Después de mucho tiempo pendientes, por fin, conocimos al reemplazo del Aventador: el Lamborghini Revuelto. Un coche bastante importante para la compañía italiana, pues supone la puerta a un cambio que acabará, con el paso del tiempo, desterrando los motores de combustión. Por un parte, esperamos que esto no suceda nunca y que se pueda explotar el combustible sintético durante muchos, muchos años, pues la electricidad nunca podrá replicar el carácter de un motor de combustión interna.
Ni el carácter ni el sonido, por supuesto, pues los motores eléctricos, como bien sabemos, suenan muy, pero que muy poco. Será una oportunidad para que los diseñadores y los ingenieros hagan posible la personalización del sonido de los vehículos a un extremo nunca visto, pero nada será igual al bramido de un buen motor de combustión interna. Y eso lo saben muy bien en las compañías italianas de coches deportivos, con Ferrari a la cabeza, por supuesto, pero con Lamborghini mucho más cerca de lo que parece.
Seguramente muchos pensarán que la adopción de sistemas híbridos en los deportivos de cierto nivel, afectará al sonido y no para bien, pero en realidad la presencia de un grupo eléctrico para asistir a los motores de combustión poco afectará al sonido cuando el motor gira alto de revoluciones y tenemos varios ejemplos, como el Ferrari 296 GTB o el mencionado Lamborghini Revuelto, que ha sido visto en Nürburgring durante unas pruebas y gracias a eso, hemos podido escuchar su motor al máximo de revoluciones. Y no, no suena mal, más bien todo lo contrario, aunque sí es cierto que suena algo menos que algunas versiones del Aventador, cosa que no es por cuestiones de hibridación, sino por los diferentes tapones que lleva el escape para reducir las emisiones.
A modo de recordatorio, el Revuelto de Lamborghini está animado por un V12 híbrido enchufable con 1.015 CV y 1.425 Nm de par –825 CV y 725 Nm del motor de combustión, mientras que el motor eléctrico son 150 CV y 150 Nm de par–. Un grupo motor que le permite acelerar de 0 a 100 km/h en 2,5 segundo y alcanzar los 350 km/h.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS