Coche del día. Bentley Azure T

Coche del día. Bentley Azure T

Solo se fabricaron 80 unidades y era la versión más prestacional del Bentley Azure


Tiempo de lectura: 3 min.

Aparecido en el salón de Los Ángeles de 2008, el Bentley Azure T representaba la versión más prestacional del modelo, el “gran” descapotable del fabricante británico que, todavía, tenía mucha relación con el Rolls-Royce Corniche. La versión apareció sobre la segunda generación del modelo, que se presentó dos años antes y que ya nació bajo la batuta de Volkswagen. Los alemanes compraron Bentley en 1998, tras una interesante disputa con BMW, que finalmente se acabó por adjudicar los derechos de Rolls-Royce.

El Azure T era uno de los primeros coches que nacían bajo el control de Volkswagen, que para entonces, ya había puesto en circulación el Bentley Continental GT, el primer automóvil totalmente nuevo, y sin rastro de genes Rolls-Royce, desde hacía más de tres décadas. Hasta la aparición del Continental GT, todos los Bentley, desde 1931, fueron modelos de Rolls-Royce con algunos cambios y un talante menos refinado, aunque igualmente lujoso y excelso. El Azure T fue uno de los últimos vestigios de aquella unión, aunque su talante era muy diferente al que ofrecía el Corniche.

bentley azure t

Todos los modelos designados con la letra T en la gama de Bentley, que se usaba desde mucho antes de 2006, hacía referencia a las variantes más prestacionales de la gama. Se mantenía siempre, como cabe esperar, el máximo lujo y nunca fueron realmente deportivos, solo coches de altísima gama y capaces de rodar espectacularmente rápido.

Así, las diferencias con el Bentley Azure “a secas” se podían apreciar a simple vista, aunque el diseño fuera el mismo. Se apreciaba que el Bentley Azure T era menos señorial y ligeramente más agresivo, gracias a la introducción de una parrilla de tinte obscuro en la calandra, llantas de aleación de dos piezas y pulgadas y ventilaciones “Le Mans” en las aletas delanteras. Compartía algunos rasgos con el Bentley Brooklands y casi se podía decir que era la versión descapotable del épico coupé británico.

Era un coche llamativamente grande. Alcanzaba los 5.410 milímetros de largo y 1.900 milímetros de ancho, aunque su batalla, con 3.116 milímetros era casi más espectacular que el tamaño del coche. Sin embargo, su habitáculo, con cuatro plazas, no era tan grande como hacía pensar su interior. Un detalle nimio cuando vas rodeado de un nivel de lujo y calidad tan elevado y sobre todo, cuando bajo el pie derecho tienes el control del mítico V8 de dos válvulas y 6,75 litros –6.753 centímetros cúbicos, los pistones tenían nada menos que 14,16 milímetros de diámetro– de la marca. Un motor que ha hecho historia en la marca.

Tras décadas de evolución, el V8 6,75 había recibido un par de turbos, con los que se lograron cifras espectaculares –junto a otras modificaciones, claro–. La potencia era de 373 kW, o dicho de otro modo, 507 CV, que llegaban a un tranquilo régimen de 4.200 revoluciones. Unas 1.000 revoluciones antes, se tenían disponibles unos nada despreciables 1.000 Nm. Un poderío que se gestionaba mediante un cambio automático de seis relaciones, que enviaba la potencia al eje trasero.

Así, no es de extrañar que, incluso pensando 2.770 kilos, fuera capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 5,5 segundos y de alcanzar los 288 km/h. Eso sí, con un consumo que rozaba los 20 litros cada 100 kilómetros de media.

La producción del Bentley Azure T solo duró un año y solo se fabricaron 80 ejemplares, de los cuales, 22 o 24 –según fuentes–, tenían volante a la derecha. El precio del Azure T era de unos mareantes 403.625 euros, sin extras.

COMPARTE
Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

COMENTARIOS

avatar
2000
 
smilegrinwinkmrgreenneutraltwistedarrowshockunamusedcooleviloopsrazzrollcryeeklolmadsadexclamationquestionideahmmbegwhewchucklesillyenvyshutmouth
Foto
 
 
 
  Suscribir  
Notificar de


NUESTRO EQUIPO

Pablo Mayo

Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

Francisco Javier Rodriguez

En la época en la que pasaba el día dibujando coches, alguien me preguntó: ¿pero a ti te gusta más la mecánica o la carrocería de los coches? Esa misma semana leí el Manual del Automóvil de Arias Paz. Tenía 14 años, esa simple pregunta es la razón por la que estoy aquí, desde entonces no he parado de aprender sobre lo que se convirtió en mi pasión.

Ángel Arias

La historia del automóvil está llena de grandes emprendedores, de ideas arriesgadas, curiosas casualidades, irreconciliables enemistades y muchos fracasos. Es un mundo intenso y fascinante del que muchos hemos quedado cautivados. Cualquier vehículo con un motor me parece interesante, ya sean motocicletas, automóviles, camiones, aviones o barcos; es estupendo sentir la brisa del viento en la cara sobre uno de ellos. Si estáis aquí es porque compartimos afición.