Si en algún momento fuese coherente volver a sacar a la venta un SUV con motor central (a nivel global ya existió alguno, a ver si lo recordáis los lectores), este sería el que yo me compraría, el impresionante Honda CR-V con corazón de IndyCar. En caso de que pasase la norma anticontaminación actual, claro, pero como soñar es gratis, espero que se me permita fantasear con intentar domar los 800 CV impulsan a este IndyCar con piel de SUV en una carretera secundaria cualquiera.

El motor térmico de este SUV no apto para ir a recoger a los niños, tiene 2,2 litros de cilindrada divididos entre sus seis cilindros en uve, ayudado por dos enormes turbocompresores Borg Warner EFR7163. La unidad de control del motor viene a cargo de McLaren Applied Technologies y es una Tag 400i, y es la encargada de gestionar el motor térmico y el eléctrico (no olvidemos que es híbrido), que está formado por Empel, y cuyo sistema de almacenamiento corre a cargo de Skeleton Supercapacitors. Todo ello se transmite a las ruedas a través de una transmisión XTRAC de seis velocidades con sistema de levas.

La monstruosa unidad propulsora eroga 800 CV, en parte gracias al combustible de carreras Shell que utiliza, que por cierto, es 100% renovable. En la IndyCar solamente participan dos motoristas, Chevrolet y Honda, parece paradójico que un fabricante japonés haya cometido tal osadía, pero como vimos ayer la IndyCar se globalizó hace tiempo. Se ha pospuesto la actualización de los propulsores, en la que se pretendía aumentar su cilindrada hasta los 2,4 litros, suena hasta extraño con los tiempos que vivimos.

Que no os engañen las fotos, es un IndyCar disfrazado

“Este proyecto es una ‘bestia’ de IndyCar con ‘piel de oveja’ de Honda CR-V”, dijo David Salters, presidente y director técnico de Honda Performance Development. “El CR-V Hybrid Racer es nuestro laboratorio rodante electrificado para investigar adónde podrían llegar los talentosos hombres y mujeres de HPD y Honda con la electrificación, la tecnología híbrida y los combustibles 100 % renovables. Representa el espíritu divertido de conducir de Honda, muestra la electrificación, ¡y sacude nuestras raíces de cultura automovilística y herencia de carreras!”

El CR-V Hybrid Racer no tiene casi nada en común con el CR-V Hybrid que los compradores pueden adquirir. Se monta sobre un chasis de tubo de acero Chromoly con una carrocería de acero CR-V de sexta generación de producción estándar encima. Sin embargo, toda la mitad inferior está hecho de fibra de carbono, incluido el divisor delantero y las aletas ensanchadas. En lugar de encontrar un espacioso maletero cuando abrimos el portón, encontramos la unidad de potencia.

Tras todo ello podemos encontrar el resto de componentes del coche de carreras, como los frenos delanteros Brembo de 380 milímetros del Acura NSX GT-3 Evo22 y los traseros Brembo de 355 mm del Dallara IR-18 IndyCar. Para transmitir la potencia al suelo cuenta con unos Firestone Firehawk Indy 500 Ultra-High Performance calzados en unas llantas de aleación de dos piezas 2Elle Engineering. Los fanáticos de IndyCar tendrán la oportunidad de ver el CR-V Hybrid Racer cuando comience la temporada en el Firestone Grand Prix de St. Petersburg, Florida, del 3 al 5 de marzo, aunque este CR-V atómico también estará en exhibición en otras carreras de IndyCar durante todo el año.

La anchura de las ruedas traseras es de 305 mm y la delantera de 285 mm

El impresionante Honda CR-V con corazón de IndyCar haría las delicias de más de un aficionado, pero es simplemente un showcar, está claro que todos los sueños no se pueden cumplir. Deleitémonos con el video promocional mientras soñamos con un mundo paralelo en el que este aparato pueda circular libremente.