Aunque el papel de los carroceros aparezca no pocas veces unido tan sólo a una cuestión de estilo y apariencia, esto no puede estar más alejado de la realidad. De hecho, talleres como los de Pininfarina o Bertone no sólo han ejercido como diseñadores, sino también como ensambladores de automóviles en gran serie externalizados a los mismos desde casas como Peugeot o Alfa Romeo. Es más, fue precisamente a mediados de los años cincuenta cuando Bertone saltó de la producción artesanal a la masiva gracias a fabricar en su planta turinesa decenas de miles de unidades del Giulietta Sprint.
Además, tanto ésta como Pininfarina han comercializado vehículos bajo su cuenta y riesgo, convirtiéndose en efectivos fabricantes con sello propio. Algo no sólo relativo a ciertos superdeportivos con tiradas cuasi testimoniales, sino especialmente a la continuación de modelos como el Fiat x1/9 -Bertone- o el 124 Spider -Pininfarina- que éstas hicieran por sí mismas tras el fin de aquellos modelos en las gamas de sus respectivas marcas.
En suma, más allá del puro diseño, los grandes carroceros italianos asumieron durante décadas buena parte de la carga de trabajo relativa a no pocos vehículos masivos. Sin duda, una aportación esencial desde la industria auxiliar a la historia del automovilismo en aquel país. Ahora, llegados los años ochenta cada vez parecía haber menos hueco para la delegación de funciones en otras empresas. Además, en lo relacionado con las gamas populares todo empezó a ser cada vez más estandarizado.
Así las cosas, mientras Pininfarina lograba sobrevivir gracias a diversificar sus actividades -ahora incluso incluyen ámbitos como la arquitectura- otras referencias históricas como Zagato o Bertone languidecían sin remedio. En el caso de la primera tan sólo logrando seguir adelante gracias a especializarse en nichos de mercado muy concretos mientras que, en el de la segunda, cerrando sin remedio finalmente.
Los carroceros italianos no sólo se encargaron de cuestiones relacionadas con el estilo o la habitabilidad sino que incluso llegaron a desplegar una gran capacidad productiva teniendo líneas de montaje con carácter masivo
Eso sí, en tiempos muy recientes dos industriales italianos se han hecho con los derechos sobre la marca Bertone logrando resucitarla con diseños como el del GB110. Un superdeportivo desvelado durante el pasado 2022 y que, siendo poco a poco analizando va desvelando las múltiples influencias que en él se condensan a partir de diversos prototipos de la firma. Y es que, desde mediados de los años sesenta hasta la década de los ochenta, Bertone fue una de las mayores referencias en lo que a futurismo y diseño deportivo se refería.
Con volúmenes siempre reconocibles gracias a una extravagancia calculada -mucho más medida eso sí que la presentada por Zagato-, ésta lanzó diseños tan influyentes como el del Carabo, el Marzal o el Stratos Zero. A la sazón, estudios de diseño del cual el GB1100 exuda ecos en detalles como un perfil cuya parte central se relaciona claramente con la del prototipo sobre el cual acabó afinándose el Lancia Stratos de serie.
Respecto a la base, este nuevo superdeportivo usa -en palabras de la propia Bertone- la de un “modelo alemán”. En fin, a juzgar por las proporciones e incluso algún que otro detalle concreto -los retrovisores están tomados del Lamborghini Uracán- ésta posiblemente sea la de un Audi R8. Modelo que, por cierto, comparte chasis con varias propuestas de Lamborghini en virtud al nexo empresarial establecido entre ambas firmas.
Asimismo, en lo relativo a la mecánica desde Bertone se anuncian 1.100 CV. Dato éste que nos invita a pensar en múltiples mejoras sobre el bloque V10 tan usado por Lamborghini. En fin, el tiempo dirá a dónde llega todo esto pues, aunque nos encanta ver la resurrección de una empresa tan mítica como Bertone, lo cierto es que ya son muchos los casos de estos superdeportivos que, a la hora de verdad, quedan tan sólo en un prototipo junto a alguna que otra unidad de preserie.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.Se ve demasiado su origen