Coche del día: SEAT Arosa 1.4 TDI

Coche del día: SEAT Arosa 1.4 TDI

Con 75 CV y casi 200 Nm de par, el Arosa 1.4 TDI era un segmento A con una buena “patada”, aunque algo caro


Tiempo de lectura: 3 min.

El SEAT Arosa 1.4 TDI es uno de los mejores representantes de una época ya lejana, en la cual, los motores turbodiésel podían llegar a dominar segmentos donde, sobre el papel, no tenían mucho sentido. El problema era, por lo general, el mismo: eran coches muy caros. El SEAT Arosa 1.4 TDI costaba 1.970.000 pesetas, 11.890 euros que, con el IPC, equivaldrían a 20.165 euros. Puede que parezca barato, pero no debemos olvidar que el contenido electrónico está a años luz de cualquier coche moderno, no hay pantallas de ninguna clase y el aire acondicionado, por ejemplo, se pagaba aparte…

La evolución y expansión de los motores turbodiésel, se podría comparar con la evolución y expansión de los SUV. Eran motores que ofrecían una buena combinación de prestaciones y consumos reducidos, buen tacto de conducción y sobre todo los últimos desarrollos, un refinamiento a la altura de cualquier motor gasolina. Sin embargo, no eran los motores adecuados para todos los usuarios, ni la opción más lógica en un gran número de casos; pero aun así, los motores diésel lo dominaron todo durante, al menos, un par de décadas.

El SEAT Arosa 1.4 TDI encaja en uno de los últimos casos, una opción poco lógica si tenemos en cuanta el objetivo final del coche. De hecho, allá por el año 2000, era, junto al Volkswagen Lupo, el único urbano con motor turbodiésel. Los motores turbodiésel, por si alguien no lo sabe, nunca han sido motores muy recomendables para realizar muchos kilómetros por ciudad, en esas situaciones es siempre mejor un propulsor alimentado por gasolina –o bien, actualmente un híbrido o incluso un eléctrico–. Sin embargo, en aquellos años, el turbodiésel lo era todo y el Arosa 1.4 TDI existió por eso, porque la gente quería motores turbodiésel para todo.

SEAT Arosa 1 4 TDI (2)

Los consumos del Arosa 1.4 TDI eran realmente contenidos, algo, por otra parte, lógico, pues pesaba menos de 1.000 kilos y era un coche muy pequeño

Así, el más pequeño de la marca española, recibía un motor que también se podía encontrar en el Volkswagen Polo, por ejemplo. Un bloque de tres cilindros con 1422 centímetros cúbicos, un solo árbol de levas en una culata con dos válvulas por cilindro, inyección directa –inyector bomba– y turbo de geometría variable. Sobre el papel, eran 75 CV a 4.000 revoluciones y 19,9 mkg a 2.200 revoluciones, casi 200 Nm para un coche que pesaba 960 kilos. No era el más rápido del segmento, la velocidad máxima homologada por SEAT era de 170 km/h y el 0 a 100 km/h lo completaba en 12,2 segundos, pero el 80 a 120 km/h en cuarta lo hacía en poco más de 10 segundos, y en quinta lo completaba en 11,5 segundos. Lo más interesante, no obstante, eran los consumos, con una cifra de 4,3 litros de media y 5,6 litros para circulación urbana.

La revista Autopista, en una prueba publicada en el número 2.126, decía que era capaz de impulsarse, casi, con la contundencia de un deportivo y que podía plantarle cara a la variante de gasolina con 100 CV en recuperaciones y adelantamientos. También lo comparaban con modelos de otra categorías, como el Peugeot 206 HDi o el Renault Clio dTi, a los que superaba en algunas mediciones y además, con menor gasto de gasóleo.

El SEAT Arosa 1.4 TDI no parecía tener mucho sentido para un gran número de usuarios, pero por el contrario, era un coche ideal para otro grupo de conductores, los cuales, necesitaban salir a carretera para, por ejemplo, ir a trabajar, ya que contaban con unas elevadas dotes para rodar largas distancias.. Además, tenía cuatro airbags y ABS de serie.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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