Cuando se presentó el Corvette C8 supuso un “boom” en la historia del modelo y en la propia Chevrolet, pues por fin, después de muchas décadas de rumores y algunos prototipos, se adoptaba el motor trasero central. También rompió todos los moldes en cuanto a diseño y en cuanto a equipamiento. Fue la entrada en una nueva era, que se verá continuada y potenciada con la llegada de dos versiones inéditas en la historia del modelo, pero necesarias tanto por normativas como por tendencias. Nos referimos al Corvette con grupo motor híbrido y al Corvette eléctrico, así como otros trenes de potencia que todavía están por confirmar, como el primer Corvette con tracción total –aunque el Corvette híbrido ya contará con tracción total, habrá otro con motor de combustión y una transmisión a las cuatro ruedas tradicional, según rumores–.
El más cercano en el tiempo es el Corvette híbrido, del que la propia marca publicó un vídeo como adelanto, pero el que más dará que hablar será, sin duda, será el Corvette eléctrico, el cual se espera que llegue al mercado bajo una denominación desconocida. Sabemos que el híbrido será Corvette E-Ray e incluso hemos visto imágenes filtradas del modelo el pasado mes de diciembre, aunque ha sido del configurador online. Del eléctrico todavía no sabemos nada, o casi nada. Toda información disponible, por el momento, es especulación o supuestas filtraciones –pocas veces son auténticas filtraciones–, pero sí sabemos que fue la propia General Motors quien anunció la llegada, en algún momento, de un Corvette eléctrico. Un anuncio que resulta lógico, pues Europa será eléctrica si o si –aunque las cosas no parecen ir como cabría esperar– y muchos de los rivales del Corvette ya han adoptado hibridación o lo harán próximamente, al igual que ocurre con la conversión a electricidad total. Eso sin olvidar que General Motors dijo que se volvería un fabricante de coches eléctricos a partir de 2035.
Se espera que el Corvette EV llegue para el año 2025, como pronto y contará con notables diferencias con respecto a los Corvette de combustión, no en balde, las necesidades de refrigeración y suministro de oxígeno son distintas para cada tipo de sistema de propulsión. Será importante la forma en la que se acomoda la batería, un tema delicado en un coche convencional, pero muy delicado en un deportivo que busca ofrecer el mejor comportamiento en circuito o en carreteras con curvas. Esto, precisamente, es un tema que, para muchos, no se pondrá solventar en la generación actual y habrá que esperar a la siguiente edición del Corvette. La plataforma actual fue diseñada pensando en la electrificación, pero quizá no sea la más adecuada para una conversión total a eléctrico.
Al parecer, según diferentes fuentes, hay muchas posibilidades de que el Corvette C9, el próximo Corvette, sea totalmente eléctrico y también tracción total. Como cabría esperar, no hay ni un solo dato con respecto a la potencia o la autonomía, pero se barajan cifras cercanas a los 1.000 CV –algo ya habitual con los deportivos eléctricos–. Lo que no se ha especulado, siquiera, es la autonomía, aunque no deberíamos esperar menos de 400 o 500 kilómetros con cada recarga.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS