Durante mucho tiempo, lo más parecido a un compacto premium era el BMW Serie 3 Compact, una versión del exitoso sedán alemán, que solo se vendía con carrocería de tres puertas. El tener tres puertas suponía contar con la ausencia de un tercer volumen, que fue reemplazado por una cola truncada que le daba una imagen un tanto peculiar, pero no exenta de atractivo, un diseño que, curiosamente, imitó Mercedes cuando lanzó el Clase C Sport Coupé años después.

El Mercedes Clase C Sport Coupé no era, en realidad, un compacto, era una versión más deportiva y juvenil del Clase C, aunque su enfrentamiento con el Serie 3 Compact era evidente, como era lógico también que el Audi A3 se emparejara con estos dos modelos aunque fuera el compacto más auténtico de los tres. Era tan auténtico, que finalmente obligó a sus dos rivales alemanes a poner en liza sendos modelos compactos para competir en ventas. No obstante, antes de eso, bastante antes, BMW renovó su Compact con el lanzamiento de la generación e46, precisamente la que tuvo que enfrentarse a los mencionados Clase C Sport Coupé y A3.

Corría el mes de julio de 2001 cuando se dio a conocer el BMW Serie 3 Compacto e46. Era un diseño de Chris Bangle y aunque era, obviamente, una versión de la gama e46, tenía una personalidad propia muy marcada, con un frontal específico donde los faros, dos a cada lado, eran individuales, de formas circulares y se encastraban en la carrocería de tal forma, que otorgaban una peculiar mirada al Compact. En al parte trasera también había personalidad propia, con unos pilotos bastante grandes y una cula truncada que mantenía la esencia del Compact e36, pero con una nueva interpretación.

Por dentro era un e46 en todos sus apartados, a excepción, claro está, de las plazas traseras, algo más pequeñas –fue algo criticado, porque los habitáculos de BMW, en aquellos años, no fueron los más grandes–. Y no era porque fuera un coche pequeño, pues alcanzaba los 4,26 metros de largo y 1,75 metros de ancho, con una batalla de 2,72 metros.

La versión más vendida fue la diésel, que con 150 CV era un caramelo en aquel momento, pero la más interesante fue, sin duda, el BMW 325ti Compact, sobre todo con el paquete M, que añadía paragolpes específicos y llantas más grandes, que le permitían lucir una imagen más atractiva –como la unidad de las fotos–. Esta versión contaba con un bloque de seis cilindros en línea con 2.494 centímetros cúbicos, que rendía 141 kW –192 CV– a 6.000 revoluciones y un par de 245 Nm a 3.500 revoluciones. Tenía sistema Doble VANOS para admisión y escape, culata multiválvulas, una compresión de 10,5:1… y cambio manual de cinco relaciones –había en opción un cambio automático Steptronic con mandos en el volante–. Todos los BMW Series Compact que se vendían en España montaba de serie la suspensión M-Technic, pero con el paquete M era diferente, aunque lo mejor era que contaba con eje trasero multibrazo.

No era lento, aunque tampoco era “un tiro”. La velocidad máxima se situaba en los 232 km/h, el 0 a 100 km/h lo completaba en 8,2 segundos y el kilómetro con salida parada en 28,7 segundos.

El BMW 325ti Compact no se vendió tanto como el BMW 320d Compact, y es obvio que se vendó todavía menos que el 316i Compact, pero una buena unidad podría ser un coche a tener en cuenta, si lo que buscamos en un modelo divertido de conducir y con carácter.