Este compacto coreano está basado en un concept mostrado en el Salón del Automóvil de Seúl del año 2007 como posible sustituto del Hyundai Coupé o Tuscani. Lo más llamativo del coche y que lo hace diferente de los demás compactos de líneas coupé es la existencia de una carrocería con tres puertas -un nuevo concepto de puertas 1+2, dos en el lado del acompañante y una en el lado del conductor-. Tres puertas por un lado, cinco puertas por el otro, ese era el efecto.
Gracias a esta configuración el Veloster asumía un carácter práctico nunca visto en un coche de este tipo. Los chicos de Hyundai se pusieron las pilas para dotarle de un innegable atractivo basado en su concepto Fluidic Sculpture, aunque a algunos les parezca una apuesta arriesgada; a mí personalmente me llama mucho la atención, es un coche simplemente diferente.
Echándole una visual a su exterior nos encontramos con una enorme rejilla delantera hexagonal de una pieza, distintivo de la marca, unos pasos de rueda dimensionados y, por primera vez en Hyundai, luces de posición LED; en su trasera encontramos un doble escape en posición central y una luneta partida. También se complementó con una llamativa paleta de colores –hasta 10 diferentes para elegir, con nombres tan exóticos como Electrolyte Green, naranja Vitamin C o amarillo 26.2 Yellow-.
Nos llamaba la atención de la asimetría de los pilares B. El izquierdo es voluminoso e inclinado hacia atrás, mientras que el derecho es vertical y más convencional
Una vez sentados en el puesto del conductor topamos con la primera peguilla: el volante no se puede regular en profundidad, aunque la postura resulta cómoda. Para ponerlo en marcha observamos que no hay hueco para la llave, basta con apretar un botón en la consola central, y su motor de 1.6 GDi empieza a sonar con cierto tinte deportivo. La versión de acceso del Veloster cuenta con un cuatro cilindros de inyección directa de gasolina que eroga 140 CV a 6.300 RPM y un par motor máximo de 166,6 Nm a 4.850 RPM; no olvidemos que es un motor atmosférico.
Al motor acompaña una caja de cambios manual de seis velocidades con la opción de una automática DCT de seis velocidades también, con levas en el volante y desarrollada por la propia marca. El espíritu RACER se respira en el interior con detalles como el pedalier de aluminio, empuñadura de la palanca de cambios y volante forrados en piel o partes metálicas repartidas por el habitáculo.
Mención aparte merece el Veloster Turbo, con un motor más enérgico gracias a la caracola, que sin llegar a ser precisamente un bólido, sí pone al alcance del aficionado un coche diferente con un motor más interesante.
Su conducción no resulta muy eficaz y precisa, pero sí divertida. La suspensión es dura y tiende a rebotar, con tendencia claramente subviradora en curvas lentas. Pero donde no tenía competencia era en la relación equipamiento-precio, aquí si que era imbatible respecto a sus competidores coetáneos, como el Renault Mégane Coupé o el Volkswagen Scirocco. Ambos rivales han desaparecido.
Un aspecto que resulta muy interesante de este modelo y de los vehículos coreanos es su política de máximos equipamientos cerrados, apenas hay opciones para elegir, lo llevan prácticamente todo. Como vemos se mueven en sentido inverso a los fabricantes europeos, sobre todo alemanes, donde la lista de opciones es infinita -y carísima- y resulta realmente tedioso pedir un vehículo equipado a nuestro gusto. La relativa desventaja es que no puedes personalizarlo apenas, pero no te comes el tarro y llevas un coche a tope de equipamiento.
En el Salón de Detroit de este año nos encontramos con la renovación del Veloster, una de las pocas novedades del salón, manteniendo su espíritu original de puertas asimétricas pero debidamente actualizado y modernizado. Continúa con su enorme parrilla delantera hexagonal de una pieza, de color negro, al igual que el techo y retrovisores. Su interior es totalmente nuevo, con más calidad y todo lo necesario referido a infoentretenimiento, así como todas las ayudas posibles a la conducción.
El nuevo Veloster tampoco tiene mecánicas diésel -ni falta que hace- y hay para elegir tres de gasolina, una de 2 litros sin turbo de 150 CV y 179 Nm de par, otra de 1.4 litros turbo de 204 CV y 264 Nm, y la versión N, con un motor de 2.0 litros que rinde 275 CV y 325 Nm de par motor acoplado a una caja manual de seis marchas. Esta versión N sí que invita a una conducción con espíritu RACER. Tal vez lo veamos a finales de año en Europa.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...Es mi pequeñin! Me lo acabo de comprar hace un mes en su versión Turbo y estoy enamorado de él. Además, viniendo de un compacto de 3 puertas, el Veloster, siendo lo que es, me parece muy práctico.
Un saludo!
Joe, me encanta este coche. Mola cuando una marca consigue ser original y sorprenderte con algo en vez del “más de lo mismo” en el que se esá convirtiendo el mundo del automóvil ultimamente.
La disposición de las puertas es bastante práctica, recuerdo que casi me peleo con un amigo pues yo veía dos puertas y él sólo una. Por cierto, para que se comporte en modo Racer hay que quitarle el modo ECO de un interruptor a mano izquierda.