El Bufori Mk. III La Joya es el cuarto automóvil que lanzaba al mercado la firma malaya Bufori desde sus inicios. Transcurrieron 23 años después desde que en 1986 los tres hermanos Khouri fundaran su empresa de automóviles en el suburbio de Merrylands en Sídney (Australia), aunque posteriormente terminaran en Kuala Lumpur (Malasia), estableciendo la nueva factoría en 1998.
El modelo que hoy os traemos de esta singular firma fue presentado en el Salón Internacional del Automóvil de Nueva York de 2003, y posteriormente se mostró en el 60º Salón Internacional del Automóvil de Frankfurt.
Representaba además el primer coche de la marca con carrocería coupé, aunque seguiría la misma linea de evolución que el resto de automóviles fabricados por la firma, es decir, estética clásica derivada de automóviles de los años 30 y 40 y tecnología actual, todo ello agasajado con un nivel de acabados de lujo casi inigualable. Un año después, en el mismo Salón de Nueva York, llegaría la versión definitiva, variante que ha estado durante 14 años dentro de la gama de la marca asiática.
Por otro lado, este también era el primer modelo que llegaba adaptado a las normativas anticontaminación Euro, por lo que por primera vez la marca podia vender sus automóviles en Europa, abriendo un mercado hasta ese momento inexistente. De este modo Bufori, acrónimo de “Bonito, Único, Fantástico, Original, Romántico, Irresistible”, elevaba el listón en todos los aspectos, siendo ahora punto de mira de clientes adinerados procedentes del Viejo Continente.
El Bufori Mk. III La Joya se convertía en el primer automóvil con carrocería coupé de la marca desde que en 1986 fuera fundada por los hermanos Khouri
En la parte mecánica, el Bufori Mk. III La Joya vendría equipado con un propulsor 2.7 V6 de origen Hyundai, algo que a priori puede parecer inadecuado para un automóvil que se presume de lujo, pero realmente el bloque coreano ofrecía todo lo necesario para dotar a La Joya de un comportamiento suave y dinámico, sin grandes pretensiones deportivas, aunque realmente tampoco las buscaba el coupé malayo.
El 2.7 V6 quedaba asociado a un cambio automático secuencial de cuatro velocidades, que se emplearía a fondo para enviar los 170 CV de potencia al eje posterior. El par máximo alcanzaría una cota final de 245 Nm a 4.000 RPM, mientras que la velocidad máxima llegaría hasta más allá de los 200 km/h, empleando 7,8 segundos en pasar de 0 a 100 km/h.
Quizás pueden saber a poco estas cifras a nivel prestacional, pero nuevamente ponemos de manifiesto que la filosofía final del modelo no era la deportividad o el reducir drásticamente los tiempos una vez se exprimiera la mecánica. Comodidad, lujo y elegancia, eran las bases sobre las que sustentaba el coupé de Bufori.
En cualquier caso, uno de los puntos fuertes de este automóvil es sin duda su bastidor, fabricado siguiendo la técnica Space Frame con un enrejado de tubo en acero, confiriéndole el máximo de rigidez y un peso contenido en este apartado. A ello lo complementaba su carrocería fabricada en su totalidad en fibra de carbono y Kevlar, junto a un equipo de suspensiones de primer nivel compuesto en ambos ejes por un doble triángulo independiente, barras estabilizadoras, muelles helicoidales y amortiguadores ajustables.
Lujo y confort son las mayores virtudes de este automóvil con imagen clásica y equipado con la última tecnología y equipamiento en aquel 2004
La frenada quedaba en manos de cuatro discos ventilados de 257 mm de diámetro, ayudada electrónicamente por un sistema de ABS y EBD (distribución electrónica de la fuerza de frenado), todo ello instalado dentro de unas llantas BBS desmontables en dos piezas y fabricadas en aleación de magnesio, junto a un aro en acero inoxidable pulido y a su vez calzadas con neumáticos 225/45 R17.
En el apartado de cotas y capacidades del Bufori Mk. III La Joya, nos encontramos con unas medidas totales de 4.330 mm de largo, 1.807 mm de ancho y 1.365 mm de altura máxima. La distancia entre ejes llegaba hasta los 2.800 mm, mientras que el ancho de vías estaba cifrado en ambos ejes en 1.535 mm.
El peso final alcanzaba los 1.490 kilogramos, con un depósito de combustible capaz de albergar hasta 80 litros y un maletero con 250 litros de capacidad máxima, suficiente para un par de maletas de mano una vez nos echáramos a la carretera.
Pero si en algo destaca este original deportivo es en la calidad de sus acabados, precisión de fabricación y fases totales en su ensamblaje, con un total de 25 etapas hasta llegar al producto final. Para ello más de 100 artesanos de todas las ramas dedicaban tiempo y esmero en ir dándole forma tanto por dentro como por fuera a la silueta de La Joya.
Prueba de ello son sus terminaciones interiores con pieles y maderas nobles de calidad superior o detalles como el empleo de oro de 24 quilates en los biseles de los relojes de su cuadro de mandos. También su parrilla frontal de acero inoxidable pulida a mano, siguiendo el patrón de los automóviles pertenecientes a la época en la que se basaba la estética de este coupé asiático.
Quizás el precio final del Bufori Mk. III La Joya, 220.000 dólares, era su mayor obstáculo para llegar a una clientela más amplia, pero la dedicación y esmero empleada en su fabricación hacían valer hasta el último dólar que costaba una vez terminado
Como no podía ser de otra manera, el equipamiento iba en consonancia con el tipo de automóvil y filosofía, disponiendo de serie desde ordenador de a bordo, tapicería de piel ampliada, terminaciones en madera, pantalla táctil doble DIN con navegación por satélite, Bluetooth y amplificador de alta potencia con cinco altavoces, elevalunas eléctricos, asientos eléctricos y ajustables, etc.
Pero si esto te parecía poco Bufori además te ofrecía la opción de incluir desde alfombrillas en seda persa, pasando por diferentes tonalidades para piel y carrocería, nevera en la guantera, bi-xenon o el emblema de la marca chapado en oro.
Como vemos, todo en este curioso automóvil estaba pensado para el disfrute de la conducción de una manera totalmente diferente a la que se haría en cualquier otro deportivo común de su época, llámese Porsche 911, Mercedes-Benz CL o similares, que claramente eran, más potentes que el Bufori, pero carecían de esa exclusividad casi única de estar fabricado de forma artesanal y equipado hasta con la última opción que se le pasara por la cabeza a su nuevo propietario, convirtiendo cada unidad en un coche único.
El problema, como casi todo en esta vida, es “Don Dinero”, y en este caso aún más si tenemos en cuenta el precio desde el que partía el Bufori Mk. II La Joya, unos 220.000 dólares, cifra totalmente astronómica y que en cualquier caso estaba al alcance de muy pocos.
Menos al alcance aún si echamos un vistazo a los coches que en aquel 2004 se podían comprar por aquella cantidad, aunque como ya hemos mencionado, el cliente de uno de estos exclusivos automóviles malayos tenía claro que es lo que buscaba en un coche y que quizás solo Bufori podría dárselo en aquel preciso momento. Para gustos, colores.
J. Rubio
Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.COMENTARIOS