El Porsche 911 GT1 es, posiblemente, una de las versiones más salvajes del mítico deportivo alemán. Sí, es cierto que el 911 GT2 RS es realmente bestial y en cuanto a cifras de potencia, supera al 911 GT1 con cierta holgura, pero comparamos un coche “de calle”, con uno nacido para correr y además, campeón de las 24 horas de Le Mans de 1998.
Solo ver las imágenes del 911 GT1 deja claro que no es un “Nueveonce” normal, ni mucho menos, de hecho, es el 911 menos 911 de toda la saga. Pero claro, nació en una época en la cual, la categoría GT1 del Mundial de Resistencia era una de las más innovadoras y avanzadas de todos los campeonatos FIA, incluso podía hacer sombra a la mismísima Fórmula 1 con prototipos realmente alucinantes. Prototipos, claro está, pensados para rodar en negras y muy lisas pistas, repartidas por todo el mundo.
Todos sabemos que los coches de competición en circuito cerrado son muy radicales; chasis muy cerca del suelo, suspensiones muy cortas y duras –aunque con todo tipo de regulaciones–, un enorme diámetro de giro, ausencia total de comodidades… su único objetivo es ser el más rápido en circuito. A nadie en su sano juicio se le ocurriría meter uno de esos coches en una pista de nieve, ¿verdad? Pues bien, en Porsche no hay mucha gente con un juicio muy sano, ya que han metido un Porsche 911 GT1 en un circuito de nieve…
Ha sido, concretamente, durante la celebración del evento Ice Racer Aspen, durante el cual, también se han dejado ver multitud de vehículos clásicos. Y no era un Porsche 911 GT1 cualquiera, era la misma unidad que se proclamó campeona de las 24 horas de Le Mans. Incluso estuvo presente Stéphane Ortelli, uno de los pilotos que formaban el equipo que llevó al 911 GT1 a la victoria. Y aunque parezca extraño, su presencia tiene mucha lógica. Se trata de uno de los eventos invernales más importantes del mundo, el F.A.T. International Ice Race –antes conocido como G.P. Ice Race–, cuya primera edición fue una creación del Ferdinand Porsche, nieto de Ferry Porsche.
Bueno, en realidad la primera edición no es obra del señor Porsche, Ferry recuperó hace cinco años una prueba que se estuvo celebrando hasta 1974 en Zell, Austria, el hogar de la familia Porsche durante generaciones. Un evento que ha generado una gran expectación, hasta el punto de organizar una prueba al otro lado del Atlántico, en Aspen, un lugar donde el clima se parece mucho al de Zell.
Volviendo al 911 GT1, como cabe esperar, ha necesitado algunos cambios para poder circular por nieve con seguridad. Si hubiera acudido según salió de la pista en 1998, no habría recorrido ni dos metros, y no solo por los neumáticos, pues estos apenas habrían tocado el suelo al quedar “empanzado” en la nieve por su escasa altura con respecto al suelo. Así, lo primero que se hizo fue montar neumáticos de invierno, y después, se buscó separar los bajos del coche del suelo. Por un lado, se lograba una mayor altura de conducción, y por otro, se dejaba hueco para poder montar los nuevos neumáticos. Al mismo tiempo, se instaló un sistema de precalentamiento, tomado directamente del Porsche 919 Hybrid, con un software modificado para simplificar el complejo procedimiento operativo del coche.
Podríamos decir que convirtieron al Porsche 911 GT1 en un coche de rallies, incluso el propio Ortelli quedó pasmado al ver un coche como ese “bailando” por la nieve.
“La primera vez que vi el coche sobre la nieve, rodeado de árboles, fue como estar frente a un hermoso cuadro. Era increíble, no podía creer que fuera a conducirlo en ese entorno, comentó Ortelli. También añadió que hay que olvidarse de las características del GT1, “aquí se trata más bien de bailar ballet con el Porsche. Los neumáticos se agarran bien a la nieve compacta y puedes sentir inmediatamente el potencial del coche, pero tienes que aprovechar la transferencia de pesos para girar. En parte porque el vehículo es muy rígido, pero también porque la dirección es muy rápida. Todos sabemos que cuando vas de lado necesitas girar el volante para compensar el ángulo del coche, pero en el GT1 tienes muy poco recorrido entre topes. Para mí eso ha sido lo más difícil a lo que adaptarme. El trabajo que hay que hacer entre volante y pedales es enorme. Se trata de danzar sobre hielo ¡Este coche realmente puede bailar!, remató Ortelli.
Es una verdadera lástima que ni Porsche ni los organizadores de F.A.S International Ice Race hayan publicado un vídeo del Porsche 911 GT1 rodando en la nieve, aunque sí tenemos algunas imágenes que dan testimonio de semejante idea. También hay un vídeo publicado en Instagram, pero es una especie de resumen de todo lo que ocurrió y apenas se ve nada del GT1…
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS