No es ninguna casualidad que sea ahora cuando estemos conociendo al nuevo Opel Astra, ya que el compacto cumple nada menos que 30 años y parece la mejor oportunidad, para dar el pistoletazo de salida a la nueva generación, que además, abre la puerta de una nueva era para el modelo. Un momento importante para el Opel Astra, un coche que sumando sus cinco generaciones, ha vendido más de 15 millones de unidades.
El Opel Astra apareció en 1991 y llegaba para reemplazar a un modelo que se había convertido, ya por entonces, en un referente y en un mito del segmento: el Opel Kadett. Durante sus primeras cinco generaciones, todas ellas “by General Motors”, hemos podido ver una evolución muy llamativa de carrocerías, destacando especialmente la diseñada por Bertone y los descapotables, cosas que no volveremos a ver en mucho tiempo. La próxima generación, ya diseñada y desarrollada bajo la batuta de PSA, solo contará con una carrocería y destacará por la incorporación de un motor eléctrico.
Tras su reciente presentación oficial, esa ha sido una de las principales novedades del nuevo Astra, la inclusión en la gama de una versión eléctrica, la cual, estará disponible para el año 2023. También tendrá un par de variantes con grupo motor híbrido e incluso un motor diésel, que no sabemos lo que durará en la gama a la vista de los diferentes cambios que hacen los fabricantes. No sería la primera vez que se retira la opción a gasóleo y al tiempo, se vuelve a incluir en la gama.
Efficient Modular Platform 2, la base de los compactos de Stellantis
La sexta generación del Opel Astra llega, como se ha comentado antes, en un momento importante tanto para la marca como para el propio modelo. Sin embargo, su puesta en escena acorta la vida de la quinta generación, el Opel Astra K, que se renovó en 2019 y que ha tenido, como se puede apreciar, una corta vida comercial. Stellantis quiere poner en circulación lo antes posible una nueva generación de modelos con el rayo en el frontal, dando por fin acabada la etapa General Motors, algo que todavía tardará un poco en completar ya que aún queda por renovar, al menos, el Opel Insignia.
General Motors ha tenido el control de Opel desde hace mucho, mucho tiempo, desde nada menos que 1929. Pero PSA ha tardado muy poco en borrar de un plumazo todo lo que tenga que ver con los americanos, sobre todo, por lo concerniente a patentes y por supuesto, a sinergias. Ahora, todos los Opel contarán con elementos PSA y el Astra no será una excepción. De hecho, es un coche 100 % PSA, que toma como base el plataforma EMP-2 (Efficient Modular Platform 2, plataforma eficiente modular 2), la cual se emplea desde 2013 para todos los compactos del grupo industrial; coches como el Peugeot 308, el Opel Grandland X o el Citroën C4 Picasso, entre otros, se basan en esta plataforma.
Según Opel, se trata de un modelo “a prueba de Autobahn”, ya que sus aptitudes y capacidades a alta velocidad han supuesto un objetivo principal a lo largo de su desarrollo. Unas características que en España no quedaremos con ganas de experimentar, a riesgo, claro está, de jugarte el tipo. España no es solo un país de “coches viejos”, también de poco respeto al volante.
Aprovechando la inclusión de esta plataforma, los ingenieros de Opel han realizado un duro trabajo para garantizar que la nueva generación del Opel Astra, cumpla con todas las expectativas. Se ha trabajado con especial ahínco en la dirección y en la rigidez torsional del chasis (un 14 % mayor), diseñados, según afirman desde la marca, para conseguir un alto control de guiñada. Las suspensiones no son especialmente innovadoras, pues monta McPherson delante y eje torsional detrás.
Esa plataforma también hace que sea, en general, un coche más grande, aunque por muy poco. La longitud llegará a los 4.374 milímetros (4 milímetros más largo), al tiempo que la anchura alcanza los 1.860 milímetros (51 milímetros más ancho) y la batalla llega a 2.675 milímetros (13 milímetros más amplia).
Mucha carga tecnológica
Cualquier automóvil moderno que pretenda triunfar en el mercado actual, está obligado a tener una enorme carga tecnológica. No es que sea un problema, todo lo que mejore la conducción y aumente la seguridad es siempre bienvenido, pero siempre que no entorpezca la conducción (como el dichoso asistente de dirección). Los sistemas de conectividad con dispositivos móviles son útiles, al igual que una pantalla para el equipo multimedia, pero son al mismo tiempo, una fuente de distracciones.
De lo que nadie se acuerda o nadie quiere acordarse, es que todos esos sistemas son, en parte, culpable de los elevados precios que tienen los coches modernos. Todo el mundo se queja de los precios, pero nadie quiere su coche sin pantallita y sin conexión para el teléfono, así que los fabricantes invierten en equipar sus coches con todo lo que demanda la gente.
En este caso, el nuevo Opel Astra está cargado de tecnología, mucha de ella especialmente útil, como las cuatro cámaras repartidas por la carrocería, concretamente en la parte delantera, otra en la parte trasera, una en el techo y otra en el lado izquierdo. Al mismo tiempo, hay cinco sensores radar, uno en la parte delantera y otro en cada esquina del coche. Delante y detrás se han montado al mismo tiempo sensores de ultrasonidos.
Obviamente, todos estos sensores y cámaras son para los sistemas de asistencia a la conducción, permitiendo adaptar la velocidad en las curvas, hacer recomendaciones de velocidad y realizar cambios de carril semiautónomos entre otras cosas, como mantener la distancia de seguridad con el coche de delante, poner en marcha la frenada de emergencia o controlar los ángulos muertos del espejo. Por supuesto, hay otros que están enfocados al confort, como el control de velocidad de crucero y el sistema de asistencia al estacionamiento.
La marca pone especial énfasis en su sistema de iluminación matricial IntelliLux Pixel LED, un grupo lumínico LED adaptativo que lleva desarrollando desde hace varios años. La primera vez que se empleó esta tecnología fue en el año 2015 y ahora, con el lanzamiento del nuevo Opel Astra se estrena la última generación del sistema en el segmento de los compactos. Se compone de un total de 168 LED (84 unidades en cada proyector) y permiten variar el alcance y la dirección del haz de luz según la situación de conducción y el entorno.
No faltan, como viene siendo costumbre en Opel, los asientos con certificado AGR (Aktion Gesunder Rücken e.V.), que se combinan con una nueva ergonomía de todo el habitáculo y todas las asistencias a la conducción modernas, tales como la cámara de visión 360 grados, el head-up display o el sistema semiautónomo de asistencia Intelli-Drive 2.0. No obstante, no podemos dejar pasar por alto el nuevo diseño del habitáculo, algo nunca visto en Opel hasta la llegada del Opel Mokka y que ahora adopta el nuevo Opel Astra (y el nuevo Opel Grandland). Se llama Pure Panel y básicamente, es una combinación de dos pantallas de 10 pulgadas que ofrecen todo tipo de información, desde la instrumentación propiamente dicha, hasta el control y la información procedente del sistema multimedia o el teléfono.
La electrificación llega por fin al Opel Astra
Uno de los apartados clave de la nueva generación del Opel Astra tiene que ver con sus motorizaciones. No podemos olvidar que actualmente, contar con algún tipo de electrificación es vital, tanto para ventas como para cumplir con las restrictivas normativas de emisiones y el compacto alemán no tenía nada, hasta ahora. El pertenecer al grupo Stellantis le será realmente útil a Opel, permitiendo un gran salto evolutivo. Posiblemente, sea la marca más beneficiada, al menos por el momento, de estar bajo el control de PSA.
Así, la nueva generación del Opel Astra contará con opciones gasolina y diésel que irán desde los 110 hasta los 130 CV, siempre con cambio manual de seis relaciones. En el caso del grupo motor electrificado, estamos hablando del propulsor de, por ejemplo, el Peugeot 508 GT HYbrid, un híbrido enchufable de 225 CV y 50 kilómetros de autonomía con cada carga de la batería. Será, al menos al inicio de la comercialización, la versión más potente, aunque ya hay rumores sobre posibles versiones deportivas.
Por ejemplo, algunos medios alemanes hablan sobre un posible Opel Astra OPC, retomando así una de las denominaciones más cañeras del panorama de los últimos años. Es cierto que las variantes OPC dejaron de estar disponibles hace tiempo, pero todavía quedan en la memoria de muchos aficionados los últimos Astra OPC y la primera generación, sobre la carrocería GTC, la cual se ganó una fama de brutalidad que bien merecida estaba.
De llegar una nueva edición de ese Astra, sería muy diferente a lo visto anteriormente. Se comenta que contaría con una versión más potente del grupo propulsor híbrido enchufable antes mencionado, quizá la variante ya existente de 300 CV, la cual da vida al Opel Grandland X Hybrid4, por nombrar un ejemplo dentro de la propia gama. Con ese grupo motriz, podría superar los 245 km/h y lucir orgulloso la etiqueta CERO de la Dirección General de Tráfico.
Además, también se especula con un posible Opel Astra GSi, siguiendo la estela del Opel Insignia (modelo que también abandonó las versiones deportivas, incluidas las siglas GSi). Sin embargo, ese posible Astra GSi bien podría usar el grupo híbrido de 225 CV, que según tenemos entendido, solo ofrecerá una opción electrificada de altas prestaciones sin entrar en el terreno de posibles acabados más dinámicos y deportivos como los que aquí se mencionan.
Lo que sí habrá, confirmado por la propia marca, es una versión con motor eléctrico la cual, se basará en la plataforma e-VMP o mejor dicho, sobre la plataforma Stella Medium, que es como se la denomina actualmente. No hay datos respecto a esta variante, aunque sí sabemos que la plataforma puede albergar baterías con capacidades entre los 60 y los 100 kWh, lo que significaría, como poco, autonomías entre los 400 y los 500 kilómetros con cada carga. No llegará hasta 2023 y Opel no dará más datos hasta el próximo año como pronto.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS