El Audi R8 dice adiós al mercado en 2023. Un adiós que no es una sorpresa, aunque no por ello resulta más aceptable. la electrificación y la enorme e imparable popularidad de los SUV, ha provocado que muchos modelos míticos, como el Audi R8, no tengan una nueva generación y se retiren del catálogo, dejando tras de sí una saga que será recordada por siempre por todos los amantes del automóvil.
Además, el Audi R8 es un coche muy especial, pues no es un Audi tradicional, se hizo de una forma diferente, con unos objetivos que lo convirtieron en uno de los principales rivales del Porsche 911 y en uno de los Audi más deseados del mundo, sobre todo en su versión con motor V10, aunque en realidad, y esto es algo que se ha dicho en muchas ocasiones, la variante con motor V8 siempre fue la más equilibrada.
La historia del Audi R8 esconde algunas cosas muy interesantes, como aquel experimento con motor V12 diésel de 500 CV, que, posiblemente, haya sido el deportivo más atípico y la muestra más clara de la evolución de los motores diésel en aquellos años. Interesante también, y un coche que podría prefigurar lo que podría ser el deportivo de los cuatro aros, es el Audi R8 e-tron, una versión con motores eléctricos que hoy día es auténtica tendencia.
Sin embargo, hay una variante que acaba de salir a la luz y que nunca llegó a producción, pero que podría haber levantado bastante expectación y mucho debate: una variante equipada con un motor de cinco cilindros turbo. El motor de cinco cilindros se ha convertido, al igual que el sistema de tracción total quattro, es una seña de identidad de Audi. Uno de los coches más importantes de su historia, el Audi quattro, montaba esta configuración de propulsor, al igual que el mítico Audi RS2, el Audi TT RS o el Audi RS3. Y a punto estuvo el R8 de montar una versión de dicha mecánica.
Al parecer, según cuenta Marcos Marques, el project manager de Porsche para combustibles sintéticos, en una entrevista para The Intercooler, Audi había desarrollado un motor de cinco cilindros turbo, derivado del usado en el Audi RS3, para montarlo en el R8 junto a un cambio manual y solamente propulsión. Mantenía el mismo cubicaje de 2,5 litros, y con pocas modificaciones, rendía más par que el V10 atmosférico. Sin embargo, la idea se canceló porque el Audi R8 había sido diseñado y desarrollado para enfrentarse a coches de Ferrari, Lamborghini, Porsche y Aston Martin, y se consideró que una versión con un motor más pequeño y algo menos de potencia, así como menos precio de venta, habría sido un error.
No tenemos datos suficientes para saber si hubiera sido un error o no, pero es evidente que habría sido una de las versiones más vendidas. También cabría la posibilidad, como ocurrió con el Ford Mustang 2.3 EcoBoost, que no fuera una versión muy aceptaba por el público y finalmente, hubiera quedado como una curiosidad a la venta durante algún tiempo –el Mustang 2.3 EcoBoost solo suponía el 15% de las ventas del modelo en Europa–. Sea como fuere, nunca lo sabremos.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS