Aunque la proliferación de modelos urbanos con aspecto todoterreno es bastante reciente, con modelos como los Dacia Sandero Stepway, Rover Streetwise, Ford Fiesta Active o Hyundai i20 Active, a finales de los años setenta FIAT ya se atrevió a lanzar un modelo de estas características en el mercado italiano: el FIAT 127 Rustica.
La historia del FIAT 127 (SEAT 127 en nuestro mercado) es bien conocida por todo aficionado que se precie: lanzado en 1971, el pequeño modelo italiano destacaba por una arquitectura rompedora con respecto al FIAT 850 al que sustituía, gracias a su motor delantero en posición transversal y tracción a las ruedas delanteras. Le faltó el uso de los paragolpes de plástico con los que Renault dotó a su popular R5, pero esto no le impidió convertirse, al año siguiente, en el Car of the Year en Europa. A lo largo de su dilatada carrera comercial, el 127 y sus derivados ofrecieron una amplia gama de carrocerías y variantes a lo largo del globo. ¡Hasta una versión deportiva, el 127 Sport! Por esto no es de extrañar que la empresa turinesa se decidiera a lanzar una versión campera de su utilitario en 1979.
Sin embargo, el desarrollo de esta versión es mucho más interesante de lo que podría parecer a priori. Echemos un vistazo al 127 Rustica. El adjetivo que mejor lo define es espartano: en el exterior, nos encontramos con protecciones para los faros y los pilotos posteriores, llantas de chapa pintadas en negro, faldones en las ruedas traseras y un único color de carrocería, beige; el logotipo “127 Rustica” va colocado en los laterales del capó. Espera un momento, estamos en 1979, el 127 ya va por su segunda serie y, sin embargo, el frontal recuerda mucho a los 127 de primera serie; la línea de las lunas laterales, sin embargo, no es ascendente como en el 127 primigenio, sino horizontal, y los pilotos traseros son casi cuadrados, nada que ver con ningún otro 127 visto hasta la fecha.
Todo esto tiene un motivo: el Rustica está basado en el 147 brasileño, modelo que presenta notables diferencias con respecto al modelo europeo. El interior presentaba unos asientos ligeros (una mera estructura tubular revestida) y el salpicadero del 147 en el que estaba basado. Una altura libre al suelo algo mayor, suspensiones reforzadas, la transmisión del FIAT 128 y el motor Fiasa de 1.049 cm³ completaban el conjunto. Sí, este 127 no recurría al habitual motor de 903 cm³ que conocimos en los modelos de SEAT, sino al motor del 147 original (en versión de gasolina, no de etanol). Como único extra, la posibilidad de montar un portaequipajes sobre el techo.
Lo llamaron 127, pero en realidad es un FIAT 147 brasileño que, además, terminaba su montaje en las líneas de producción de Lamborghini
Pero, ¿por qué recurrir al 147 brasileño para hacer esta versión? La historia es un poco más compleja de lo que podríamos pensar. Lamborghini estaba pasando una etapa económicamente difícil, por decirlo de alguna manera: las ventas del Urraco no estaban resultando como se había planeado, y además habían apostado por el desarrollo del todoterreno Cheetah (antecesor del LM002) con vistas a sustituir a los Jeep del ejército estadounidense, pero la cosa no funcionó. Además, la firma del toro había firmado con BMW un acuerdo para fabricar el M1. También se fue al traste.
Con una situación financiera tan complicada, y la crisis del petróleo en pleno apogeo, la solución para salvar la firma viene de Giulio Alfieri, consultor de Lamborghini, quien propone la idea de ensamblar una variante crossoverizada del FIAT 147 brasileño en la factoría de Sant’Agata Bolognese. A FIAT le parece bien la idea, y es así como nace este 127 Rustica. Los 147 procedentes de Brasil se terminaban de montar en la fábrica de Lamborghini, con lo que se consiguieron mantener puestos de trabajo y dar así un respiro a la marca del toro durante este tiempo.
El contrato firmado con FIAT contemplaba la fabricación de 5.000 unidades del 127 Rustica, que se ofreció únicamente en Italia. Ésta fue la primera variante del 147 ofrecida en suelo europeo, pero no la única: al 127 Rustica le seguirían los 127 D y 127 Panorama. El último modelo de procedencia latinoamericana sería el 127 Unificata, un modelo posterior a la tercera serie (la que conocimos en nuestro mercado como SEAT Fura), con un frontal que recordaba al de los Fura Dos y una trasera inspirada en los 127 primera serie. La carrera del FIAT 127 finalizaría en 1987, mientras que la del FIAT 147 lo haría una década después, en 1996, habiendo dejado interesantes variantes como el sedán Oggi, la furgoneta Fiorino o los Spazio, Vivace y Brío, entre otros.
Eso sí, si pretendes hacerte con una unidad del FIAT 127 Rustica, te adelanto que no es sencillo, pues no son muchos los que quedan. Pero si lo consigues, ¡podrás decir que tienes un modelo fabricado por la mismísima Lamborghini!
Jesus Alonso
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