Qué duda cabe que el Lamborghini Aventador SVJ es una máquina de precisión hecha por y para la velocidad, aparte, claro está, que su serie tan limitada también anima a coleccionistas a hacerse con uno, y no precisamente para utilizarlo en circuito. Hace unos días Lamborghini nos presentaba en un vídeo como funciona ALA 2.0 (Aerodinamica Lamborghini Attiva), es decir, los sistemas de aerodinámica activa que hacen al SVJ una máquina tan especial.
Recordemos que este Lambo tiene en sus entrañas un V12 con 770 CV que envía a las cuatro ruedas con el único objetivo de ser el más veloz. Consigue acelerar de 0 a 100 km/h en tan solo 2,8 segundos, seguir hasta 200 km/h en 8,6 segundos y llegar a su velocidad máxima de 350 km/h. Todo el chasis ha sido ajustado para extraer lo máximo, con una puesta a punto orientada a circuito, con barras estabilizadoras un 50 % más rígidas y unos amortiguadores un 15 % más firmes respecto al SV.
Semejante caballaje hay que manejarlo a alta velocidad en curva, por lo que requiere de una aerodinámica muy cuidada. De eso se encarga el sistema de aerodinámica activa ALA 2.0. Para comenzar por delante, vemos un nuevo splitter activo y nuevas aberturas en la parte superior del morro. Con esto consigue una mejor eficiencia aerodinámica que llega al 40% respecto al SV.
Cuando el sistema detecta que deseamos la máxima aceleración, abre el splitter, haciendo que parte del flujo aerodinámico se desvíe a los bajos, canalizándolo y creando un efecto Venturi, por lo que ganaremos apoyo en el tren delantero. En la parte trasera nos llama la atención su gran alerón. Pero no se trata de un alerón cualquiera.
En la viga central del alerón posee una gran toma de aire con dos válvulas de mariposa -una para la parte izquierda y otra para la derecha- que conduce el aire a través de unos pequeños canales hasta el borde de ataque del alerón. ¿Os acordáis del S-duct de la Fórmula 1? Pues funciona igual. Hace que el alerón entre en pérdida, creando unos vórtices y desviando el flujo de aire debajo de éste, y así se reduzca el arrastre, pudiendo acelerar mejor. O sea, que virtualmente es como si eliminase parcialmente el efecto del alerón.
En cambio, cuando el sistema detecta una frenada, cierra todos los conductos, tanto delanteros como traseros, para tener el máximo arrastre y ayudar en cierto modo a frenar el SVJ.
En curva emplea las dos mariposas traseras para tener un efecto que Lamborghini denomina Aero vectoring. Sencillamente el sistema abre la válvula del exterior de la curva, para que tenga menos arrastre, consiguiendo un pequeño vector de fuerza que haga girar un poco mejor la zaga. Un sistema muy interesante, que otros ya montan desde hace tiempo, aunque con herramientas diferentes y algo más sofisticadas, como el Pagani Huayra.
Pablo Mayo
Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.COMENTARIOS