El Chevrolet Corvette XP-700 de 1958 fue un prototipo de aspecto deportivo y salvaje diseñado y construido bajo la supervisión personal de Bill Mitchell, jefe de diseño de General Motors desde ese año hasta 1977. Este período que se conoció en la empresa como la “Era de Bill Mitchell” fue la más prolífica de GM hasta el momento en diseño de automóviles.
Utilizó muchos elementos del Corvette de primera generación, el C1 (1953-1962), como el bastidor, partes del chasis y el motor, por lo que no se podía considerar como un concept car propiamente dicho. Adoptó elementos de diseño de los vehículos de competición de la época (Grand Prix), como las líneas generales de la carrocería -construida en fibra de vidrio-, un voladizo delantero bajo y de gran longitud, ausencia de paragolpes, dos tomas de aire laterales y una inferior o unas llantas de radios de acero con sujeción de tuerca única.
El frontal destacaba su amplia parrilla elíptica, sospechosamente parecida a la del Ferrari 250 GT, y sus dos grupos de dobles faros redondos embutidos en las prominentes aletas. Junto al diseño de las tomas de aire se observa claramente la influencia del diseño aeronáutico de los años 50 y que derivó en muchos excesos.
Si bien el diseño exterior era totalmente novedoso, tomando claras referencias de la competición, no era así en lo referido a partes del chasis, bastidor y motor, heredados del Corvette de serie
Visto de perfil, llamaba la atención la casi inexistencia de los guardabarros delanteros, las triples branquias de ventilación de las aletas delanteras, la doble salida de escape o las entradas de refrigeración de los frenos traseros. Su zaga en forma de cuña afilada marcó tendencias en las siguientes generaciones del Corvette.
Durante el primer año de su existencia fue el coche personal de Bill Mitchell, pasando después a ser utilizado en salones de exhibición a lo largo y ancho del país, recibiendo antes una generosa remodelación, con una parrilla delantera de diseño más elíptico, pequeño y alargado y repintado en color plata metalizada en vez de mantener el rojo original.
En octubre de 1959 se le añadió un techo de doble burbuja, construido en plástico laminado recubierto de aluminio vaporizado que servía como barrera para la radiación solar. Estas burbujas estaban separadas por un puntal metálico con rejillas de ventilación que facilitaban la circulación del aire en su interior.
Esta idea surgió de Harley Earl, anterior jefe de diseño de GM (1927-1959). También se revisó la trasera, alargando y exagerando su diseño, y se le añadió un curioso espejo retrovisor en el techo junto a la luna delantera, de tipo periscopio. Otras actualizaciones fueron unas llantas de radios de acero Dayton, unos faros Lucas estilo “lanzallamas”, rejillas de refrigeración de los frenos delanteros y traseros, tubos de escape laterales de doble salida y silenciadores acanalados. Estas modificaciones se dieron a conocer en el Salón del Automóvil de Nueva York de abril de 1960.
Lo más llamativo del XP-700, aparte del afilado diseño de su carrocería de fibra de vidrio, era su techo de doble burbuja de plástico laminado recubierto de aluminio vaporizado para reducir la radiación solar
En cuanto a su mecánica, en sus entrañas albergaba un V8 atmosférico alimentado por un carburador de cuatro cuerpos, conocido como Chevrolet 283 ci (4.637 cm3), denominado small block (bloque pequeño) en la jerga automovilística estadounidense. La versión utilizada para el XP-700 se fabricó concretamente entre 1960 y 1961, y entregaba 233 CV a 4.800 RPM junto a un par máximo de 300 Nm a 3.000 RPM, transmitidos a las ruedas traseras mediante una caja de cambios manual de cuatro velocidades.
El Corvette XP-700 duró poco como prototipo debido a que su chasis se utilizó para el diseño de su sucesor, el Corvette XP-755, que dio lugar al Mako Shark I de 1961, también idea de Bill Mitchell. Su nombre hacía honor a su diseño, pues recordaba claramente al citado escualo, con afilada nariz, boca, branquias y un esquema de pintura similar al tiburón, azul/gris en la parte superior y plata/blanco en la panza.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...COMENTARIOS