El Delage 15 S8 era un vehículo de competición francés que cosechó numerosos éxitos no solo en la temporada de 1927, ganando pruebas francesas, españolas, británicas y en más países europeos, sino que fue competitivo hasta 1936 en la categoría de Voiturettes (coches pequeños).
Aprovechando la normativa de las carreras de 1926, por la cual se permitía una cilindrada máxima de 1,5 litros (1.488 cm3) y un peso mínimo de 600 kg, se fabricó un coche increíblemente competitivo. La clave se encontraba en el legendario motor de 1,5 litros diseñado por Albert Lory. Su arquitectura era de ocho cilindros en línea, colocado en posición delantera longitudinal, con doble árbol de levas en cabeza y dos válvulas por cilindro. El bloque era de hierro fundido y el cárter estaba fabricado en aluminio.
Utilizaba un cigüeñal de nueve apoyos con rodamientos de rodillos, empleados igualmente en todas las partes móviles del motor, impulsadas por engranajes. Se emplearon materiales exóticos para fabricar algunas piezas, como una aleación de níquel-cromo para el cigüeñal, árbol de levas y bielas, y otra aleación de aluminio-cobre para los pistones.
Un problema del vehículo era la situación de la línea de escape, en el lateral derecho del mismo, que provocaba un calor insoportable dentro del habitáculo
En una de sus primeras carreras, concretamente en Brooklands, se le añadieron dos compresores volumétricos Roots, sustituidos inmediatamente después, en 1927, por un único compresor. La potencia generada era la misma con las dos configuraciones, 170 CV a 8.000 RPM, con margen para estirarlo hasta las 9.000 RPM, 600 RPM por encima del comienzo de la línea roja.
Este motor iba asentado en un chasis similar al de otro modelo de la marca, el 2LCV, con el que compartía también frenos y transmisión. El Delage 15 S8 pesaba un 25 % menos que el 2LCV -999 kg-, con un valor en báscula de 748 kg. No tenemos datos de sus dimensiones exteriores, pero sí de su plataforma, 2.495 mm de batalla y unas vías idénticas, de 1.345 mm. El chasis estaba construido en acero prensado.
La suspensión era de ejes rígidos en ambos trenes, con amortiguadores Hartford y ballestas semielípticas como elementos elásticos. Los frenos eran de tambor. La caja de cambios era manual, de cinco velocidades, que transmitían la potencia al eje trasero. Su velocidad máxima se estimaba en 209 km/h.
Un problema que tenía este coche era la nula ventilación del habitáculo, con lo que el calor generado por la línea de escape, situada a lo largo del lateral derecho, hacía insufrible la estancia del piloto, perjudicando su concentración en carrera. En la primera carrera disputada, el Gran Premio de Europa de 1926 (San Sebastián), los tres participantes con un Delage 15 S8 sufrieron de lo lindo, viéndose claramente superados por sus únicos rivales, pilotos de Bugatti.
En 1927 experimentó ciertas mejoras, cambiando el diseño de la admisión y el escape para evitar el sobrecalentamiento del habitáculo, se sustituyeron las válvulas por otras más grandes, se utilizó un solo compresor de 220 mm de diámetro, que se situó en la parte delantera, y se instaló un nuevo carburador Cozette.
Su motor de 1,5 litros y ocho cilindros en línea entregaban 170 CV en un principio, aumentados a 195 CV después, le otorgaron el campeonato del mundo de 1927. Su bajo peso de 748 kg contribuyó a ello
Se eliminó el asiento del copiloto, que en realidad era un mecánico, y se cambió el radiador de posición, consiguiendo situar el centro de gravedad del motor más cerca del suelo. Con estas mejoras se consiguió una de las áreas frontales más bajas que cualquier coche de GP durante años. Igualmente se actualizaron los frenos. Con todo ello se ganó una fiabilidad que se reflejaba en los resultados deportivos.
A manos del piloto Robert Benoist ganó el Gran Premio de Francia de 1927 en el circuito de Montlhéry, por delante de otros dos Delage 15 S8. También ganó el Gran Premio de España del mismo año, al igual que en Italia, en el circuito de Monza -no se presentó ningún rival-, y el Gran Premio de Gran Bretaña.
Con todas estas victorias Benoist se coronó como campeón del mundo de 1927. Incluso se atrevieron a participar en las 500 Millas de Indianápolis de 1929, en este caso pilotado por Louis Chiron, quedando en un respetable séptimo puesto a pesar de sacar una velocidad media inferior a 32 km/h respecto al campeón.
Al igual que muchos automóviles con motores tan excepcionales como delicados su elevado costo y mantenimiento supuso una producción de tan solo cuatro unidades. Se comentó que la unidad conducida por Benoist fue capaz de completar más de 2.200 km en competición sin tener la necesidad de abrir el capó.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...Una auténtica preciosidad y unos valientes los pilotos