
Jesus Alonso
Soy un apasionado de los coches desde que era muy pequeño, colecciono miniaturas, catálogos, revistas y otros artículos relacionados, y ahora, además, disfruto escribiendo sobre lo que más me gusta aquí, en Espíritu RACER.Cierto, se echan de menos las series especiales de antaño, que daban personalidad a los modelos y les diferenciaban.