El Škoda Superb nunca ha sido un coche deportivo, ni siquiera sus versiones más prestacionales se pueden considerar deportivas. Sin embargo, RE Performance, ha querido cambiar eso y se han sacado de la manga el Škoda Superb Sleeper Edition, un coche que es casi una obra maestra del camuflaje; es un auténtico sleeper.
Sleeper, en el argot automovilístico, se usa para definir un coche que, a simple vista, no representa más allá de ser un coche normal y corriente, no hay nada que haga pensar en elevadas prestaciones o en potencias abrumadoras. Es un durmiente, que viene a ser la traducción literal de la palabra sleeper, un tipo de coche que, durante muchos años, fue una tendencia en países como Alemania.
En el caso que nos ocupa, la definición de “durmiente” casa a la perfección con el coche, pues a simple vista pocas cosas hacen presagiar lo que se esconde en su interior. Es cierto que un ojo bien entrado, como el de la gran mayoría de los aficionados, detectaría pequeñas señales, como la carrocería tirada totalmente al suelo –las ruedas delanteras se meten en el guardabarros– o los frenos AP Racing con pinzas rojas. Pero los frenos no llaman la atención por su color, sino porque son pinzas de seis pistones y los discos son bastante grandes –390 milímetros delante y 330 milímetros detrás–.
Todo lo demás se mantiene bastante comedido, como en todo Škoda y sobre todo en el Superb, que viene a ser un coche de aspecto imponente, pero más señorial que deportivo. RE Performance ha trabajado, principalmente, en aquello que no se ve, pero se siente: chasis y motor.
La base de partida es el Škoda Superb State más potente de la tercera generación del modelo, equipada con el motor 2.0 TSI en su versión de 275 CV y combinado con tracción total. Sobre esa base, se instaló un nuevo turbo –un Garrett PowerMax– junto a un nuevo intercooler de alto rendimiento, un sistema de alimentación revisado y potenciado, así como una nueva admisión. El resultado son 470 CV y 661 Nm de par. La tracción total se mantiene, al igual que el cambio DSG de siete relaciones, y no sabemos nada de sus prestaciones porque no se han publicado, aunque es evidente que no será precisamente un coche lento…
Que la carrocería esté casi a ras de suelo es culpa de una suspensión KW que recorta la altura con respecto al suelo en 50 milímetros, pero el resto del coche se ha dejado casi de serie. A simple vista parece un Škoda Superb State con acabado Laurin & Klement, cuyo interior recibe cuero de color marrón combinado con superficies de color negro.
Pocos coches hay que representen tan bien la idea de sleeper… Y qué buena idea se le acaba de dar a todos los propietarios de un Škoda Superb State, ¿verdad?
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS