Hispano Suiza, la icónica firma española de automóviles de lujo -no la otra Hispano Suiza– está de vuelta. Y lo hace aprovechando el Salón Internacional del Automóvil de Ginebra, bajo un diseño que revive las líneas de los años 30 en tiempos actuales. Según la propia entidad, el Hispano Suiza Carmen compendia el legado de elegancia y diseño de la marca en una nueva categoría definida como “Hyperlux”.
El objetivo principal estaba claro: el renacimiento Hispano Suiza tenía que ser un homenaje a sus orígenes. Inspirado en el Hispano Suiza Dubonnet Xenia de 1938, una pieza única encargada por André Dubonnet, el Carmen recoge un perfil aerodinámico retrospectivo de gota de agua, aunque modernizado para la década que se avecina. Este movimiento también ha sido mostrado en el Bugatti “La Voiture Noire”.
El frontal está dominado por una gran rejilla trapezoidal de marco cromado y profundo, inspirada en sus antepasados. En su centro se sitúa el texto con la tipografía de “Hispano Suiza” y la nueva insignia de la marca, una moderna interpretación de su logotipo original. Los faros semicirculares cuentan con anillos concéntricos LED para las luces de conducción diurna y los intermitentes. Bajo estos, unas generosas entradas unidas por un splitter de carbono.
A los lados, un surco pronunciado aporta un cambio drástico de superficie entre el capó y la aleta delantera, cortando en la base del pilar A. Tras el paso de rueda anterior, una toma de aire flanquea una puerta de apertura de tijera. La forma cóncava del techo termina en una nueva elipse que esconde las ruedas traseras. Quizá esta vista sea la más polémica, pero se han tratado de respetar las líneas del Dubonnet Xenia.
La zaga es estrecha y afilada. Llama especialmente la atención el abrupto borde del panel de la cubierta trasera, donde un vacío queda presidido por los distintivos faros traseros del Carmen y el prominente difusor trasero. En el centro de los anillos LED –formado por tiras longitudinales que se extienden desde el fondo de la carrocería– se encuentra el gráfico de la cigüeña, también modernizado para la ocasión.
El coeficiente de resistencia es de 0,325 Cd, inferior al del Porsche 918 Spyder (0,34), al Koenigsegg Agera R (0,37) o al Ferrari F12 Berlinetta (0,33)
Aerodinámicamente hablando, uno de los principales retos para el equipo de diseño fue lograr una baja resistencia y, al mismo tiempo, asegurar el flujo de aire necesario a través de los radiadores del coche para enfriar la batería y los componentes del tren motriz de una forma eficiente. Porque, aunque parezca que la forma prevalece sobre la función, en el Carmen se ha tenido muy en cuenta el rendimiento prestacional.
El Hispano Suiza Carmen cuenta bajo su carrocería con un paquete de baterías de polímero de iones de litio de 80 kWh, aunque se prevé que para 2020 la capacidad podría aumentar hasta los 105 kWh. Haciendo de columna vertebral del coche, las baterías del nuevo hiperdeportivo con sello nacional prometen lanzar al Carmen de 0 a 100 km/h en menos de tres segundos y alcanzar los 250 km/h de velocidad punta (limitada). Y es que la potencia total es de 1.019 CV (750 kW) y llega a las cuatro ruedas.
La fibra de carbono es el material empleado por excelencia en el Carmen, representando la mayor parte de su estructura. Tanto los subchasis delantero y trasero como el chasis monocasco constituyen una célula segura para sus ocupantes. Este último tan solo representa 195 kg de los 1.960 kg que supone la masa total del coche. Incluso las estructuras de los asientos y los paneles interiores que hacen de soporte a la tapicería están compuestos de fibra de carbono.
“El Carmen no es un coche de carreras para la carretera. Más bien, es un gran turismo que adopta y aprovecha las tecnologías y técnicas más avanzadas inspiradas en el deporte del motor para atraer y alegrar al conductor”, afirma el comunicado
En ambos ejes la suspensión es doble triángulo, el cual se combina con un control adaptativo de la amortiguación y del balanceo para ofrecer un manejo preciso y sensible a la vez que una conducción refinada y confortable. Respecto al equipo de frenado, en lugar de un sistema hidráulico se ha optado por uno electrónico, que ahorra peso y proporciona una respuesta más rápida. Además, permite recuperar energía durante las frenadas.
En el interior, tecnología y clasicismo se dan la mano para dar lugar a un espacio lujoso y refinado. Los asientos están recubiertos con las mejores pieles, así como los paneles de las puertas y el revestimiento del techo. Todos los tapizados se cortan y cosen a mano en la planta de montaje de Hispano Suiza en Barcelona. Tal es la importancia entre el propietario y el coche que la marca ofrece un interior perfumado, diseñado y desarrollado junto con el comprador.
El salpicadero utiliza chapas de madera auténtica y aluminio mecanizado de alta calidad. La esfera del reloj en el centro del tablero presenta un mecanismo suizo y evoca los manómetros de los primeros coches la firma, al igual que los botones del selector de cambio de diseño triangular. Sin embargo, es la pantalla táctil de 10,1 pulgadas quien se lleva el protagonismo. No falta una cámara de visión trasera, bluetooth o conectividad con Android Auto y Apple CarPlay.
El conjunto completo ha sido desarrollado por tan solo 35 personas, comenzando su programa de diseño en julio de 2018. La producción del Hispano Suiza Carmen será de 19 unidades, al menos en principio, ya que la demanda está siendo superior a la esperada. Cada uno costará 1,5 millones de euros antes de impuestos, y dado su carácter completamente artesanal, cada unidad tardará entre ocho y doce meses desde que se emite el encargo hasta que se realiza la entrega.
Y para evitar la especulación, Hispano Suiza obligará a cada cliente a no vender su Carmen en un periodo de mínimo tres años. El contrato tendrá que ser firmado antes de la adjudicación del coche y, después de ese periodo, la puesta en venta ha de ser comunicada a la marca. Esta podrá recomprar el coche o ayudar a buscar una nueva casa.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.Arriesgando al máximo nivel, han logrado fusionar pasado y futuro en tiempo presente a golpe retro reto, sin limitaciones tecnológicas a su alcance y destilando un serio compromiso por solidarizarse con el trozo de historia depositado en sus manos. ¿Cómo sería la convivencia en el Salón entre las dos Hispano-Suiza? Uy si llego a encontrarme yo a las dos, pocas risas me iba a echar…