El Dodge Dart 270 fue el primer vehículo de alta gama fruto del acuerdo entre el empresario Eduardo Barreiros y el fabricante estadounidense Chrysler Corporation. Don Eduardo Barreiros -el “Henry Ford español”- fundó la firma Barreiros Diésel, S.A., con una producción diversificada con productos como motores, camiones, tractores, autobuses, automóviles, furgonetas, carretillas, ascensores/elevadores, y montajes de carrocerías de camiones.
Barreiros Diésel S.A. se dedicó en sus orígenes a transformar motores de gasolina en diésel
Según la legislación vigente en España -a mediados de los 60- los vehículos fabricados en el suelo patrio debían estar construidos con componentes y materiales obtenidos y fabricados en el país, con la excepción de las primeras unidades, a las que se les permitía llevar bastidores y carrocerías importados del país de origen (Estados Unidos en este caso).
El Dodge Dart se fabricó en la factoría Barreiros de Villaverde (Madrid) desde 1965 hasta 1971, año en el que la empresa pasa a manos de Chrysler y es momento de empezar a fabricar el modelo Dodge 3700 GT, el buque insignia de la marca en España. Ambos modelos llevaban el mismo motor de seis cilindros en línea.
Este Dodge Dart era llamado el “coche de los nuevos ricos” de forma despectiva por aquellos envidiosos “quiero y no puedo”, haciendo alusión a aquellos afortunados por un un golpe de suerte y mayormente sin ningún tipo de cultura automovilística y baja en términos generales, explicables por nuestra peculiar historia. Querían el coche “más grande que hayga“, de ahí el vulgarismo. A veces la cultura y el nivel educacional no se pagan con dinero, concepto que sigue vigente hoy.
Con el optimismo por bandera se importaron un total de 20.000 unidades de bastidores y carrocerías entre 1965 y 1966, con las cuales el primer año se fabricaron 1.200 unidades del Dodge Dart y vendiéndose solamente 742. El segundo año fue peor, pues solo se vendieron 2.745 unidades de las 8.000 fabricadas. También se fabricó en carrocería familiar.
Este Dodge Dart Barreiros, como lo podríamos denominar también, transmitía desde el principio una gran solidez y elevado confort. Exteriormente apenas diferían las unidades construidas en los dos años, con un salpicadero, pilotos traseros y una parrilla de nuevo diseño, así como la supresión de la moldura lateral en el modelo de 1966 y unos paragolpes de tipo faldón. A nivel mecánico eran iguales.
Era un coche grande, sobre todo en la cota de longitud, con unos valores de 4.986 mm de largo, 1.744 mm de alto y 1.381 mm de alto, con una batalla de 2.819 mm. El peso no era nada exagerado para sus dimensiones, con 1.270 kg de báscula. Se consideraba un coche de lujo, utilizado por los ministros de la dictadura y un puñado más de agraciados. Recordemos que estábamos en la época del Simca 1000, Renault 4 o el SEAT 850, tampoco al alcance de cualquier ciudadano.
Las primeras unidades, conocidas como Dart 270 GL (Gran Lujo), eran idénticas a las versiones estadounidenses. La carrocería era la de un sedán de tres cuerpos y cuatro puertas. Las unidades que se vendieron en 1965 eran de color marfil en su mayoría, aunque también se ofrecía en rojo guinda, colores sin duda preciosos.
Estas unidades llevaban banqueta corrida delante, por lo que admitía tres plazas, y hasta cuatro en la trasera, haciendo de él un coche ideal para las grandes familias
El maletero contaba con 475 litros. El cambio era manual de tres relaciones, con la palanca situada en la caña del volante. Aunque carecía de aire acondicionado, en las plazas traseras existían unas salidas de ventilación a la altura de las pantorrillas, muy de agradecer en los días calurosos.
Llamaba la atención la iluminación regulable del cuadro de instrumentos, de un tono verdoso, así como el curioso sistema de cambio de luces cortas a largas y viceversa, mediante un botón situado a la izquierda del pedal del embrague, operación que se realizaba lógicamente con el pie izquierdo.
En noviembre de 1966 se anunció la versión Station Wagon o familiar, siempre en terminación GL. En su mayoría era ya de fabricación nacional, aparte de la chapa: la carrocería pelada se importaba de Estados Unidos mientras que el proceso de pintura y montaje de todos los elementos del coche se hacían aquí.
La edición española de 1966 estaba bastante mejorada a nivel de terminación y equipamiento comparada con la americana, con unos asientos dotados de respaldos reclinable y reposabrazos en ambas filas de asientos. Los motores también se fabricaban íntegramente en España.
En muchas unidades de 1969 se introdujo un paquete de equipamiento denominado GLE (Gran Lujo Especial), que ofrecía un cambio de cuatro velocidades con la palanca situada en el piso conectada a una caja Mopar A-833, el motor 3.7 del 3700 GT, lunas tintadas, medio techo acolchado con vinilo, tapicería de cuero, aire acondicionado y mayor cantidad de molduras de protección. Era fundamentalmente de producción americana.
En 1975, con motivo de la recepción del rey Juan Carlos I por su proclamación como rey de España el 22 de noviembre de 1975 llegaron al Palacio Real una auténtica legión de unidades del Dodge 270, que presentaban servicio oficial a todos los representantes diplomáticos de los diferentes países con representación en España.
El motor de seis cilindros en línea estaba inclinado 30o y su cilindrada era de 3.690 cm3. Entregaba 145 CV a 4.000 RPM y un par máximo de 292 Nm a 2.400 RPM; una barbaridad para la España de entonces
La alimentación era a través de un carburador Holley. No era difícil mantener cruceros en torno a los 140 km/h, y con el acelerador a fondo la aguja del velocímetro marcaba los 165 km/h, unos 155 km/h reales, lo cual no estaba nada mal para un cambio de solo tres relaciones. Las aceleraciones no eran estratosféricas, tardando 20 segundos para realizar los 400 metros desde salida parada, y 38,4 segundos para los 1.000 metros.
Los consumos, aunque nos parezcan disparatados hoy en día, estaban en la línea de los turismos habituales que pululaban por nuestras carreteras. Ascendiendo por un puerto de montaña y compaginándolo por carretera más o menos llana, a 90 km/h de crucero alcanzaba los 15 l/100 km. Por carretera convencional al mismo crucero bajaba hasta los 10 l/100 km. Subiendo a un promedio de 112 km/h, pero pisando a fondo el acelerador muy a menudo ascendía hasta los 18 l/100 km. El depósito de gasolina era de 68 litros.
Obviamente la version norteamericana estaba disponible con más carrocerías, más motores y otro tipo de lujos que no eran habituales en la España de los años 60
El esquema de suspensión delantera era de ruedas independientes, con barras de torsión como elementos elásticos y amortiguadores hidráulicos telescópicos. En el eje trasero, de tipo rígido, llevaba ballestas semielípticas como elemento elástico y amortiguadores hidráulicos telescópicos. Los frenos eran de tambor en las cuatro ruedas, de tipo hidráulico y servoasistidos. Los neumáticos eran de medidas 7,25×13 pulgadas.
La dirección era del tipo de recirculación de bolas y mantenía fielmente la trayectoria, respondiendo bien a las insinuaciones de un gran volante de 407 mm de diámetro. Las curvas amplias y suaves las podía negociar a alta velocidad -unos 150 km/h- sin el más mínimo intento de descolocamiento del coche. En curvas cerradas el comportamiento era igualmente impecable. La buena dirección y la suspensión tenían mucho que ver en ello.
El Dodge Dart 270 encarnaba fielmente el concepto de berlina americana, teniendo como objetivo primordial el confort de los ocupantes: motor grande con valores de potencia y par aceptables para su cilindrada, amplitud de sobra hasta para siete pasajeros y dirección y suspensión suaves a la vez que efectivas. El coche hubiese quedado redondo si el cambio manual de tres relaciones se hubiera sustituido por uno automático. Un lujo importado en los años 60, realmente diferente a lo visto habitualmente.
Calcula cuánto cuesta asegurar un Dodge Dart con nuestro comparador de seguros.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...El Dodge Dart 2u0, no llevaba el mismo motor que el siguiente modelo, ya con caja de 4 v., en el suelo, volante de madera y asientos independientes, modelo del año 1969. Este motor si era el mismo del 3700GT
Lo siento, se nos ha escapado. Corregimos la errata.
Muy muy interesante para conocer la historia de estos americanos made in Spain, había escuchado la historia de los “hayga” pero no la asociaba a un modelo concreto de Dodge, gracias a estos artículos uno siempre aprende cosas nuevas!!
Antes de este hubo otros “haygas”, muy escasos, traídos de importación -si tenías enchufe- o de militares americanos. Mi abuelo condujo como VTC (cuando no se llamaban así) varios “haygas” de los 50 para llevar a gente con pasta de un lado a otro (actores, empresarios…)
Quisiera reiterar el agradecimiento a Keko Romero por cedernos las dos fotos del Dodge Dart 270 GL que perteneció a su abuelo, D. José María Sánchez Vega. Es un tesoro gráfico en sí mismo, hoy día es muy normal sacar fotos a nuestros coches, pero en mitad de los años 60 no.
La unidad con matrícula CA 46186 tenía el color rojo guinda. El lugar de la toma es la entonces avenida General López Pinto de Cádiz, hoy avenida de Andalucía, en abril de 1966.