No fue smart quien inventó los coches pequeños, ni siquiera fue BMC cuando lanzó el Morris Mini Minor, aunque esté último diera una clase magistral de como hacer coches pequeños. La invención de los coches pequeños, por así decirlo, se le podría atribuir a FIAT, fabricante que puso en circulación el minúsculo FIAT 500 en 1957 –el Mini llegó en 1959–.
El FIAT 500, hoy día, es un verdadero icono y eso, en su momento, resultó ser un problema. El mismo problema, por ejemplo, que se encuentra Volkswagen cada vez que tiene que renovar el Golf, o Porsche con cada nueva generación del 911. Ser un icono no siempre es bueno y FIAT se encontró con un serio problema cuando tuvo que reemplazar al pequeño utilitario. Un claro ejemplo de la citación en la que estaba la firma italiana la tenemos en las dudas que el mismo Dante Giacosa tenía, quien afirmaba que con algunas mejoras, podría haber estado en el mercado durante algunos años más.
Sin embargo, como ocurre muchas veces con los iconos, la competencia había avanzado mucho y el 500 se había quedado atrás en casi todo, así que no quedaba más remedio que renovarlo por completo. Y el resultado fue el FIAT 126, un modelo que, como decían algunos medios de la época, era un compromiso, pues escondía la plataforma y el motor del 500, ligeramente mejorados, vestidos con un nuevo conjunto más moderno. Como curiosidad, Giacosa no quiso entrar en el proyecto y el diseño se encargó a Gian Paolo Boano, quien trabajó con Pio Manzú, responsable del FIAT 127, y Sergio Sartorelli, autor, entre otras cosas, del Volkswagen Karmann Ghia y del FIAT Ritmo.
Comparado con el 500, el FIAT 126 presentó un cambio sencillamente brutal, con líneas y ángulos casi rectos, en sustitución de las curvas y las formas suaves del pequeño 500. Era un gran contraste que mostraba como cambian los gustos y como se adaptan los diseños. Lo que no cambiaron fueron algunas características, como la sencillez general del conjunto, el habitáculo totalmente espartano o la colocación del propulsor, colgado tras el eje trasero. Así, FIAT presentó un coche pequeño, básicamente pensado para circular por las atestadas y estrechas calles italianas. La longitud erade 3,12 metros, la anchura de 1,38 metros y la altura de 1,33 metros. Pesaba alrededor de 600 kilos.
Por detrás del eje trasero está el motor, que como en el caso de 500, era un dos cilindros en línea, aunque el cubicaje aumentó hasta los 594 centímetros cúbicos. Rendía 23 CV y con una caja de cambios manual de cuatro relaciones, era capaz de alcanzar los 105 m/h. Se fabricó en Mirafiori, donde también se montaba el FIAT 500 entre 1972 y 1979. A partir de aquí, pasó a fabricarse únicamente en Polonia hasta 1992, cuando apareció el FIAT Cinquecento.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS