Es una de las experiencias que muchos les gustaría vivir y ahora es posible. Sentirte como el presidente de los Estados Unidos, es una de las fantasías de muchos y ahora de alguna manera puedes hacerlo. El coche presidencial USA-1 que perteneció a Bill Clinton está a la venta y son muchos los secretos que guarda en su interior, que ahora pueden ser tuyos, conduciendo una de las limusinas más glamurosas y seguras que existen.
Puede parecer un coche más al uso, pero no es así. El Cadillac Fleetwood Brougham de 1993, construido por General Motors junto a la participación directa del servicio secreto de los Estados Unidos, es una de las limusinas más envidiadas y perseguidas por los aficionados al mundo de las cuatro ruedas. Poco o nada tiene que ver con el modelo de serie, partiendo de la base que se llegó a alargar más de seis metros (6.85 metros, exactamente) y que tiene uno de los motores más potentes que se han visto en un coche de estas características.
El V8 Jack Roush de 454 cc se construyó a maño junto a la caja de cambios automática de cuatro velocidades, algo que pocos modelos de Cadillac tienen. Pero eso no es todo, y es que incluye un sistema de tracción trasera que hace que sea uno de los coches más completos de su generación. Eso se debe especialmente al hecho de escuchar las críticas y quejas de muchos usuarios, los cuales lamentaron el hecho de que en 1985 solo dejasen la tracción delantera y no la trasera, lo que generaba grandes conflictos entre los clientes de este Caddy.
Seguramente te preguntes que es lo que tiene de especial este coche presidencial y es que a pesar de ciertas similitudes con los modelos de fábrica, hay grandes cambios. Con la intención de cumplir con los requisitos de seguridad del Servicio Secreto, este Fleetwood Brougham es tres pulgadas más alto (7 centímetros), lo que permitía que el área de vidrio por el cual se podría ver al presidente fuese más grande, maximizando también el espacio interior, apto para seis ocupantes.
Eso sí, si alguien espera que este coche sea ligero, que lo descarte por completo y es que por el extremado blindaje al que se sometió, llega a pesar unos 4.100 kilos, lo que supone unos 2.000 kilos más que la versión estándar, por lo que las suspensiones, neumáticos, ruedas y frenos no son los convencionales. Para ello, desde General Motors partió desde cero, incorporando un teléfono, sistemas de control de climatización independiente con nuevos sistemas de purificación de aire y demás complementos que hacía que fuese uno de los coches más exigentes fuera del mercado.
Se trata de un coche desfasado y es algo lógico y es que en sus tres décadas de antigüedad no se ha modernizado. Tiene unos 849 kilómetros recorridos y mantiene su reproductor VHS y televisión catódica, pero lo que es evidente es que algún aficionado a la presidencia de los Estados Unidos se fijará en él para estudiar más detalladamente lo que pasó en su interior.
Ahora, saldrá en subasta en Kissimmee el próximo mes de enero de 2025 de la mano de Mecum Auctions y se estima que la producción de los tres coches presidenciales llegó a costar unos seis millones de dólares, algo que llama la atención notoriamente. Actualmente, se trata del único modelo que está en subasta y la última vez que cambió de manos se vendió por unos 275.000 dólares (263.000 euros al cambio) algo que llama la atención por las peculiaridades de este coche tan exuberante y atractivo, pero que solo unos pocos podrán tener la posibilidad de ponerlo en circulación.
Alejandro Delgado
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