El Chrysler GS-1 Special by Ghia es un ejemplo del gran florecimiento de automóviles otro lado del charco y en la década de los 50. Basado en el Chrysler Thomas Special Ghia de 1953, su diseño salió de la mano de Virgil Exner, jefe estilista del equipo de diseño de Chrysler. Se construyeron en la factoría Carrozzería Ghia en Turín, quedando clara la intención de venderse igualmente en el viejo continente. Este acuerdo interoceánico perduró durante 15 años.
Se plantearon una producción inicial de 400 unidades, aunque solo se construyeron entre 12 y 40, según las fuentes consultadas, cada uno de ellos con diferentes matices, por lo que eran únicos; no existieron dos iguales. Virgil Exner tuvo la habilidad de modificar un coche de exhibición en un GT de edición limitada. Se cree que dos unidades fueron utilizadas por Chrysler para promocionarlo en Europa, aprovechando el Salón del Automóvil de Turín de 1954.
Se vendieron exclusivamente en Europa por el distribuidor francés Societé France Motors
Se cuenta que cuando se terminaron de fabricar las primeras unidades se las ofrecieron a la junta directiva. Uno de estos directivos, W. Alton Jones, se llevó una unidad como regalo a su esposa. Parece ser que no le gustó un detalle del coche, el hecho de ir sentada muy cerca del suelo. Dicho esto, se marchó de compras y se agenció un Bentley nuevecito. Menos mal que a la hija de ambos sí que le impresionó de verdad y se quedó con él.
El Sr. Jones murió en un desgraciado accidente de aviación en marzo de 1962 cuando se dirigía a Nueva York a pescar con un buen amigo, el ex presidente Dwight Eisenhower. En 1967 su viuda se llevó el automóvil a Aspen (Colorado, Estados Unidos), donde permaneció a buen recaudo hasta pasar a su nuevo propietario en 1999. Se restauró con total fidelidad basándose en numerosas fotografías luciendo como recién salido de fábrica, aunque es cierto que estaba en buen estado de conservación.
Estaba en el Chrysler New Yorker de Luxe, del que tomó el chasis, cuya nota más llamativa era su inmensa batalla de 3.213 mm. El motor era un Hemi 5.4 V8 de 180 a 235 CV, dependiendo de la fuente consultada, unido a una caja de cambios automática Power Flite de dos velocidades. Dos de estas unidades se entregaron a Ghia, y se ensamblaron de forma diferente al resto de unidades del Chrysler GS-1 Ghia. La suspensión era independiente en el eje delantero con muelles helicoidales, y eje rígido detrás con muelles semielípticos detrás. Los frenos eran hidráulicos, con tambores en las cuatro ruedas.
En Europa todavía era costumbre fabricar por un lado chasis y mecánicas para entregarlos después a prestigiosos carroceros para vestirlos
En Estados Unidos esta práctica desapareció en la década anterior, de aquí la colaboración con carroceros europeos y más concretamente italianos, que por entonces eran los maestros del diseño. De paso pensaron también en el mercado del viejo continente. El Chrysler GS-1 Special by Ghia se liberó de la fabricación en serie de las cadenas de montaje. Se tomaron prestados elementos de otros modelos de Chrysler, como parachoques, pilotos traseros, volantes, relojes del tablero de mandos, e incluso las preciosas llantas de radios cromadas.
Los asientos estaban tapizados en cuero negro, independientes delante y banqueta corrida detrás, pero conformada para dos pasajeros. Su interior estaba homologado para cuatro ocupantes y se utilizaron con profusión los cromados, como era la moda de los 50. Encontrábamos el cromo en tiradores, manillas, volante, aros de los relojes indicadores, mandos de la climatización, retrovisor y la radio.
En el exterior también abundaban, se localizan en los parachoques, marcos de los faros, parrilla y retrovisor. En la parrilla delantera la nota de color la ponían tres grupos de tres lamas cada uno de color cobre, destacando en la trasera el parachoques con cuatro topes y el logo de Chrysler escrito junto a otro debajo en forma de V, de gran tamaño y con el número ocho en el centro.
No cabe duda de que Ghia, al igual que Pininfarina o Bertone, fueron auténticos magos del diseño automovilístico, y el Chrysler GS-1 Special By Ghia impresionó hace más de 65 años, al igual que ahora, una auténtica belleza de corazón americano y traje italiano. Fue especial en su época y lo sigue siendo hoy en día, sin lugar a ninguna duda. En abril de 2013 salió a la venta una unidad en color verde metalizado (chasis 7252368) en la casa de subastas RM Auctions por un precio de salida de 616.000 dólares, unos 631.000 euros de hoy.
Fotografía: Darin Schnabel para RM Auctions
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...COMENTARIOS