Generalmente, la imagen que tenemos de Estados Unidos es de largas rectas en vastos desiertos, con permiso de la famosa carrera celebrada en Pikes Peak. Nada más lejos de la realidad, el gran país cuenta con multitud de carreteras donde perderse, como la que vais a poder ver en un momento. Y qué mejor compañero de viaje en el Monte Rushmore que un Porsche 718 Cayman GT4 RS, que a pesar de no ser ni el más potente ni el más caro de la marca, su conducción y sonido cautivarían a cualquiera.
Las frías cifras no representan mucho a día de hoy, pero para refrescarte la memoria, el Porsche 718 Cayman GT4 RS cuenta con 500 CV que le permiten acelerar de 0 a 100 km/h en 3,4 segundos y alcanzar los 315 km/h de velocidad máxima. Si nos permiten estar al volante, es probable que nos preocupe más si tendremos el espacio necesario para llegar al corte de inyección, ya que su endemoniada subida de revoluciones tiene tope a nada más y nada menos que 9.000 rpm.
Seis cilindros opuestos se reparten los cuatro litros de cilindrada encargados de aullar y resonar entre los árboles, moviendo su carrocería pintada en el llamativo color Racing Yellow perseguido por un dron. No se puede negar que el piloto encargado de rozar unos cuantos arcenes tiene unas manos sublimes, y el alerón de plástico reforzado con fibra de carbono ayuda a mantener su trasera pegada al asfalto. El video concluye con el Porsche deteniéndose en un túnel, con una vista perfecta del Monte Rushmore y la escultura de cuatro presidentes estadounidenses, George Washington, Thomas Jefferson, Theodore Roosevelt y Abraham Lincoln.
En carretera cerrada, claro, para poder dar rienda suelta al pequeño de los Porsche, que a pesar de su tamaño, ha heredado el propulsor del Porsche 911 GT3 RS, pero con 10 CV menos que no deben ni apreciarse. Al igual que el destino, el viaje debió ser igualmente increíble, corto, pero intenso, da gusto ver que aun algunas marcas hacen este tipo de videos, aunque como todo lo bueno, se nos ha hecho corto.
Francisco Javier Rodriguez
En la época en la que pasaba el día dibujando coches, alguien me preguntó: ¿pero a ti te gusta más la mecánica o la carrocería de los coches? Esa misma semana leí el Manual del Automóvil de Arias Paz. Tenía 14 años, esa simple pregunta es la razón por la que estoy aquí, desde entonces no he parado de aprender sobre lo que se convirtió en mi pasión.COMENTARIOS