Vivimos un momento que pasará a la historia como uno de los más importantes para la industria del automóvil, un momento en el que se busca la máxima eficiencia y el máximo respecto por el medio ambiente, reduciendo drásticamente las emisiones contaminantes. Tan drásticamente, que el motor de combustión tiene los días contados. Se nos abre un futuro muy interesante, aunque los fanáticos del motor de combustión solo vean nubarrones negros, pero en el fondo, tienen algo de razón, pues el motor de combustión tiene algo que no tienen los motores eléctricos: sensaciones.
Pero no nos enredemos con cosas que ahora poco importan, sobre todo porque no podremos hacer nada para cambiar las cosas. Lo único que podemos hacer actualmente en disfrutar de lo que nos queda por delante y maravillarnos con algunas ideas locas que no volveremos a ver nunca más. Desarrollos técnicos y tecnológicos como el desproporcionado motor del Bugatti Chiron, que tiene su origen en el propulsor de su antecesor, el Bugatti Veyron y que, según la propia marca, será el último de su clase. Bugatti no volverá a desarrollar un motor como este W16 con cuatro turbos y ha presentado su “canto de cisne”, en forma del que, posiblemente, sea uno de los modelos de la Bugatti actual más bonitos e incluso equilibrados estéticamente. Porque ya sabemos que en cuanto a prestaciones, en la firma francesa no saben que es eso de “equilibrio”.
La última creación de la firma francesa se llama Bugatti W16 Mistral, se fabricarán en muy corta tirada que, como suele ocurrir, está toda vendida a un precio nada desdeñable: cinco millones de euros. Se trata de la despedida de uno de los motores más icónicos del panorama mundial de los últimos años, un propulsor que, sin duda, pasará a la historia y será recordado por todos los logros que consiguió Volkswagen al crearlo, así como lo complicado que fue darle vida. Estamos ante un adiós espectacular. No tanto como el Bugatti Bolide, pero si mucho más elegante y, como decíamos, equilibrado. Un automóvil soberbio, que seguramente solo veamos en fotos, pues estos coches van directos a colecciones particulares de donde saldrán en contadas ocasiones.
Mucho más que un Bugatti Chiron sin techo
Si hay algo por lo que siempre ha destacado Bugatti, ha sido por su obsesión por ofrecer vehículos técnicamente avanzados, con diseños muy cuidados y pulidos, así como aderezarlos con prestaciones por encima de sus rivales. Solo hay que echar un ojo a su historia para darse cuenta de que esta marca, nunca se ha conformado con crear coches rápidos, sino que tenían que ser mucho más que “simplemente” rápidos. En Volkswagen supieron como explotar esa personalidad a la perfección, dando vida a uno de los coches más increíbles de cuantos se han puesto en circulación y al mismo tiempo, provocando una loca fiebre por superar los 1.000 CV que se extendió por todo el mundo.
De aquello han pasado ya bastantes años, nada menos que 17 para ser más precisos, pues el Bugatti Veyron comenzó su andadura en el año 2005. Parece que fue ayer mismo cuando la marca se atrevió a anunciar un coche semejante, pero actualmente, ya se han vendido todos los ejemplares de su reemplazo, el Bugatti Chiron, que, además, ha contado con toda una serie de derivados a cada cual más espectacular, hasta llegar al que nos ocupa ahora, el Bugatti W16 Mistral. Sí, evidentemente, el Mistral es un derivado del Chiron, aunque no se han conformado con darle cuatro retoques y cortar el techo, hay mucho más trabajo detrás del que podría parecer. No en balde, será el último de su clase, el adiós de un concepto que está a punto de cumplir 20 años.
Oficialmente, el Bugatti W16 Mistral es el canto del cisne, el adiós del Chiron y de todo lo que tiene que ver con él, los próximos modelos que lance la marca serán totalmente nuevos, y quizá, puede que más rápidos. No debemos olvidar que actualmente, Rimac tiene el control de Bugatti y aunque ha prometido que habrá motores de combustión en la próxima generación de modelos, todos sabemos que Bugatti será, como todos, eléctrica. No serán coches eléctricos convencionales, eso es totalmente seguro, pero se perderá la magia del motor de combustión más bestia producido en serie.
Como cualquier Bugatti, el W16 Mistral es un coche de aspecto amenazante, increíblemente llamativo y poco convencional, revestido de fibra de carbono y dando la impresión de ser todavía más rápido que el Chiron en el que se basa. Bebe de todos los modelos que ha lanzado la marca sobre la base del Chiron, logrando un conjunto soberbio y extremadamente exclusivo.
Está imbuido de inmediato con una sensación de exclusividad. Hemos creado el último de su tipo. La historia de este coche es que, además de ser un roadster, respira ADN Bugatti con la máxima sencillez y elegancia.” – Achim Anscheidt, director de diseño de Bugatti
Sin techo y con una aerodinámica muy trabajada
Con un simple vistazo se pueden ver las influencias que hay en el Mistral. El frontal recuerda al Bugati Divo, pero cuenta con detalles específicos como los faros, formados por cuatro franjas apiladas una encima de la otra, mientras que la típica calandra con forma de herradura es ahora más grande, pues es la única entrada de aire para la refrigeración, las entradas de aire laterales están reservadas para surtir de aire a los intercooler. La parte trasera adopta un estilo inspirado, claramente, en el Bugatti Bolide, pero aquí es mucho menos radical, aunque no por ello menos espectacular. Además, esconde funcionalidades aerodinámicas como la salida de aire caliente del vano motor. La zaga se completa con un terminal de escape trapezoidal, colocado en el centro, en lugar de las dobles salidas que tiene el Chiron Super Sport 300+.
No obstante, lo más llamativo es la ausencia de techo. Para poder ofrecer esta carrocería, los ingenieros han tenido que modificar el monocasco de fibra de carbono y trabajar duramente en la aerodinámica del coche, para que pudiera ser tan rápido como cualquier otro Chiron, pero sin necesidad de tapar el habitáculo. Principalmente, porque el techo que ofrece la marca solo sirve para mantener el interior alejado de miradas indiscretas mientras está estacionado. No sirve para circular.
Ese trabajo aerodinámico ha requerido de crear diferentes soluciones para dirigir el aire allí donde se quería que fuera. Por ejemplo, el aire fluye por el espacio que hay entre las cuatro franjas que forman los faros, sale por las puertas y vuelve a introducirse a través de las entradas de aire laterales, saliendo finalmente por los huecos entre los pilotos traseros. Las jorobas que hay tras los asientos hacen dos funciones: toma de aire y arco antivuelco.
Los clientes nos suplicaron que hiciéramos un coche descapotable, y por eso que tomamos el motor y lo pusimos en algo que te da la sensación de un automóvil descapotable, donde puedes escuchar el ruido de admisión y el turbo. La experiencia es simplemente increíble. Creo que es un final respetable para la era de la plataforma Chiron.” Frank Heyl, subdirector de diseño de Bugatti.
Motor procedente del Chiron Super Sport 300+
El corazón del Bugatti W16 Mistral, el motor, tiene una larga historia detrás. Comenzó sus primeros pasos en el año 2005 (sin contar todo el tiempo que estuvo en desarrollo, claro) y actualmente, ha llegado a su última iteración. Después del Mistral no habrá más Bugatti con motor de 16 cilindros en W y cuatro turbos. No es algo que nos pille por sorpresa, ya se comenzó a hablar sobre ello allá por 2018, cuando Stephan Wilkelmann, CEO de Bugatti por aquel entonces, asegurara que el motor 8.0 del Chiron sería jubilado tras el cese de producción del modelo.
No habrá un nuevo 16 cilindros, este será el último de su clase. Es un motor increíble y sabemos que genera un gran entusiasmo, a todo el mundo le gustaría que estuviera siempre, continuar desarrollándolo… haremos todo lo posible por mantenerlo con vivo… pero si quieres estar a la vanguardia con tecnología avanzada es muy importante que escojas el momento correcto para cambiar.” – Stephan Winkelmann, ex CEO de Bugatti y actual CEO de Lamborghini
Cuando apareció el Veyron, todos nos quedamos con la boca abierta al conocer todos sus datos y en especial, con el motor, un monstruo con 7.993 centímetros cúbicos, cuatro válvulas por cilindro, inyección doble, cuatro turbos… en realidad, el motor de Bugatti son dos bloques V8 de cuatro litros cada uno, unidos para dar forma a uno de las centrales de energía más icónicas del mundo. Es cierto que otras marcas como Dodge, con el añorado Viper, tenían también un motor de cubicaje semejante, aunque en este caso era un V10 y su potencia no era tan absurdamente alta.
El motor cuenta con 3.712 piezas y en sus primeras entregas alcanzaba, como seguro recordaréis, los 1.001 CV, pasando a 1.200 en diferentes evoluciones del Veyron y llegando a los 1.500 CV en el Chiron. Cuando se puso en circulación el Chiron Super Sport 300+, el motor llegó a los 1.600 CV, que es precisamente la versión que da vida al Bugatti W16 Mistral, con el que puede alcanzar los 420 km/h.
Solo se fabricarán 99 unidades, todas ellas, como se ha comentado al inicio, vendidas antes de entrar en producción y cada una, al precio de cinco millones de euros.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS