Uno de los primeros pasos que llevó a cabo Audi en el camino hacia el segmento de los fabricantes premium, fue lanzar al mercado versiones con altas prestaciones de sus coches, variantes deportivas, que suelen ser las que más prestigio dan a las marcas. Esas versiones fueron los Audi S, que se estrenaron con el Audi S4 –C4– y con el Audi S2. De hecho, llegaron en este orden, aunque su origen no concuerda con los cánones actuales, pues el primer en realidad era un Audi 100 –todavía no había pasado a llamar Audi A6– y el segundo formaba parte de la gama del Audi 80, que, en principio, es el antecesor del Audi A4.
La gama del Audi A4, ya que se menciona, ha sido el pilar de ventas de la firma alemana, un baluarte importante, el coche con el que la firma de los cuatro aros ha enfrentado al BMW Serie 3 y al Mercedes Clase S, a los gallitos del corral. La tríada alemana siempre ha tenido hostilidades en todas las parcelas de mercado, pero los sedanes de tamaño medio han sido los que han llevado a cabo gran parte de los combates, con una intensidad especial en el caso de las variantes deportivas.
Audi tuvo que batallar y pelear de lo lindo para poder ganarse un hueco. Con el primer S4, con sus 230 CV y sus poco más de 1.600 kilos, las prestaciones eran buenas, pero no lo suficiente para poner en peligro la supremacía de BMW. Luego Mercedes también comenzó a poner coches en liza que podían molestar a los de Bayern, como el Mercedes C43 AMG, que también vio como llegaba una nueva generación del Audi S4 –el B5– y ya sí, ponían entre las cuerdas al BMW M3, aunque no lograban superarle en deportividad. No obstante, cada marca se ganó su hueco en tan particular segmento y desde entonces, las peleas han sido sin cuartel.
El Audi S4 es, hoy día, un coche que no parece tener rivales directos. Y decimos que no parece, porque tenerlos los tiene. En 2008, cuando apareció el S4 B8, tenía frente a si al BMW 335i –responsabilidad que luego pasó al BMW M340i–, aunque en Mercedes no había rivales tan directos, pues el Mercedes C350 –el W204 en ese momento– se quedaba corto en potencia con sus 272 CV y el C63 AMG se iba a más de 450 CV. Con el tiempo si llegó un rival con la estrella en el frontal, el Mercedes C450 AMG Sport, pero hubo que esperar hasta 2014, casi al final de la vida comercial del Audi S4 B8. También se puede mencionar al Jaguar XE S, con su V6 sobrealimentado de 340 CV.
La aparición del S4 B8 supuso el regreso del motor V6 sobrealimentado a la gama, que se había pasado al V8. En aquellos años estaba la tendencia downsizing, esa que consiste en trabajar el cubicaje de los motores para reducir consumos, mientras se emplean todas las tecnologías conocidas para mantener las prestaciones, aunque en este caso no se recurrió a un turbo, sino a un compresor, algo que era poco habitual en Audi y que tampoco hemos visto muchas más veces. El compresor es más común en los motores de Mercedes, todo sea dicho.
Este V6 empleó el compresor porque, según algunos estudios, demostró superioridad en grandes motores de seis cilindros, y se combinó con el sistema de inyección directa FSI, lo que, en teoría, daría mejores prestaciones y mejores consumos que un V6 biturbo con inyección indirecta. El compresor, de tipo Roots, estaba alojado entre las bancadas, que tenían un ángulo de 90 grados, y trabajaba con una presión de soplado de 0,8 bares. Se anunciaron 333 CV a 5.500 revoluciones y un par de 440 Nm entre 2.500 y 4.850 revoluciones, con un corte de encendido casi a 7.000 revoluciones. Curiosamente, perdía 11 CV con respecto al S4 anterior, equipado con el V8 4.2 atmosférico. Al menos se podía combinar con una caja manual de seis relaciones y otra automática de siete marchas.
De entre los premium alemanes de altas prestaciones, el Audi S4 era el único con tracción a las cuatro ruedas, mientras que los demás era propulsión. Contaba con una evolución del famoso sistema quattro que enviaba un 40% de la potencia al eje delantero y un 60% al eje trasero, que podía variar entre el 35 y el 85% según necesidades. Como opcional estaba el diferencial con reparto vectorial.
Aunque el peso se iba hasta los 1.650 kilos, las prestaciones no eran malas. El 0 a 100 km/h lo completaba en 5,1 segundos, los 200 km/h los alcanzaba en 19 segundos y hacía los 400 metros con salida parada en 13,2 segundos.
El Audi S4 B8 se fabricó hasta 2017 y por supuesto, estuvo disponible con carrocería familiar.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS