Oficialmente llamado Ferrari 250 GT/L Berlinetta, este bello coupé italiano fue comúnmente conocido como “Lusso”, y es uno de los principales miembros de la serie 250. La firma del cavallino rampante tan solo construyó 351 unidades entre 1962 y 1964. Lo mires por donde lo mires, es un coche bonito, y lo que hace especial a este ejemplar en concreto, es que no ha cambiado de manos en 48 años.
Presentado en el Salón de París de 1962 como un reemplazo para el 250 GT, el “Lusso” traía un diseño exterior de líneas sencillas y fluidas, con pilares muy delgados que permitían una gran entrada de luz natural al habitáculo además de una notoria visibilidad periférica. También resaltaba el interior completamente nuevo, donde destacaba un salpicadero y un cuadro de mandos rediseñados y una tapicería de cuero forrando todo el habitáculo.
Mecánicamente, el motor (tipo 168 U) era la última evolución del V12 “Colombo” de 3 litros, un bloque que ya había demostrado ser exitoso en otros modelos como el 250 Testa Rossa y California en carreras de descapotables. Esta fantástica base se vio reforzada por mejoras en el chasis que incluyeron frenos de disco en las cuatro ruedas, una suspensión con amortiguadores de tipo coilover y un enlace Watts en la zaga que se había perfeccionado en el 250 GTO.
Si bien el más famoso de los ejemplares producidos es el de Steve McQueen, con número de chasis #4891, este Ferrari 250 GT “Lusso” de 1963 ha estado 48 años bajo las mismas manos
Con el número de chasis #5183, este Ferrari 250 GT “Lusso” es la unidad número 152 enviada a Scaglietti, que se terminó en un tono Verde Scuro con un interior Beige en 1963. Vendido por un concesionario de Milán ese mismo año, finalmente encontró su camino en América bajo el amparo de Alan Croxford, dueño de un taller de reparación de televisores en Minnesota, EE. UU. En este punto, el coche había sido restaurado a un rojo tradicional con un interior negro.
Croxford hizo que las piezas brillantes volvieran a cromarse, así como instalar nuevas ruedas de alambre con neumáticos Dunlop, nuevos frenos y un nuevo sistema de escape, antes de ofrecer el Lusso a la venta en 1972. Allan Pray, de Minnetonka, fue quien se hizo con él. La familia de Pray lo ha mantenido desde entonces, siendo repintado, retapizado y mecánicamente revisado (a pesar de su escaso uso) para cumplir con las especificaciones del modelo original.
A finales de la década del 2000, Pray encargó una renovación integral de dos años por el respetado taller Bob Smith de Gainesville, Texas, cuyas restauraciones se han otorgado en prestigiosos lugares de todo el mundo. Smith reconstruyó completamente el motor, la caja de cambios, la suspensión, los frenos y el diferencial trasero, mientras que se renovaron todos los cristales, cromados y sellos. La carrocería se pulió y repintó, y el tapizado interior se sustituyó.
Este Ferrari se ha presentado en varios eventos de coches clásicos de alto copete, comenzando con el Cavallino Classic en enero de 2009, donde ganó un codiciado Premio Platino. En agosto de 2011, se exhibió en el Rolex Monterey Motorsports Reunion en Laguna Seca, California, y en enero de 2019 regresó al Cavallino Classic con una serie de pequeñas correcciones, lo que resultó en otro Premio Platino. Aunque estos detalles no son determinantes en su aprecio.
Actualmente tiene 22.055 kilómetros, y está acompañado por un completo kit de herramientas y los manuales de usuario. Restaurado con unos estándares de calidad muy altos, el chasis #5183 es, sin duda, un excelente ejemplo de uno de los modelos más aclamados de la firma de Maranello. No solo es un coche indudablemente excelente para exhibir y pasear muy de vez en cuando, también es una máquina fantástica para ser conducida y disfrutada.
RM Sotheby’s será la encargada de hacer que este Ferrari 250 GT “Lusso” encuentre un nuevo hogar el próximo 6 de marzo en la subasta de Isla de Amelia, Florida. Las estimaciones rondan entre los 1,3 y 1,6 millones de dólares, es decir, entre y millones de euros al cambio actual.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.COMENTARIOS